El juego de la botella.

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[...]
En que maldito momento se me ocurrió preguntar esto. Bufé enfadado apartando la mirada.

- Que era broma, si sé como se juega eso!...- resoplé agobiado acompañado de una risa nerviosa.
- No, no lo sabe, explícale Samu.- decía Rubén abrazandome por la espalda.
-Venga!.- gritó Frank partiendose en risas. Me asustaba el nivel de tontería que llevaban estos.

¿Cuando fue que decidí que fuesen mis amigos? reí para mis adentros recordando el primer día de clases en la prepa hace un año; en el que nada más presentarnos comenzamos a bobear.

-Bien, callen la boca yo les explico en que consiste el juego, a ver Willy que tu fuiste el que preguntó.- comenzó por decir Samuel.- el juego de la botella es así- tomo una botella de plástico poniéndola en el suelo haciendola girar- le hago girar así y a quienes apunte cuando se detenga tendrán que...
- Samuel por favor, ya sé de que va el juego lo decía en broma.- interrumpí quitando los brazos de Rubén de mis hombros haciendo el amague de querer irme, obviamente fue en vano ya que Rubén insistió volviendo a abrazarme para que no me escapara.
- Que te calles!- resoplo fingiendo enfado- bien, como decía, tendrán que darse un beso, en la boca.- Termino por decir guiñandome un ojo, es que es tonto. Ambos sonreímos por la reciente tontería y formamos una ronda en el suelo.
- ¿Se apuntan o tienen miedo de besar a un chico?- preguntó divertido Frank mientras tomaba la botella entre sus manos haciendo que todos rieran, menos a mi, mis nervios estaban a flor de piel, no es que me diese asco ni nada sino que son mis amigos joder que extraño! además de eso nunca había tenido un rollo extraño con un chico, aparte de Samuel, eso es otra historia... él quien parecía muy entusiasmado por jugar, así que decidí dejarme llevar por la tontería.
- B-bien.- masculle entre dientes observando como Samuel sonreía victorioso.
- Nosotros estamos esperando que esta mierda inicie desde que Willy comenzó a bobear- dijo Rubén entre risas.
- Me apunto, Alex también. a que si?- dijo Mangel sacudiendo las manos de Alex, el menor asintió sonriente. Que grupo de tontacos tengo de amigos madre mía...

- Vale, Rubén cierra la puerta por si acaso, no vaya a ser que lleguen tus padres y piensen cosas extrañas- dije entre risas, rubén obedeció sin protestar.
-Empecemos.- dijo rubén tomando la botella mientras tomaba asiento a mi lado, de un leve movimiento hizo que la botella comenzara a girar sin parar, mentiría si dijera que no estaba nervioso, ni siquiera quería ver donde iba a frenar. Mi corazón latía a la misma velocidad que la botella daba vueltas... y cuando menos lo espere la velocidad redujo pasando sobre mi y Samuel que se encontraba en frente mío, ¿de verdad era así? me incline un poco hacía adelante esperando que ahora viniese el tan esperado beso, pero no fue así, al agachar un poco la mirada caí en cuenta de que la botella se paró entre Samuel y ¡Rubén! no, ¡no! es que no! ¿¡que dices?! maldecía una y mil veces dentro mío sin decir ni una sola palabra, las orejas me ardían de la rabia y ni siquiera sabía el motivo por el cual me sentía tan molesto.
Mientras tanto Samuel y Rubén permanecían neutros mirandose el uno al otro riendo como idiotas sin hacer nada, encima eso chaval es que los reventaba de un guantazo.
- ¿Seguimos o se van a seguir viendo entre ustedes como unos parguelas?.- pregunté con un evidente tono de enfado, intente calmarme tampoco quería sonar tan borde.

Y así fue, Rubén se aproximo a los labios de Samuel, como si hubiese esperado cada minuto de su jodida vida ese estúpido momento... vale, a lo mejor estaba exagerando pero no me gustaba para nada lo que estaba presenciando, Rubén tomo por las mejillas a Samuel dandole un suave beso mientras este se sonrojaba y correspondía; ni siquiera quise apartar la mirada, por alguna razón estaba como en trance sin poder dejar de observar esa escena, sentía como la sangre se me subía a la cabeza logrando hacerme querer golpear todo a mi al rededor.

- Bueno, ¿seguiremos jugando o estos dos irán a repartirse más besos al armario?.- comentó Mangel con tono de burla haciendo que ellos se separaran al instante mientras todos reían, fingí una leve sonrisa mateniendome al margen.
Nuevamente Rubén tomo la botella y la hizo girar, con la reciente escena ya me daba igual donde pararía. La botella se frenó entre Alex y Frank, ambos soltaron una fuerte carcajada contagiandome. No se hicieron esperar, como si una fuerza magnética los estuviese atrayendo juntaron sus labios en un ¿beso? yo diría que prácticamente se estaban comiendo la boca.
Casi al instante todos comenzamos a corear "Salseo" mientras nos partiamos en risas hasta que se separaron.
- Madre mía tío por un momento pensé que Fran se estaba comiendo a Alex.- comentó Samuel casi llorando de la risa, lo estaba disfrutando mucho.
- Si, casi tanto como Rubén a ti.- dije soltando una risa falsa hechandoselo en cara, no pude evitarlo me había salido del alma decirlo.
- Oh damn.- dijeron los demás mientras reían.
- Celoso.- dijo en un tono casi inaudible pero lo suficiente para que solo yo lo escuchase. ¿Celoso? ¿yo? pff menuda tontería, ¿de que iba a estar celoso? fruncí el ceño en desaprobación apartando la mirada.

- Vale, vale, pongamosle salseo a esta mierda.- dijo Rubén con una sonrisa de oreja a oreja bastante malisiosa, conocía esa sonrisa, ahora es cuando suelta una tontería enorme como una casa y todos aceptamos porque somos así de tontos.- Ahora a quienes les toque tendrán que decir del uno al diez cuanto le dan al que les tocó, y luego beso, con lengua.- ¡Venga tío! este quiere porno o qué pensé mientras reía sin opinar nada.
- Tío, se te está pirando la pinza, sabemos que estas desesperando por besarnos salvajemente pero relaja.- dijo Alex mientras reía.
- Tú calla que poco más y te follas a Frank.- agregó Mangel, muy típico de él defender a Rubén.
- Me apunto.- dijo Samuel haciendo que todos callaramos.- Vamos, lo que pasa en la "zona" se queda en la "zona".- termino por convencernos, asentimos sin agregar más nada. Sabía que terminaría así.
- Vale, una más y me voy que se me hace tarde.- masculle entre dientes, pasaron de mi como si no hubiese un mañana.

Rubén tomo la botella y comenzó a hacerla girar, una vez más. La botella parecía no frenarse más, todos estaban atentos a ella, esta era la definitiva. Para mi sorpresa la botella terminó por frenarse justo enfrente de mi y ¡Samuel! joder, mierda, ¿y ahora? joder! ya me había puesto nervioso, mis pulsaciones se aceleraron repentinamente, hasta podía escuchar mi corazón chocar contra mi pecho, me mantuve inmovil unos segundos hasta que Samuel llamo mi atención tomandome de las manos ¿y ahora que hacía? ¿acaso quería terminar por matarme? ¡mi corazón iba a explotar macho!

- Madre mía, madre mía!.- canturreaba Rubén mientras se sentaba más apartado de nosotros, como dandonos espacio, los demás lo imitaron. ¿que les sucedía a estos tontos? ni que necesitaramos tanto espacio, solo era un beso ¿no?
Nuevamente mire al frente conectandome con la mirada de Samuel, él parecía relajado, como si supiese que este momento llegaría y lo hubiese estado ensayando.

- Del uno al diez, un veinticuatro.- musitó sin apartar su mirada de la mía, sonreí confuso hasta que recordé las "nuevas reglas del juego", mis mejillas ardieron al momento haciendo que este riera, seguramente me había puesto como un tomate de rojo. No me atreví a decir ni una sola palabra simplemente solté de sus manos, le tome de la nuca, me abalance encima suyo y uní nuestros labios, no era nada nuevo anteriormente ya nos habíamos besado sin razón alguna, un bobeo nuestro que viene desde que nos conocimos; pero por alguna extraña razón esta vez era algo... extraño, algo que no podría definir con palabras simplemente mucho mejor que las anteriores veces, más ¿sincero? no, ¿amor? tal vez, en ese momento solo sabía que no existía nada que me gustarán más que sus labios.

- Bueno, bueno aquí hay amor!.- gritaba Frank de fondo mientras todos reían, me aparte de Samuel lanzandole una mirada fulminante, estaba apunto de separarme de él pero este nuevamente me tomó por la cintura y me besó, por supuesto correspondí mientras sonreíamos entre besos los demás se dedicaban a tararear canciones estúpidas de amor.
- Me gusta cuando te pones celoso por tonterías, eso me hace saber que yo te importo y me quieres solo para ti.- masculló volviendo a unir nuestros labios. Es que es tonto...

Drabbles WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora