I need you.

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Willy actualmente se encontraba en Los Angeles, y como siempre después de cada despedida me encontraba con mi gran amiga; la soledad.
Solo en casa, quizás el frío ya estaba tan impregnado a mi ser que no me molestaba.. o eso pensaba.

Soy un maldito obsesivo, me digo a mismo obligandome a entrar a la habitación de mi compañero de piso.
Nadie estaba allí para impedirme reacostarme sobre sus suaves mantas y apreciar el ambiente, todo adornado a su gusto.

Quisiera que estés aquí conmigo contando una de tus tantas anécdotas que viviste en Los Angeles, y otras aventuras que tuviste antes de conocerme mientras finjo que te escucho con atención pero en realidad estoy perdido en la forma en la que mueves tus gruesos labios rosas.

Sin embargo estoy aquí, arrodillado sobre su gran cama, porque soy demasiado débil, hacía menos de una semana que Willy había abandonado España por unos días y ya sentía ganas de ir a por él.

Había pasado un tiempo estos últimos meses en las que tenía la sensación de que había una vibra entre nosotros y me aterrorizaba como la mierda creer que él este pensando seriamente en regresar a vivir en Los Angeles.. sin mi.
Tal vez por eso me mantengo haciendo esto, en silencio.

Me veo a mi mismo llevando mis dedos sobre la suave lana de jersey de Willy., la vergüenza me consume hasta el fondo de mi estómago pero soy incapaz de detenerme. Si Willy me viese ahora mismo se arrepentiría de compartir piso conmigo por el resto de su vida.

Había sido un duro trabajo aceptar desde un principio el vivir juntos, me imaginaba desde un principio que cosas como estas pasarían. Aun recuerdo la primera vez que me lo preguntó como si no fuera nada:

"Deberíamos vivir juntos, sería divertido verte todos los días y que me prepares el desayuno"

"No creo que sea buena idea, muchos dicen por ahí que tú y yo... estamos.. juntos..juntos."

Pero entonces éste había añadido: "¿Y eso qué? No es como si en realidad estamos juntos" y mi corazón desde entonces se había hundido cual titanic, asentí mostrando mis dotes de actor sacando la mejor sonrisa y acepte aquello. Porque tenía razón, no había nada, no somos nada.

Habíamos hablando de aquello una que otra vez pero siempre hay algo que parecía detenernos. Tal vez simplemente no estabamos destinado a ser nada más que esto, atrapados en un limbo de demasiado cerca, pero no lo suficiente.

Levanté el jersey, tragando duro. Sabía que lo que estaba haciendo era enfermizo, pero lo hice de todos modos. Lo llevé hasta mi cara e inhale profundo.
Rico no, olía delicioso y limpio. Tan él. No es lo mismo como cuando compras ropa nueva y ese olor característico te embriaga, era mucho más que solo eso, era como si lo tuviese aquí mismo entre mis manos y pudiese sentirlo cerca de mi.

Solo deseaba poder tenerlo aquí y abrazarlo fuerte sin que ponga resistencia, que dejase que toque su delicada y suave piel de porcelana, que dejase que lo desnudara y lo hiciera mío. Era triste o embarazoso. Probablemente las dos cosas.
Mientras Willy estaba en Los Angeles con sus otros amigos y discotecas como cualquier joven normal de su edad, yo estaba sentado en su cama con la cara hundida en el suéter que él había olvidado empacar.

Me gustaría poder decir que fue la primera vez que lo estaba haciendo, y que nunca volvería a pasar pero no podía ni si quiera mentirme a mi mismo.

Joder, estoy enfermo, me digo a mismo riendo sobre la tela. Mis ojos arden y mis dedos apretados contra la suave lana también, porque es jodidamente doloroso el amor que le tengo a ese maldito parguela.

"¿Estás seguro de que no quieres venir?" recordé a Willy decir, con un pie ya fuera de la puerta.

"No", Respondí con un nudo en el pecho. "Tengo vídeos que grabar" Entonces la puerta se cerró. Se sintió a cientos de kilómetros de distancia.

Drabbles WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora