Dance with me.

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  3:40 a.m 

 Beber una copa y admirar las vistas a través del ventanal era una de mis tantas costumbres los fines de semana. Simplemente relajarme y reflexionar, un poco de ambas. 

 Pasarme de copas no era mi objetivo sin embargo me permito vaciar una botella entera yo solo, mientras observo los mosquitos chocarse contra el cristal y pronto me encuentro riendo de esos pobres insectos que se estampan con violencia casi pidiendo que acabe con su sufrimiento, y así lo hago. Aplasto uno por uno imaginando que quizás me agradecen por ello y me siento mejor.  

"¿Qué haces?" escucho a mis espaldas y ni siquiera hago el amago por voltear. 

"Acabo con el sufrimiento de estos bichitos" le digo, como si fuera algo normal y Willy ríe despacio y siento como si lo entendiera entonces sonrío. "¿Tú qué haces? Deberías estar durmiendo como el niño bueno que eres" digo sarcásticamente sonando ligeramente como un reproche. 

"No tengo sueño. Además, es sábado, no se supone que deba dormir tan pronto" dice mientras se sitúa a mi lado y se ve cansado, sé que lo está. Sé que no duerme porque sigo aquí y no con él en la cama como se supone que debe ser, pero de todas formas no menciono nada al respecto y finjo que le creo. 

"Está bien, supongo que puedes quedarte y escuchar mis tonterías un rato" 

"Iba a quedarme de todas formas aunque no quisieras" me dice divertido en busca de pelea, sin embargo me río porque es malditamente adorable y decido que es mejor dejar mi botella de licor y ocupar mis manos para sostenerle.

 Me permito tocar su cintura y recorrer mi nariz por su cuello, sabía que olía a su colonia de siempre pero me gusta verificarlo más de dos veces al día. 

 Willy medio ríe y puedo sentir sus delicadas manos caer como una pluma sobre mis hombros. 

"Baila conmigo chiqui" susurro a su oído siguiendo ordenes del alcohol que aun recorre por mis venas quemando todo mi ser. 

 Siendo esclavo del aroma a frutas que Willy desprende que me pide que lo haga mío. 

"No sé bailar" dice molesto clavando sus uñas ligeramente sobre mis omoplatos cual gatito que fue torpemente tratado.

 Y tiene razón, lo he visto bailar en alguna ocasión, es tieso como un palo. 

"Te enseño" le sugiero y recibo un gran suspiro de resignación, he ganado y ni siquiera he insistido. 

 Le ayudo a colocar su mano sobre mi hombro y la otra sujeta a la mía, coloco mi mano libre sobre su cintura y en un suave movimiento deslizo mis pies hacía un lado y le indico que siga mis pasos. 

 Puedo sentir ligeramente mi cabeza dar vueltas debido a que sigo ebrio logrando que mis pasos sean torpes en el siguiente intento, y así terminamos por hacer un baile absurdo donde tropezamos contra nuestros propios pies y reímos de lo tontos que nos vemos pero en ningún momento nos separamos. 

 Pronto recuerdo que no tenemos música de fondo entonces comienzo a tararear la mítica orquesta de Titanic y sé que a Willy le molesta, ya ha puesto los ojos en blanco dos veces en menos de diez segundos, pero eso solo me incentiva a seguir haciendolo. 

"Lo estás haciendo muy bien" miento y él finge que me cree elevando las cejas reprimiendo una sonrisa. 

"Lo sé, el alumno supera al maestro" se burla y le hago dar una vuelta con mi mano para volver a la posición inicial. 

"Ya te gustaría chaval" digo arrogante y dejo expuesta mi sonrisa que me delata, sé que puede leerme, sabe que estoy disfrutando de su compañía. 

"Bésame" exige curvando sus labios en una mueca que no llega a ser una sonrisa y sus mejillas se encienden, se siente seguro pero nunca llega a verse como tal entonces sonrío nuevamente porque realmente me resulta adorable sus intentos por ser demandante, sin embargo me encuentro cumpliendo sus ordenes. 

  ¿Sería capaz de negarme? 

 Me apresuro a tomar de sus regordetas mejillas y me permito observar sus rasgados ojos que comienzan a iluminarse y pienso que si existe la vida después de la muerte haría hasta lo imposible por buscar esa mirada otra vez y volverme a enamorar de él. 

  Nunca podría negarme.

"¿Qué piensas?" pregunta y puedo ver en sus ojos que pudo leer mi mente, sé que lo hace. 

"Pienso que si muriese y pudiera reencarnar en algo, no importa qué, volvería a ti y me enamoraría otra vez" vacilo con mi tono de voz por momentos pero estoy siendo honesto y Willy me conoce demasiado, así que sus ojos brillan aún más. Sabe que no miento. 

"Madre mía estás tan lleno de mierda" y su melodiosa risa se hace oír pero enseguida le hago callar presionando mis labios contra los suyos con algo de violencia, y juntos nos dejamos llevar por el sabor de nuestras salivas al mezclarse, un sabor que sabe a "no me sueltes nunca" y ciegamente obedecemos. 

 Continuamos así por un rato, degustando de nuestros labios al compás de una música que no estaba allí pero ambos podemos imaginar, quizás alguna de John Lennon o una deThe 1975 realmente no importaba demasiado, la melodía permanecía en el ambiente. 

 Nuestros cuerpos yacen unidos sin intenciones de separarse mientras nos balanceamos de un lado a otro con una sincronía casi perfecta, y tal vez la luna nunca a brillado tanto desde la última vez que la he visto, o tal vez solo se trata de mi imaginación que me hace ver todo de un color más claro y puro cuando se trata de Willy. 

 Porque si Willy fuera un color definitivamente sería un color crema, suave y delicado, delicioso a la vista. Dulce, como la crema en un batido de fresa, llamativo y elegante como los pasos de un Tango Argentino. 

 Willy era eso y mucho más.


Drabbles WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora