¡Oye, tú!

Parte 7 {pequeño recuerdo 2/2}

.-Narra TaeHyung.-

Jimin se había casi corriendo, en verdad me daba igual, había dado la hora del recreo, a si que de seguro se había ido con sus amigos.

A si que vamos, toca la tortura.

Caminé por el patio donde estaban casi todos los alumnos de las distintas clases estaban reunidos, y con eso, seguro que en algún sitio de ahí, estaban Jungkook y sus amigos, con los que me tengo que andar con cuidado, principalmente por que el pelo teñido, estaba allí.

Sentí que alguien me cogía por el cuello y me llevaba a los baños del recreo.

¿Dónde estas los malditos profesores cuando uno los necesitas?

Vi como el pelo teñido era el que me había traído y tirado al suelo del baño para el cerrar la puerta con el pestillo, {desde adentro claro}

--La pagarás por pegarle a mi hermano.- Espera espera espera, esto no puede estar pasando, no, ¿me va a pegar la paliza de mi vida por solo pegarle una puñetera vez? Venga ya, con todas las veces que el me a pegado...

--P-Por favor...- Rogar por mi vida es lo único que puedo hacer, después de todo, el a un que parezca un débil, de seguro es bastante fuerte, tal como su hermano, las apariencias engañan chicos, nunca tomen en serio una apariencia...

--No.-

Tan solo dos puñetazos, pero fueron suficientes para poder ver las estrellas.

En verdad son hermosas, tenéis que verlas...

No me hagáis caso, delirar es demasiado malo para vuestro estado, si vais a verlas, sed astronautas, por que...los astronautas son los que hacen eso, ¿no?...

Creo que tengo que hacer más caso a las clases.

En fin, vi como aquel se levantaba y se marchaba, a lo que yo aproveché para ver como estaba, pues en uno de sus golpes me había mordido la lengua, y pues como que duele, un poco, no más, no no, para nada.

Miré mis mejillas que estaban demasiado rojas, apuesto a que me va a salir un moretón, me lo veo venir.

Solté un suspiro para ponerme la capucha y caminar fuera de los baños, estar ahí solo en verdad llega a ser un poco sofocante.

Justo en ese momento había tocado el timbre.

Caminé hasta la clase para quitarme la capucha una vez estaba en mi sitio, por suerte nadie preguntaba por mi, eso en verdad es bueno, ¿no? Así no tienes que mentirle a nadie, es bastante bueno...

En fin, no tenía que decírselo a nadie hasta que llegó en ese momento Jimin corriendo.

--¡¿Quién te hizo eso?!- ¿Desde cuando se grita en medio de la clase? Y peor a un, me había cogido del cuello de la camisa que llevaba, ahorcándome (disculpad, no se como se escribe) A si que yo tan solo pude poner mis manos en sus manos para al menos calmarlo.

Toda la clase estaba mirándonos.

--J-Jimin...tranquilízate por favor...- Vi y sentí como relajaba el agarre y se sentaba a mi lado dándome una mirada arrepentida, a lo que yo tan solo sonreí, después de todo, el no me había hecho nada comparado con lo del peli teñido y lo de Jungkook siempre.

Y ahí, empezó el profesor a dar la clase.

.-Recuerdo.-

--Hijo vamos, ¡llegaremos tarde a la nueva casa!-- Papá decidió que mudarnos el y yo era lo mejor, pues mamá siempre que llegaba se la pasaba pegando a papá, y siempre yo también acaba por meter para que dejara de golpearlo.

Y el último recuerdo que tengo de ella es un golpe en el la mano, tan fuerte que me había pasado horas llorando y ahora tenía un moratón.

Mamá era como la jefa los monstruos de la cama.

Cogí la mano de mi padre para que me vistiera.

Papá si era bueno, a si que, por arte de magia, me vistió con el pijama, pues llegaríamos de noche allí ya que era hora y media de viaje y ya estaba anocheciendo, me puso las pantuflas, cuales eran un poco más grandes que mis pies, y nos pusimos en marcha.

Cuando me quise dar cuenta, ya estábamos allí, a si que una vez llegué me puse a jugar con mis juguetes ya que todos estaban allí.

--Pequeño ven, un niño quiere conocerte.- Me levanté con cuidado y con la duda en la cara, pues todos los niños se alejaban de mi.

Cogí la mano de papá y caminé por las escaleras con cuidado para saber quien era el niño.

Y ahí estaba.

Un niño un poco más bajo que yo, ojos negros como su pelo totalmente rebelde para mi opinión, vestía bastante formal, una blusa de tiros blanco y vaqueros, eso es ir formal, ¿no?

Vi como corría a abrazarme, a lo que primero me sorprendí pero luego le seguí con el abrazo, olía a fresas~

Cuando dijo que si podía jugar conmigo lo lleve corriendo arriba, a lo que en ese instante me caí y empeze a sollozar.

Todo paró cuando el me abrazó, y después me preguntó como me llamaba.

-T-Taehyung...Kim Taehyung...Tú...-susurre mirándolo- ¿tu me protegeras de los monstruos?- Sí, a un tenía miedo, ¡pero es que los fantasmas son muy fuertes y grandes! y yo...no podría con ellos, en cambio, el se ve tan wow...tan sin pala-...no se como se dice....

-Me llamo Park, Park Jimin, tu salvador- Sonreí para luego abrazarlo y darle un beso en la mejilla.

¿Él haría que mamá monstruo dejara de pegarme? ¿Que los niños de mi escuela tampoco lo hicieran? Jimin, espero que cumplas tu promesa y seas mi salvador el que salve mi al-...mi eso de aquí...tampoco se como es la palabra...

¿Al-mman? No, papá no lo decía así.

~Fin de recuerdo~

Habían terminado las clases y, según salió el profesor todo el mundo justo después de que el profesor saliera y después casi tirándolo al suelo, en verdad me daba pena el profe, era tan bajito que se podía confundir con un alumno, y ese profesor era mi no se que, tan lejano es que ni siquiera lo tachan como uno de mi familia.

En fin.

Vi a Jimin esperándome en la puerta con la llave del delegado, ¿por que se la dejaron?

Supongo que querrá coger de nuevo esa conversación, después de todo, es Jimin.

--Ahora dime, ¿quién fue?--

--¿Prometes no hacerle nada a nadie?-- El tan solo asintió-- ¿Absolutamente a nadie?-- Volvió a asentir, en fin, lo creeré.- Fue el peli verde...

--¿Suga?- ¿Se llama así? Dime que no, esta vez fui yo el que asentí para ver como cada parte de su minúsculo cuerpo se tensaba, ¿que pasaba con él?-- Bien, puedes irte a casa, ¡ten cuidado!

Y sin más se fue.

¿Por qué creo que se a meter en un lío? Por que seguro que lo hace.

En fin, lo esperaré en mi puerta, suerte de que es mi vecino y, lógicamente, se donde vive.