Cómplice de sus fantasías.

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  Y ahí estaba, una vez más parado en frente de Samuel con los brazos cruzados frunciendo el ceño.

- Oh vamos! me hace ilusión.- repetía como niño pequeño tomando de mi mano suplicando.
- Que no tio, n-no me gusta ser parte de tus extrañas fantasías.- dije en tono bajo comenzando a alejarme de esa tienda de disfraces.
- Por favor.- suplicó nuevamente.- por favor.- volvió a decir rodeandome con sus brazos intentando besar mis labios mientras me resistía a ello. La situación era muy graciosa, estabamos como si Samuel fuese un loco desesperado acosandome o peor aun intentado violarme en plena calle.
No evite explotar en risas mientras aun intentaba zafarme de su agarre.
- Quita, quita!.- dije entre risas en un intento fallido de sonar serio.
- Te soltaré solo si entras a esa tienda conmigo y compramos lo que quiero.- mascullo cerca de mi cuello provocandome un jadeo.
- Me cago en todo! vale, vale. Compremos esa tontería que quieres y déjame en paz.- bufe insinuando estar molesto aunque en mis adentros estaba partiendome en risas. Este sonrío victorioso apartado sus brazos, no sin antes aprovechar mi descuido y robarme un ligero beso.. es que es tonto.

Entramos a la tienda que estaba completamente forrada de disfraces ridículos y llamativos por todos lados. Samuel mientras tanto recorría todo el local, parecía que había fijado un objetivo, a saber dios que tenía en mente este loco. Continúe en lo mío observando con discreción hasta que uno de ellos logró captar mi atención; un disfraz de gato, solo constaba de unas orejas, nariz con bigotes, una cola, y unos guantes con garras. Era bastante adorable, me imagine usando eso, me vería muy gracioso.. aunque seguro a Samuel hasta le parecería tierno.
- Madre mía que hago yo con mi vida.- dije para mi mismo tomando el disfraz.
- Buenas tarde, ¿desea algo?.- dijo en tono amable una muchacha de baja estatura que atendía la tienda.
- E-eh... s-si, yo voy a llevarme esto.- masculle intentado mantener neutro y no reír de la vergüenza.
- Vale, son 15 dolares.- sonrío nuevamente entregandome el disfraz en una bolsa. Salí rápidamente de la tienda, no quería que esa chica siga viendome a la cara después de haber comprado esta tontería.. y todo por el pringao' de Samuel.

- Madre mía que tardaste ahí adentro eh, al final te terminaste comprando uno y todo con la tontería.- dijo Samuel saliendo de quien sabe donde pegandome un susto que le soltaba un guantazo.
- ¡Tu tio! no te aparezcas así que me matas del susto!.- dije en tono de reproche
- Ay mi Willy, que adorable te ves enfadado.- suspiró tomando de mi mano.- Vamos a casa quiero mostrarte mi disfraz.
- La verdad no sé si quiero verlo, tu estas muy mal de la cabeza.- masculle riendo haciendo que este se contagiara de mi risa.

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 Entramos a casa y como si de un pequeño animal asustado se tratase huí a esconderme en mi habitación, estaba nervioso, sabía que esta tontería de los disfraces iba mucho más allá de un juego, esto iba por el lado de "las fantasías sexuales de Samuel" y claro por lo visto este ya estaba muy entusiasmado, no era que tenía vergüenza de tener relaciones con Samuel, esto era algo completamente normal en nuestra relación, pero jamas lo habíamos hecho con un fetiche suyo de por medio, no quería hacer que su "fantasía" extraña resultara mal por mi parte ya que no tenía experiencia con esto y realmente detestaba sentirme demasiado dominado por él, en nuestra relación no hay un "dominado" o un "dominante" somos ambos o no es ninguno.
Si quería que esto saliese como él quería tendría que poner de mi parte. Solté un leve suspiro y tome el tonto disfraz de gato que yo mismo me había comprado.. si es que yo solito me metí en esta tontería madre mía. Me quite la camiseta, suponía que así me vería menos estúpido, coloque las orejas de gato junto con la nariz, seguido de ello los guantes y por último la cola, que más que eso parecía un látigo, reí en silencio al verme parado frente al espejo, no me quedaba tan mal después de todo dije para mi mismo volviendo a reír. Tome mi movil y me saque una foto frente al espejo, me sentía un autentico parguela.. por amor hacemos cualquier locura dicen.. y le mande la foto a Samuel con un mensaje: "te estoy esperando..."
No hizo falta hacer nada más que esperar unos segundo para que la puerta de mi habitación sonaran unos golpes.

- Señor Diaz déjeme pasar o me veré obligado a derribar la puerta.- dijo al otro lado de la puerta, fruncí el ceño confuso ante sus palabras y abrí la puerta.
Ante mis ojos se encontraba la perfección personificada; un Samuel vestido de policía que le quedaba bien no, lo siguiente. Me quede embobado observandolo pies a cabeza.
- Madre mía! que me estas contando.- dijo efusivo casi devorandome con la mirada. Mordí mis labios satisfecho.
- Anastasia no te muerdas los labios.- dijo en tono provocativo haciendome reír, lo tonto no se lo quitaba nadie.
- Señor policía, que necesita usted en mi habitación ¿se puede saber?.- pregunté obviando su anterior comentario.
- Ah, eso, pues... el poligetta ha venido a inspeccionar un caso. Me han dicho que un lindo gatito anduvo por ahí cometiendo delitos, y como buen policía voy a tener que... inspeccionarlo.- susurro cerca de mi oído chupando el lobulo de mi oreja.
- N-no sé de que me habla, pero no voy a permitirle que me inspeccione así porque si ¿sabe?.- conteste apartandome de su lado dandole la espalda.
- Entonces me temo que tendré que hacerlo por la fuerza.- rápidamente llevo mis muñecas a mi espalda y me colocó unas esposas, me cago en todo esa no me la esperaba.- Las cosas no tenían que ser así, señor Diaz.- Con una de sus manos deslizo suavemente por toda la extremidad de mi abdomen, sin mencionar que me tenía pegado a su cuerpo totalmente, una corriente eléctrica recorrió por toda mi espina dorsal... la situación ya comenzaba a encenderme.
- Quiteme las esposas o voy a enfadarme, oficial.- dije con voz ronca
- Me gustaría ver eso.- masculló entre dientes empujandome hasta la cama, tumbandome de una manera salvaje pero sin llegar a ser torpe, seguido de ello se montó sobre mi haciendome soltar un quejido al sentir su peso sobre mi parte trasera. Con sus manos comenzó a dibujar lineas imaginarías por mi espalda provocandome jadeos, seguido de ello comenzó a besar mi nuca hasta llegar a mis clavículas y mordisquear toda la extensión de mi cuello.
- Que suave eres, quiero que seas mi gatito, así poder acariciarte siempre.- dijo sin dejar de chuponear mi cuello bajando sus manos hasta mi pantalón.- Creo que voy a tener que inspeccionar aquí un poco, parece tener algo sospechoso.- masculló, solté un gruñido imitando un gato en tono divertido, ambos empezamos a reír.
Coló su mano por dentro de mi pantalón y comenzó a masturbarme, los gemidos desesperados saliendo de mi boca no se hicieron esperar.

- Ah! mierda, joder!.- prácticamente sentía que estaba besando el cielo, este chico y sus manos hacían magia. Mientras hacía lo suyo simulaba estocadas rozando su miembro sobre mi pantalón provocando que ambos gimieramos más fuerte. No tardo mucho en deshacerse de su "preciado" disfraz, y quitar mi pantalón de un solo jalón.
Ya sabía lo que venía ahora. Saco el lubricante de un cajón y lentamente se introdujo en mi, ya estaba acostumbrado a esto el dolor era mínimo.

- Ha resuelto el caso, oficial?.- pregunté soltando un gemido ahogado.
- Estoy apunto.- dijo con la voz un tanto agitada dando una fuerte embestida haciendonos prácticamente gritar. Comenzó con estocadas rápidas y profundas, si el paraíso existía no era nada comparado con esto. Una corriente eléctrica recorrió por todo mi cuerpo logrando hacerme llegar al orgasmo, él llego casi al instante.
Caímos rendidos el uno al lado del otro sin voltear a vernos.

- Ves que mi fantasía no era tan tonta como decías?.- dijo en tono burlón volteando a verme.
- Es que es tonto, anda quitame las esposas que duelen.- reproche aun intentado regular mi respiración
- No te has portado muy bien...- comenzó a reír
- No empieces otra vez pringao'!.- dije entre risas mientras este me rodeaba entre sus brazos ignorando mi petición.

Es un idiota, pero lo amo.

Drabbles WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora