We will see again.

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Aun cuando crees que pierdes a una persona para siempre, no importa cuanto lo intentes ni cuanto lo evites, nunca se termina de ir por completo de tu vida.

Era una tarde fría de otoño cuando desperté con ganas de empezar un nuevo día, quizás era el frío que me ponía de buen humor o quizás solo porque la noche anterior había conseguido dormir bien, o tal vez se trataba de ese sueño donde encontraba al amor de mi vida.. aunque sólo se trataba del delicioso desayuno que me preparé.

De todas formas me dispuse a encaminarme a la academia, ese día iba atrasado con el horario de entrada, sí, en el primer día de clases, porque no sería yo si no llegase atrasado debido a mi despiste frente al espejo intentando acomodar ese cabello que no paraba de desordenar el orden establecido.
Recuerdo haber cruzado la calle sin siquiera mirar a los lados, porque aquel cabello seguía allí molestando, aunque no podía verlo sin un espejo enfrente pero podía sentirlo! Entonces un coche salió, de quién sabe dónde, y juraría que había desarrollado superpoderes para poder haber esquivado el impacto de no ser porque al abrir los ojos me encontraba al otro lado de la calle siendo sujetado por un joven unos años menor que yo.

- ¿Estás bien?- su voz sonaba grave, al contrario de la mía, aunque se veía escualido y menudo a mi lado.

- ¿Estás bien?- repetí su pregunta notando que se veía pálido y, ¿estaba temblado sobre mi mano?

- ¿Eres tonto? Casi te atropellan y me preguntas a mi si estoy bien?- su tono de voz sonaba cómico y más agudo al alterarse, lindo.

- Tranquilo, estoy bien. Pregunté porque aun no me has soltado y estás pálido chico, ¿Desayunaste?- entonces este soltó su agarre como si de fuego al tacto se tratase.

- Eso no te importa, mejor fíjate por donde vas- sonaba hostil y odioso pero tenía un algo que me resultaba divertido, y no es que eso pasase todos los días, normalmente todo el mundo me cae mal a primera vista, ¿Aquello existe? Si no es así pues acabo de inventarlo.

- Tranquilo fiera, no fue mi intensión tocar un tema tabú, pero te ves delgado deberías comer al menos para no desmayarte, consejo del día, por nada guapo- bromeé intentando que este riera y así lo hizo, su sonrisa era enorme y bastante bonita.- Apuesto a que eres de los que no sonríen y odian al mundo

- ¿Estoy tratando con un brujo? Madre mía- dijo irónico

- No, solo eres un libro abierto con una portada lamentable, de esos que solo se ponen en una estantería y los ves desde lejos pero nunca quieres leerlo porque se ve opaco y triste, seguro uno aburrido de historia- reflexioné observando sus enormes ojeras debajo de sus rasgados ojos y aquellas muñecas cubiertas de pulseras ajustadas probablemente ocultando mil historias y noches de llanto.

- ¿Eres así siempre?

- ¿Así de sabio? Nada uno aquí que sabe cosas... Samuel de Luque a tu servicio

- ¿Ahora es cuando te digo mi nombre o solo me voy?- bromeó serio, y comenzaba a preguntarme si bromeaba.

- Pues sería bueno saber el nombre de quién hace unos momentos me salvó la vida.

- No lo hice, fue inercia, cuando ves un tío caminando directo hacía su muerte sin saberlo lo primero que haces es ayudarle a no morir

- Así que me ayudaste a no morir, que bien, pues gracias por eso. Supongo que ya debes irte así que.. nos vemos chico.- dije sin más dando por hecho que el muchacho no tenía intención de hacer amistad, triste, pero así era mi día a día.

Me di media vuelta sobre mis pies y me encaminé a casa, debido a que ir a clases sería estúpido con tanto retraso. Prefería encerrarme un rato y pensar que alguien me ayudó a "no morir" hoy.

Drabbles WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora