Tuyo.

875 68 2
                                    


 "Ve con cuidado" tres palabras, tres simples palabras que olvidé la semana pasada cuando iba de camino a hacer las compras.

¿Que sucedió? Quizás el karma o tal vez un simple descuido, prefería tomarlo como la primera opción. Un auto había logrado atropellarme al cruzar por una esquina, por suerte no llevaba gran velocidad y solo tenía una costilla fracturada. Tocaba hacer reposo y seguir aguantando los regaños de Willy.

- Fuiste un idiota al no notar que ese coche iba directo hacía ti- su voz sonaba suave y delicada. Podía sentir sus húmedos labios recorrer por mi mandíbula.

- Tranquilo, soy inmortal- susurré abriendo mis parpados encontrandome con un somnoliento Willy tendido a mi lado haciendome mimos con sus delicadas manos sobre mi cara.

- Podría haber sido grave tonto

- Calla, calla. Estoy bien, aquí me tienes vivo y más inmortal que nunca- reí tomando de su mano juntando su palma con la mía y finalmente entrelazando nuestros dedos, como terminando la última pieza de un rompecabezas.

- Pues a mi no me hace ninguna gracia verte tan débil- soltó en un bufido observando nuestras manos juntas como si de una obra de arte se tratase.

- En un par de días estaré como nuevo

- No es lo mismo. Yo quería divertirme contigo, ahora.. Pero estás débil- suspiró simulando ser dramático y estar totalmente apenado por mi estado. Maldito perverso.

- Que cutre eres. Pues si quieres divertirte adelante, hazlo. Soy todo tuyo chiqui- sonreí con malicia logrando que este silenciara y se sumiera en sus pensamientos, pensamientos a los que era completamente ajeno y me desconcertaba imaginarme lo que sucedía allí.

- ¿Estás seguro?- preguntó sonriente, sin un toque de maldad o ironía. ¿De verdad estaba preguntando aquello con esa carita de ángel? Y antes que nada, ¿Cómo se le decía que no a un ángel?

Mentiría si dijese que no me preguntaba por qué le gustaba tanto que lo follara y si dolía tanto como dijo en nuestra primera vez.

- Prometo que tendré mucho cuidado. No haré nada que tú no quieras- suplicó con ternura sentandose sobre mis muslos.

- Está bien- cedí recibiendo sus labios contra los míos, pronto tomó el control de este y simplemente le dejé guiarme. Sus movimientos eran lentos pero fuertes, con mucha intensidad. Su lengua no tardó en penetrar mi cabida bucal hasta encontrarse con la mía, la sensación definitivamente era diferente, me sentía seguro.

Un pequeño sonido salió de su boca, se notaba desesperado y necesitado pero aun así podía ver como se esforzaba por no ir muy deprisa para no dañarme.
Pronto sus manos bajaron hasta mi entrepierna masajeando repetidas veces logrando despertar una gran erección arracancando un gemido de mi garganta.

- oh chiqui- suspiré contra su mejilla mientras este hundía su cara sobre el hueco entre mi cuello y hombro, sus labios calientes quemaban mi piel provocando ligeros espasmos en mi ser. Apenas había empezado a tocarme y me sentía en el maldito limite, maldito seas Willy- mi hermoso Willy

Este apenas se separa para liberarse de su remera con mucha facilidad dejando expuesto su torso y me veo a mi mismo llevando mis manos hasta su cintura recorriendo toda su longitud con mis manos deleitandome con la suavidad de su piel, tan suave como tocar el pétalo de una rosa.
Sus ojos brillan con fuerza y sus labios hinchados solo me hacen perder la noción de la realidad.

Mi camisa ya no está y me pregunto si me la he quitado mientras lo observaba o simplemente desapareció, de todas formas volvemos a unirnos como dos imanes probando el sabor de nuestras salivas mezclandose.

Sus manos se mueven rápido y apenas puedo notar el momento en que mis pantalones ya no están y los suyos tampoco.
Su cabello está despeinado y sus cejas fruncidas, entonces simplemente lame mis labios de la forma más obscena que se puede apreciar y realiza un movimiento con sus caderas logrando una fricción increíble que me hace temblar y maldecir en voz baja, y joder, se siente tan bien.

- Chupa- ordena serio y firme, su voz suena áspera y más grave de lo normal, sin poder evitarlo un gemido se escapa de mi boca y este cuela sus dedos en mi boca. Pero no me resisto, por alguna razón me veo obligado a mi mismo a obedecer sin chistar a sus peticiones porque no iba a negarlo, verlo tan dominante me estaba poniendo el doble de duro.
Chupe sus dedos sin dejar de observar sus orbes oscuras que parecían querer atraparme. Este mordía sus labios con fuerza llevando una mano a su bulto acariciando sin pudor alguno, se veía tan malditamente erótico y sexy haciendo eso que solo lograba que chupase con más fuerza sus dedos, ¡le estaba haciendo una jodida mamada a sus dedos solo por verlo masturbarse!

- Así está bien guapo, dime como me veo- su petición me había dejado anonadado, no entendía a que se refería con "dime como me veo" pero asentí repetidas veces sintiendome atontado por su mirada penetrante y sus manos acariciando mis brazos.

- Eres tan precioso- murmuré soltando un suspiro al sentir su mano en mi pene comenzando a masturbarme.

- Dime más- susurró a mi oído chupando el lóbulo de mi oreja

- Eres c- como un hermoso paisaje que nunca querrías dejar de ver ¡ah!- solté un quejido al sentir uno de sus dedos colarse por mi entrada.

- No voy a hacerte daño, relajate- murmuraba despacio a mi oído depositando pequeños besos sobre mi mandíbula colando otro dedo, esta vez no duele tanto y siento como todo mi cuerpo comienza a arder.
La sensación es extraña pero no me disgusta, Willy susurra palabras dulces a mi oído y siento la necesidad de pedir más.

- Por favor.. hazlo- logro decir y un grave gemido se escapa de su garganta y mi piel se eriza.

Lo siguiente que sentí fue sus dedos retirarse del tirón y un gemido ahogado salió de mi boca, mi pecho subía y bajaba de los nervios, observé detenidamente como se colocaba sobre mi entrada y comenzaba a esparcir besos por mis clavículas logrando que me relajase.

- Eres un chico bueno- suspiró entrecortado alineando su pene en mi entrada.
Solté un fuerte gemido al sentirlo dentro, era algo completamente nuevo y me estaba volviendo loco. Me sentía vulnerable ante ese nuevo placer.

- Quiero que me mires- pidió en un tono dulce y lento, sus orbes brillaban ante mis ojos tanto como una estrella- Te amo- en ese instante mi corazón se hinchó tanto que podía sentirlo presionando contra mi pecho.

Sonreí de oreja a oreja respirando con dificultad- Te amo- afirmé y sentí como este comenzaba a moverse, entrando y saliendo de mi cuerpo, era una sensación extraña que me arrebataba el aliento y me hacía temblar. Oleadas de éxtasis recorrían por mi cuerpo, dolía, pero era un dolor placentero.

Sus movimientos eran fuertes y profundos, si tuviera que definir a Willy en una palabra definitivamente sería: intenso. Solo bastó de unas cuantas embestidas más para que me viniera entre nuestros estómagos y este dentro de mi, llenandome con su esencia. Simplemente un orgasmo increíble.

- Willy..- murmuré rendido observando como este caía tendido a mi lado.- eres increíble

- Lo sé- respondió agitado, las risas no se hicieron esperar por parte de ambos volviendo a nuestro estado natural.

Esperaba volver a accidentarme pronto porque definitivamente aquella experiencia debía repetirse. 

Drabbles WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora