Un Darth Vader para guardar chucherías. ¿Qué debía pensar sobre eso? No tenía la menor idea.
Samuel había desarrollado una especie de obsesión con comprarme cosas desde aquella vez en la que mencioné que 'Una persona que me regale comida y chucherías vale por mil'
No lo habría mencionado de saber que esto pasaría, ¡Lo juro! Aunque quizás estaba mintiendo, demasiado.
¿Debería culparme por esto?
¿Debería pedirle que pare?
¿Qué tan normal es visto ante los ojos de los demás esto?
¿Y qué demonios se supone que es "Esto"?
Muchas dudas, y demasiadas suposiciones que prefería obviar por muy directas que fuesen.
Si hay algo de lo que estoy seguro, es que sé cuando Samuel intenta llamar la atención de alguien para gustarle. Y realmente en estos momentos odiaba saber eso.
La última vez que le vi obsesionarse con algo fue cuando aquella joven morena junto a sus amigas mencionaron algo sobre que un hombre es el doble de atractivo si se preocupa por como se ve, lamentaba muchísimo el haber sugerido parar cerca de ese local aquella vez, incluso llegué a sentir que fui el responsable de que desde aquel entonces Samuel no haya parado de observarse unas cuatrocientas veces frente al espejo antes de acompañarme a algún lado.
¿Ridículo? Quizás, pero en su mente todo tenía sentido.
Mientras llevaba un trozo de chocolate a mi boca, el cual el mismo Samuel me regaló hace unas horas atrás.. Oh delicioso sabor a culpa, ¿No se supone que debería ser amargo?
De verdad pararía con esta extraña situación, por que estoy completamente seguro que solo soy el nuevo capricho de este mes y pronto se le pasaría, pero no podía frenarlo: Razón número uno, adoro ser mimado; razón número dos, adoro los dulces; razón número tres, adoro a Samuel, ese maldito pedazo de mierda acabaría conmigo.
Por otro lado sabía que había razones por las que tenía que parar, razón número uno: es un tanto extraño; razón número dos: ¡No tengo más razones!
"Hey compi, ¿Qué tal los dulces que te compré?" hablando de roma.
"Pues bien, delicioso. Gracias." simule no tener interés absoluto en sus bonitos gestos, no quería que supiera lo bien que me sentía al ser tratado como un rey desgraciado.
"Que bien, porque te he comprado esta Piruleta. La vendía un señor por la calle y pensé en ti." Vaya.. ¿Mencioné que amo las Piruletas más que vivir?
"Madre mía" fue lo único que pude decir observando deseoso de degustar aquel manjar lleno de azúcar que probablemente podría darme diabetes, realmente no importaba demasiado en estos momentos mi salud física cuando la emocional comenzaba a darme graves problemas.
"¿No la quieres?" preguntó en un tono casi lastimoso observando a la piruleta entre sus dedos como si tuviese algo en mente.
"Qué, yo no..
"¡No, no, no! Has despreciado mi chuchería. Ahora ya no quiero dartela" fingió estar ofendido comenzando a caminar en dirección contraría con toda la intención de no darme la maldita Piruleta.
De ninguna manera permitiría que me quite algo que es mío por uno de sus momentos siendo dramático ¡No señor!
Comencé a perseguirle dando saltitos a su alrededor intentando arrebatarsela de sus manos, y quizás en otro lugar y con gente presente nunca me atrevería a comportarme de esta manera, pero ¿Qué más da? Si no había nadie allí además de nosotros dos. ¡Nadie podía juzgarme!
"¡Que me la des tío!" me quejé medio abrazandole por la cintura intentando a manotazos que soltara el maldito dulce, y ya ni siquiera me apetecía comer aquella basura deliciosa lo hacía por puro orgullo y tal vez un poco porque me agradaba la idea de tenerlo tan cerca.
"¡Quieto! Te la daré si te quedas quieto" exclamó exhausto de tanto batallar contra mi.
"¿Vas a darmela entonces?" pregunté incrédulo alejandome a una distancia considerable quedando tieso en frente suyo.
"Sí. Te la daré, solo si haces lo que te pida" mentiría si dijese que aquella sonrisa maliciosa llena de intenciones oscuras que se formó en su rosto no me inquietó.
"Bueno, sí" tantee al responder, y aunque acababa de vender mi alma a Satanas sabía que de algo me beneficiaría su estúpido jueguito.
"Bien. Mírala, mírala bien, sé que la quieres más que yo" dijo divertido golpeando suavemente la Piruleta sobre mi nariz haciendo que parpadease por inercia ante la cercanía. "Quiero que me ruegues por ella" masculló escondiendola en su bolsillo trasero.
"¿C- cómo..? No entiendo" trague saliva removiendo mi cabello intentando ocultar aquel ataque de nervios que se avecinaba a toda velocidad.
"A ver, ¿Cómo te explico?" sonreí al verlo medio reír, aquello era buena señal.. pero no para mi. "Has de cuenta que esto es de vida o muerte, ¿Qué estarías dispuesto hacer para salvarte?"
"Todo" respondí sin dudarlo y este rascó su barba recientemente perfilada.
"Exacto. Pues lo mismo con esto" suspiró tomando de mi mano comenzando acariciar el dorso de la misma con su pulgar.
Entendí lo que quería, entendía perfectamente sus insinuaciones. ¿A qué se refería? Pues el quería todo, no hay forma de decirlo delicadamente.
¿Cuanto quería esa tonta chuchería? No tanto como para compararle absurdamente como si mi vida estuviera en peligro, pero sí me importaba por que a Samuel le importaba. Y por mi estaba bien.
Había dos fases de mi persona, la que siempre dejo ver y la que no cualquiera tiene el placer de conocer. La segunda fase solo aparecía en momentos como este, ¿Qué momento era? Pues a mi me gusta llamarle, "Momento de divertirme con Samuel"
¿En qué consiste? Bueno.. Ser una zorra sin una pizca de vergüenza encima.
"¿Te refieres a esto?" murmuré parpadeando delicadamente sin quitar mi vista sobre sus ojos. Pude apreciar el momento en que relamía sus labios y asentía levemente.
Me acerqué lo suficiente como para quedar pegado a su cuerpo y poder deslizar mis manos por su torso.
Sonreí remojando mis labios comenzando a rozarlos contra los suyos, pero antes que pudiera besarme me separé de repente dejando oír un gruñido de su parte. Él estaba perdido y lo sabía.
Guíe mis labios hacía la zona de su cuello donde me encargué de depositar una serie de mordiscos y pequeños besos húmedos. Samuel reaccionó al instante retorciendose ligeramente sobre su lugar soltando un pequeño ruidito.
Por si lo preguntan, podría hacer un mapa de su cuerpo y señalar cada punto sensible de este si quisiera.
"¿Me das la Piruleta?" susurré tan cerca de su oído que podría jurar que aquello había despertado más que un simple cosquilleo en su interior. Pude comprobarlo al colar brevemente mi mano por dentro de sus pantalones.
"Tomala, es toda tuya" respondió aturdido aclarando su garganta. Sonreí travieso al tener el bendito dulce en mi poder.
¿Suficiente? Sí, podría ser suficiente pero lo cierto es, que nunca es suficiente.
"Lo sé. Pero no hablaba precisamente de esa Piruleta."
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Drabbles Wigetta
FanfictionEsta es una sección de Drabbles Wigetta, algunas con sus continuaciones mientras que otras son únicas e individuales. Estos drabbles están solamente aquí en mi cuenta de Wattpad, y en mi tumblr. Muchas gracias por leer :) ~~~~~~~~~~~~~~ Twitter: @Li...