Drabbles Wigetta

Posesivo.

 Risas, risas era lo único que podía escuchar proveniendo de la sala. 

 Se trataba de Frank grabando el Bottle Flip Challenge con Willy, el cual rechacé la invitación a participar por diferentes motivos, uno de ellos: aparecer en cámara no es lo mío.

 Sin embargo no pude evitar sentirme algo molesto al escuchar la diversión y sentirme ajeno a ello, estando en mi maldita casa. ¿Celoso? No, claro que no. 

  A menudo las personas confunden el hecho de tener celos con la inseguridad, lo cierto es que cuando se trata de esa persona no siempre es miedo a perderle lo que sientes sino es temor a que olvide que te pertenece. 

 Y por mucho que suene posesivo, es exactamente lo que es. Quiero decir, en mi mente tiene mucho sentido. 

 Para cuando los chicos finalizaron el vídeo Frank decidió irse a dar una ducha, o es lo que pude escuchar mientras buscaba algo inexistente en la nevera en mi intento fallido de mantenerme al tanto de lo que Willy hacía, en otras palabras, espiando sigilosamente. 

 "Madre mía que haces ahí compañero" sonreí por inercia, antes de voltear sabía que Willy se encontraba de pie detrás de mi. 

 Me sorprendí al verlo, ¿Mojado? 

"¿Y eso?" medio reí señalando su ropa. 

"Oh, me vine de arriba, lo verás en el vídeo" mencionó inspeccionandose a si mismo ajeno a mi mirada, que cualquiera que me viese creería que intento traspasar su alma con mis ojos. 

"Pon eso a lavar anda" le regañé llamando su atención nuevamente recibiendo un chasquido de su parte. "A mi no me chasquees la lengua eh, te lo advierto" amenacé elevando mis cejas haciendole reír. 

"¿Que vas a hacer tú? Anda, que no eres mi madre" me desafió posando sus manos sobre el dobladillo de su remera comenzando a despojarse de la misma, justo en frente de mi. Sí, así es Willy. Un maldito provocador con su maldito cuerpo esculpido por los dioses. 

 Presione mis labios con fuerza al verlo en cuero, su piel prácticamente brillaba y a simple vista se veía tan suave y delicado casi como si fuera una fina pieza de porcelana realmente costosa como para ser tocada por cualquiera. ¿Así que los ángeles existen después de todo eh? 

"¿Qué tanto ves?" se burló captando mi mirada insistente, no hubo incomodidad en el momento, después de todo era algo bastante común vernos diariamente sin algunas prendas encima, aunque usualmente era yo el que se andaba prácticamente desnudo por casa. La poca costumbre de verle así nunca terminaba de despertar algo en mi. 

"Nada. Te has puesto fuerte eh" mencioné llevando mis manos hasta su torso, tocando esa zona, sabía que estaba obstruyendo su espacio personal pero eso no era un grave problema entre ambos. 

 ¿Existía espacio personal entre nosotros? Prácticamente desconocemos eso por completo, de no ser por las incontable de veces en las que Alex nos llamó la atención nunca lo haríamos notado. 

"¿Has visto? Ventajas de vivir con un obsesivo con las comidas sanas y el ejercicio diario" mencionó en un tono aniñado y casi podía recordar todas aquellas veces en las que le obligaba a comer sano y salir a correr conmigo. 

"Y de gratis tsh, no pasa nada, luego me agradeces" dije arrogante presionando ambas manos por encima de su cintura logrando que riera ligeramente por las cosquillas. 

"Ya te gustaría crack" chilló justo antes de golpear sobre mi entrepierna con su puño y salir corriendo hasta la lavandería. Hijo de puta.

 Me mantuve apoyado sobre la pared unos momentos para recuperarme del golpe para luego perseguirle en busca de venganza. 

 Parecíamos niños pequeños pero realmente no nos importaba. 

 Al entrar en la habitación no dude ni un instante en tomarle por los muslos y sentarlo sobre la lavadora con algo de violencia. Este gimió al impacto, quizás más del susto que por otro motivo. 

"Por favor" murmuró casi rogando con la mirada que no le hiciese nada. Inevitablemente sonreí por que, él se ve malditamente bien y a mi merced y estoy completamente seguro de que no me tiene miedo. 

"¿Por favor qué?" arrastre mis palabras sobre su oído provocando que respirase profundo. 

"N.. no yo.. yo no" titubeó trabandose sin saber que decir opto por hacer silencio. Willy podía ser tan descarado, histérico y demandante trozo de mierda cuando quería así como ser un pequeño gatito indefenso. 

"Te has portado muy mal" susurré llevando mi pulgar hasta sus labios para luego indroducirlo lentamente sobre su boca. No hubo quejas ni rechazo de su parte, sino todo lo contrario. Cedió ante mi como un fiel esclavo a su amo enrollando sus piernas al rededor de mi cintura con fuerza provocando una fricción brusca que nos sobresaltó a ambos. 

"Di que lo sientes" exigí retirando mi dedo de su boca. 

"Lo siento" respondió al instante tomando de mi cara para impactar sus labios contra los míos, le dejé tomar el control y degustar de mi boca con su lengua.

 ¿Mencioné que es un gran besador? Pues lo es, el mejor en mi opinión. 

"Di que eres mío" dije entre sus labios desesperado, parecíamos querer deborarnos mutuamente. 

"¿Otra vez celoso de Frank?" se burló carcajeando entre dientes. Desgraciado como se atreve. Enseguida atrape su labio inferior entre mis dientes presionando en ellos logrando que soltase un fuerte quejido. "Hijo de puta" 

"Dilo" exigí nuevamente empujando mis caderas contra su entrepierna haciendole gemir con rudeza. 

"¡Tuyo, soy tuyo!" exclamó ahogado rescatando mis labios con los suyos otra vez. 

"¡No me lo puedo creer!" oímos a nuestra izquierda seguido de una sonora carcajada que nos hizo sobresaltar del susto. 

Oh no..

"¡Joder! ¡Que maleducados tío, que sigo aquí!" Y ahí estaba, un divertido Frank que no paraba de reír y soltar tonterías a nuestras narices. 

"Frank, ¿Te puedes ir? Estamos en medio de algo" dije haciendo énfasis en el 'algo' 

"Tu tío.. yo me voy" enseguida Willy me apartó indignado con su rostro a rojo vivo de la vergüenza saliendo disparado como una bala del lugar. 

"Ups" 

"Me cago en ti Frank" suspiré pensando en como haría para bajar el calentón que llevaba encima estando Frank aún en casa...