Parte 1

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Narra Taehyung

¿Alguien que se haga respetar? Os aseguro que ese no soy yo, ni por asomo, pero,
¿que le puedo hacer yo? Tan solo tragar mis palabras, eso es lo que puedo hacer, después de todo
no es que importe mucho ahí dentro, "la ley del más fuerte" es la que hay ahí dentro, y,
gente como yo que no llega a ser respetados la pagamos así, a base de amenazas, insultos, golpes
risas y demás.

En verdad esa ley es de estúpidos, por eso existe, la gran mayoría de personas, y, me incluyo en eso, somos estúpidos, o eso me enseñaron ellos y mi "ex-madre", con la cual ya ni vivo con ella ni
quiero tenerla cerca de mi, ¿quién querría vivir con alguien que tanto a ti como a tu padre os maltrata? Yo por supuesto que no.

Que le vamos a hacer.

Caminaba por aquella fría calle, dentro de poco empezaría el segundo trimestre, y con ello, mis "compañeros".

Iba hacia la tienda donde mi padre trabaja, después de todo, lo necesito si no quiere que incendie la cocina y deje un desastre ahí, pero también, que ya le tocaba salir de aquel infierno para él, se bastante que para el es simplemente eso, y que si no necesitáramos el dinero, no estaría precisamente en ese trabajo.

--Papá...-- Susurré cuando ya estaba allí, viendo como él sonreía a aquel señor que le volvía loco, si, cuando mi madre se fue, el entendió que ninguno de los dos se amaba, y, cuando se quería dar cuenta, se había enamorado de a saber quien es ese del trabajo, otra e de las cosas del por que se mentían conmigo, se había enterado de eso.

Una vez me había visto, me sonrió y caminó hasta mi para revolverme el pelo e irnos no sin antes despedirnos de la gente amable de allí.

Mi padre es bastante joven, {claro que, según en que sentido lo mires} tenía 38, pero su pelo se mostraba sin una cana, con su pelo marrón natural, un poco de barba y bigote, bastante alto,
¿1'87...1'88? Bueno, uno de esos números, bastante fuerte, con una voz bastante varonil y
siempre con una blanca sonrisa.

--Toma papá...-- hablé dándole mi bufanda mientras caminábamos a casa.-- Pareces un niño pequeño, siempre hay que cuidarte...- Su risa era bastante fuerte pero contagiosa, a si que yo tan solo le sonreí.

Cuando habíamos llegado al enorme edificio y a nuestro piso ya disponiéndonos a abrir la puerta para por fin estar calentitos, escuchamos como en la casa de al lado se escuchaba una pela para luego la puerta principal de allí se abría dejando ver a un chico con la cara roja de la ira, miró hacia nosotros y nos dio un ceño fruncido.

Conocía a ese chico, Park Jimin, 16 años al igual que yo, clase 4-B, {la mía} nadie se mete con él, y quienes lo han hecho, {sobre todo por su altura} han sufrido bastante, pero en cambio, no era un popular de esos.

Jimin, Park Jimin, el chico que todos dicen que es un misterio, ¿es mi vecino?

--Buenas noches señor Kim, mi madre le estuvo buscando antes, pero como nadie contesto, no pudo decirle lo que quería, cuando pueda, hable con ella, a saber que quiere decirle, si me disculpa, adiós.-- Por suerte para mi pasó de un servidor como todo los demás.

Mi padre y yo nos miramos ambos nerviosos y confundidos, ¿se escuchaban gritos de pelea en la casa y el hijo salía así, como si nada?

No, juraría que "como si nada" no, su mirada no transmitía eso, transmitía odio, ira, como su cara roja y sus puños cerrados.

Ese chico en verdad siempre me a dado miedo, y siempre será así.

Mi padre y yo entramos a un con las dudas de lo que decía Park, supongo que mi padre hablará con la señora Park más tarde, tal vez, quien sabe, después de todo, tengo que preparar la mochila, dentro
de dos días empezará mi odiosa vida en aquel recinto.

Solo espero que mi padre no se entere de absolutamente nada.

¡Oye, tú!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora