Cita a ciegas.

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 Había días en los que ni siquiera podía dormir de tanto pensar y rebuscar el valor que tanto necesitaba para expresar mis sentimientos. ¿Por qué era tan complicado decir aquellas dos tan nombradas palabras?

A veces llegaba a odiarme a niveles insospechados por ser un maldito cobarde, ¿Cuando tiempo más pensaba estar así?

- Sabes tío, yo creo que deberías decirle a Willy que te gusta en plan de una buena vez por todas ¿Sabes?- comentó Frank irrumpiendo entre mi nube de empane mental.

- Claro, es tan fácil decirlo... Pim pam mira Willy me gustas es un dato vale, adiós fue un gusto verte.- dije usando el tono más irónico que pude. Frank se limitó a soltar una carcajada mientras negaba con la cabeza.

- Eres un maldito cobarde me das pena.- dijo entre risas logrando que me contagiase de esta.

- Mira chaval, si quieres que te rompa la cara tu solo dimelo no habrá peros de mi parte.- reí jocoso

- ¡Lo tengo! Madre mía me vas a deber una enorme después de ésta!- gritó eufórico como si se le acabase de ocurrir la mejor idea del mundo, se le notaba emocionado.. pero por mi parte no esperaba mucho de su "Gran idea" aun así le escuche con atención.- Vale, podrías organizar una cita a ciegas para ti- enseguida rodee los ojos- Pero, ¡escucha! tu pareja "secreta" será el mismo Willy!

- ¿Que dices Fran? se te ha pirao'..

- ¡Que no! hazme caso, mira, le dices a Willy, Voy a tener una cita a ciegas necesito que me ayudes a elegir el lugar y mi ropa para la ocasión en plan haciendote el tonto para que sienta celos y además escoja un lugar y ropa que a él le gustaría tener una cita ¿Sabes?- finalizó dejandome completamente anonadado, en realidad no era mala idea, es más, ¡Era perfecta!

- ¡Ostras chaval! Sería como hacerle planear su propia cita ideal sin que lo sepa! ¡Frank eres la clave tío! es que te besaba en la frente

- Lo sé, ya sabía yo que iba a encantarte, me debes una eh. Ahora corre, ve a por el pringa'o que te gusta y hazle feliz.- reí ante su comentario y enseguida me encaminé hasta casa. Era ahora o nunca.

Llevaba encima una ola de emociones que no podía con ello, las tediosas horas de viaje hasta mi destino pasaron volando debido a la poca atención que llevaba en ello.
Una vez en casa me apresuré a escribirle a Willy, lo necesitaba aquí y ahora.

"Tío tengo una urgencia te necesito ahora! porfis" envié deprisa notando que se encontraba en linea.

"¿Que tan urgente?" respondió a los pocos segundos

"Muy, venga no me vaciles anda es importante para mi :(" contesté insistente, esperaba que de verdad viniese o la idea sería un completo fracaso.

"Madre mía como me necesitas eh, no pasa nada compañero, en nada estoy allí :)" al leer el mensaje una tonta sonrisa se dibujó en mi cara, sentí como si una adolescente hablando con el chico que le gusta me estuviese poseyendo.

La espera se hizo casi eterna, de los nervios me encontraba cortando cajas de cartón con un cuchillo, madre mía si es que quien me viese en esta situación diría que soy lo más parecido a Yandere con su Senpai. Reí ante la nada con mi propia tontería hasta quedar completamente helado al oír la puerta principal sonar.

Corrí como si mi vida dependiese de ello hasta quedar en frente de la misma sintiendome el mayor pringado de la historia por encontrarme al borde de un desmayo debido a los nervios. Respiré hondo repetidas veces preparandome mentalmente hasta que finalmente me digné a girar el pomo encontrandome a Willy desde el otro lado.
Llevaba un saco gris ajustado con unos baqueros oscuros para morirse, me limité a observarlo detenidamente pies a cabeza. Se veía realmente más guapo de lo habitual, sin mencionar su cabello alborotado ligeramente brilloso, y su colonia que invadía mis fosas nasales provocando en mi mente mil pensamientos sucios que enseguida aparte negando un par de veces.

- ¿Y bien? ¿Cual es la urgencia? o es que te urgía quedarte viendome ahí como pringao- dijo entre risas bajandome de mi nube.

- Es que es tonto, ven, pasa.- le guíe hasta mi habitación.- Sucede que tengo una cita "A ciegas" ¿Sabes?- dije deprisa notando como éste desviaba su vista hasta otro punto en la habitación mientras asentía, no mostraba ningún signo de "celos" cosa que me desconcertaba bastante.

- ¿Quieres que te ayude a escoger ropa?- me interrumpió elevando las cejas divertido.

- S-si, si. También el lugar donde llevarle, porque ahora mismo me encuentro tonto perdido para eso.- dije titubeante comenzando a dudar de si seguir con esta tontería.

- Mmh, podrías llevarle a un restaurante de esos caros a cenar algo que les apetezca a ambos. En una cita a ciegas no creo que quieras sorprenderle con algo que a ti te guste ¿Sabes? porque no conoces a esa persona nada de nada e igual se ofende y te abofetea ahí mismo.- comentó jocoso mientras lanzaba algunas prendas que iba encontrando entre mi ropa.

- Vale.- musité perdido desvistiendome de a poco.

- ¿Que haces?- dijo sorprendido ante mi repentina toma de confianza en frente suya, reí al notar como su cara completa se tonaba en un color carmesí.

- ¿Qué? me estoy cambiando Willy por favor que son esas preguntas..- me burle nuevamente ignorando su presencia hasta vestirme con las prendas que había elegido para mi.- ¿Como me veo?- sonreí terminando de acomodar mi saco negro sobre mi delicada camisa morada que tanto me gustaba.

- Estas guapo.- musitó observandome pies a cabeza, juraría que se encontraba ligeramente nervioso al observarme.

- Tu también.- se me escapó por inercia notando como este sonreía de lado ruborizandose nuevamente. Reí nervioso sin decir una sola palabra dirigiendome hasta la salida, parecíamos dos niños que no tenían idea de lo que hacían.

- Vale, entonces... creo que yo me voy, suerte compañero tu puedes con ello.

- ¿De que vas? Tú vas a acompañarme chaval, ¿que clase de amigo eres?- dije entre risas disimulando lo más que podía mi ansiedad y nerviosismo.

- Venga va.- alzo una mano hasta que finalmente un taxi se dignó a parar. Una vez dentro y rumbo a nuestro destino comencé ante lo que se venía.

Ordené muchas frases en mi mente sin llegar a ninguna establecida, la sangre pronto subió hasta mi cabeza y mi pulso se alteró repentinamente. Podía oír su respiración y mi corazón bombear con fuerza, entré en pánico, aun más si eso era posible, al notar que ya habíamos llegado a nuestro destino.
Baje torpemente junto a su lado quedando completamente paralizado, no sabía como empezar a explicarle todo, ¿Y si esto era un grave error? ¿Y si no sentía lo mismo por mi?
Me abofeteé repetidas veces en mi mente hasta que finalmente reuní el valor necesario para poder hablar.

- Escucha Willy- llame su atención- Te mentí ¿Vale?, sucede que todo esto lo hice para ti, no existe ninguna "cita misteriosa" todo el tiempo fuiste tú. Siento si esto es demasiado para ti pero no sabía como hacer para poder decirte la verdad sobre lo que siento por ti.
Me gustas y creo que soy incapaz de alejar ese sentimiento, así que..- me quedé estupefacto al notar como Willy se lanzaba sobre mi uniendo nuestros labios en un torpe beso que no tardé ni un segundo en responder.
Me ahogue en un mar de emociones que no podía comprender ¿Que estaba sucediendo?

- Pensé que te echarías para atrás y no te animarías a seguir con esto. Frank tenía razón.- dijo entre risas nada más separarse de mi dejandome flipando en colores.

- ¿Lo supiste todo el tiempo?- pregunté asombrado a la par que molesto sintiendome un pringado.

- Si, Frank lo propuso hace unos días y finalmente hoy se dio la oportunidad de llevar a cabo la idea. No le odies, en parte fue idea mía, solo quería saber hasta que punto serías capaz de arriesgarte por mi.- finalizó mostrando una gran sonrisa de niño inocente.

- Madre mía chaval, ¿Tú sabes lo mal que la he pasado? poco más y convulsionaba por tu culpa!- bufé molesto y en parte feliz al saber que era completamente correspondido.

- No es mi culpa que no sepas notar lo evidente.-comentó entre risas arrancandome un suspiro- ¿Me perdonas?- susurro haciendo pucheros mientras me rodeaba con sus brazos.

- Claro que si tonto, pero me debes una cena en el restaurante más caro y elegante.- bromeé presionando ligeramente su cintura.

- Hombre, ¿Por qué crees que me vestí tan presentable?- sonreí al pensar lo obvio que era y lo mucho que había ignorado ese detalle. Comenzaba a pensar que esa tontería de "El amor es ciego" era completamente cierto. 

Drabbles WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora