Nuestro bebé.

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- Vamos Willy apenas hemos trotado media cuadra- reí observando como este respiraba con dificultad prácticamente hiperventilando colocando sus manos sobre sus rodillas.

- ¡Esperate macho! no ves que estoy muriendo, no puedo más Vegetta, dejame aquí sigue tú- bromeó en un tono dramatico simulando que de verdad estaba agonizando o algo por el estilo, comenzaba a arrepentirme de haberlo invitado a correr siendo consciente que Willy es la persona menos deportista que conozco.

- Madre mía que exagerado el pobre, ven aquí podemos sentarnos descansar en aquel banco de allá si quieres- señalé un banco a pocos metros de nuestra posición, este solo se limitó a asentir siguiendo mis pasos.

- Pero hay mujeres ahí- susurró frunciendo el ceño mientras observaba sin disimular dos mujeres reposando en nuestro banquillo.

- Le pediré que te sedan un momento el asiento, son mujeres no monstruos Willy- dije divertido arrastrandolo por el brazo, a veces pensaba que Willy tenía fobia hacía las mujeres o algo así prácticamente odiaba cruzarse con alguna sobretodo cuando estaba yo presente, se comportaba como un niño disgustado y hacía caras de repulsión la mayor parte del tiempo.

- Mejor sigamos corriendo- exigió tomando de mi mano intentando aplicar fuerza para que dejase de caminar en esa dirección, me resultaba divertido ver sus intentos fallidos por detenerme.

- Disculpen señoritas, mi compañero no se siente muy bien ¿Les molestaría dejarlo sentarse un rato?- les pedí amablemente brindando de mis mejores sonrisas, ellas asintieron sonrientes y se pusieron de pie, noté como una de ellas cargaba un bebé en sus brazos y la otra al parecer estaba embarazada, sonreí por inercia golpeando disimuladamente a Willy por el hombro para que las observara, en seguida su ceño fruncido desapareció y su semblante cambió por uno alegre.

- ¿Estas embarazada?- soltó sin más mi compañero logrando que amabas mujeres voltearan hacía nosotros.

- Así es, pronto seré mamá estoy muy feliz mi esposo está demasiado ansioso por que nazca- comentó riendo dulcemente mientras se acercaba a Willy tomando de su mano para que tocase su vientre, fue un momento mágico, la sonrisa de Willy simplemente se amplió enormemente y su mejillas comenzaron a tornarse en un ligero color carmesí, simplemente adorable.

- ¡Oh se movió!- exclamó entre risas- ¿Como vas a llamarle?

- Pues no lo sé, será niño y yo esperaba una niña así que no pensé nombres de niño, supongo que no soy buena con eso- sonrió apenada

- Podrías llamarle Guillermo- dije mientras observaba a Willy quien al ser mencionado posó su mirada sobre mi.

- ¡Es un lindo nombre, me gusta! Quizás lo llame así-

- Deberías. Guillermo me encanta, es mi favorito... Nombre.- sonreí desviando mi mirada hacía la simpática mujer que nos observaba sin entender por qué Willy medio reía.

- ¿Me dejas cargar a tu bebé?- preguntó Willy a la otra muchacha que se encontraba acunando a su hijo sin prestarnos atención.

- Claro, pero ten cuidado- murmuró sonriendo entregando su pequeño bebé en brazos de Willy.
La escena fue simplemente adorable, Willy observaba al bebé como si fuese lo más precioso que había visto jamás, sus ojos brillaban y su sonrisa era tan amplia que era contagiosa. Acarició con delicadeza su pequeña manito y el pequeño emitió un ruidito contemplando a Willy de la misma forma que este lo hacía con él. Nadie emitía un solo sonido, observamos con atención casi sin parpadear lo hermoso que se veían.

De pronto una imagen de los dos con un bebé se vino a mi cabeza, ambos cuidando de él mientras lo cargabamos y mimabamos con delicadeza. Me vi a mi mismo contandole historias a nuestro bebé antes de dormir y a Willy haciendo caras para que riera cada vez que llorase. Llevandolo a clases tomando de sus manos; a tomar un helado, al cine, a un parque de diversiones.. sin poder evitarlo mis ojos se cristalizaron y me aproxime hacía Willy reposando mi brazo por su hombro mientras que con la otra me limité a acariciar la suave piel de las mejillas del pequeño niño.

- Es hermoso ¿A que si?- susurró Willy sin dejar de verlo.

- Lo es.- musité tomando al bebé entre mis brazos entregandoselo a la mujer que nos miraba con muchísima ternura.

- ¿Que pasa?- me preocupé al notar como la otra muchacha derramaba lagrimas sin poder contenerse mientras acariciaba su vientre donde se encontraba su futuro hijo.

- Perdonen, es que, la manera en la que miraban a su bebé fue demasiado para mi, lo siento, son las hormonas del embarazo. Ustedes hacen una bellisima pareja- sollozó limpiando sus lagrimas. La risa de Willy no se hizo esperar acompañada de la mía.

- No llores hombre- reí sin parar, la situación me resultaba cuanto menos divertida, la muchacha deducía que eramos pareja sin ni siquiera haberlo preguntado, aunque a decir verdad lo agradecía ya que aun no teníamos respuesta para eso.

- ¡De verdad, ustedes algún día van a ser unos padres grandiosos!- exclamo emocionada.

- Bien, creo que nosotras ya nos vamos, sus hormonas se están alterando demasiado- comentó su amiga despidiendose y ambas comenzaron a alejarse.

- Eso me recordó a las fangirls que se montan sus historias- comentó Willy entre risas.

- A que si tío, de todas formas tenía razón-

- ¿Con qué?

- Que algún día seremos unos padres grandiosos- sonreí apretando una de sus mejillas.

- ¡Duele pringa'o!- se quejó quitando mi mano de su cara- Yo seré mejor padre-

- ¿Ah si? Pues yo seré el mejor padre del mundo no, lo siguiente- dije arrogante.

- Si, claro, claro.

- Tú serás la mamá- bromeé tomando de su mejilla otra vez recibiendo un quejido de su parte, adoraba apretar sus mofletes eran muy suaves y esponjosos.

- ¡Quita! Anda tira por ahí, lo dices porque el niño siempre quiere más a la mamá, entonces va a quererme más a mi- comentó molesto, parecía un niño pequeño sin argumentos para pelear.

Nos pusimos de pie y comenzamos a caminar a casa, la tarde había pasado tan deprisa que pronto estaría oscureciendo.

- El papá también quiere mucho a la mamá- dije sin más rozando mi mano con la suya, este agachó la mirada y asintió despacio sin decir una sola palabra.
Tal vez algún día estaríamos dispuestos a tener nuestro propio bebé, estaría más que feliz de compartir eso con Willy, definitivamente él era la persona con la que querría formar una familia. 

Drabbles WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora