Parte 2

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Narra Jimin

Esto de estar en vacaciones desde siempre me a parecido mierda, pero con tal de no estar allí valía todo la pena.

Pena era estar allí dentro, ver como gente sin vida se mete con gente que solo intenta ser una buena persona acaban golpeadas, con moretones y con miedo a decírselo a sus padres por miedo a las tantas amenazas que recibían.

Me gustaría cargarme en cada una de todas las personas que golpeaban a aquellas pequeñas totalmente indefensas.

Hijos de sus madres todos.

Golpeé furioso lo primero que encontré, mi peluche de un león... 

Me acuerdo perfectamente de su historia, me lo regaló " Kim", claro, tan solo sabía quien era, pues estaba en mi clase, ambos de pequeño habíamos perdido nuestra memoria en un accidente de tráfico, eso fue perfecto para que mis padres y los de él nos separaran, a si que recuerdo su nombre por que está escrito en la etiqueta del león.

Salí de casa, no quería estar allí, cuanto menos estuviera allí, mejor.

Sofocante, eso era estar con ellos.

La calle estaba casi solitaria, a excepción de dos o tres personas que estaban paseando.

¡Maldición! No puedo dejar de pensar en eso...

Bien, contaré algo.

Jungkook, mi problema.

Exactamente era ese chico el popular y el que golpeaba a los demás...ojalá pudiera romper esos dientes de conejo que tiene y golpear todo el enorme cuerpo que tiene tan solo por joder a gente que bueno, si, están en su mismo curso -o superior- pero son más débiles, flojos, son mucho más
frágiles.

¿Cómo se puede divertir pegando a esas personas? 

Se parece a mi padre, pegándonos por diversión.

Comenzé a tener un poco -mucho- de frío, se notaba que a un estábamos en invierno, a si que decidí volver a aquel "mini" infierno que mucha gente llama hogar, pero yo, pues bueno, yo lo llamo "MINI" infierno.

Subí al tercer piso y me fijé en la casa de al lado, tan solo había ido una vez con mi madre cuando aquellas personas se mudaron, hace 5 años.

Me había dado pena el niño de mi misma edad, tenía un gran moretón en una de sus manos, un color rojizo {como si lo hubieran pegado antes de vernos} en la mejilla, temblaba y su voz a esa corta
edad era profunda como la de su padre, quien también tenía síntomas de que le habían pegado, pero no dije nada, simplemente no podía.

Nunca me dijo su nombre, tan solo sabía que eran "La familia Kim"  y con toda la gente que tiene "Kim", me sería bastante difícil saber quien es, y de mi clase tan poco sabría, pues habían Kim demasiados.

Entré silenciosamente en mi casa dejando de ver a aquella puerta color madera, como todas las demás, lógico.

--Ya llegué.-- Hablé para luego irme de aquella sala a mi cuarto, pero no, una mano llegó a coger mi muñeca, y ahí vamos de nuevo.

--¡Siéntate niñato!-- Escuché gritar a mi padre tirándome de la muñeca llevándose un quejido de mi parte, pues me había agarrado tan fuerte que ni me di cuenta cuando ya me había tirado a la
silla.

--¿Que quieres ahora, vejestorio?--

--Mira niñato...mejor cállate ¿quieres? Siéntate ahora mismo, ¿vale?--

Y así, una nueva pelea vocal, todo hasta que llegó mi madre y la pegó.

Oh no.

Ahí si que no.

Le pegué con un puñetazo en la nariz, dejando así como su nariz ensangrentada, a mi madre no la toca este imbécil.

--¡¡NI LA TOQUES!!-- Grité con todas mis fuerzas para espantarlo, o intentarlo.

Fue ahí cuando sentí una cachetada por parte de ese.

--A mi no me grites niñato.--

--¡TE GRITO SI ME DA LA GANA!-- Iba de nuevo a pegarle cuando sentí que mi madre se ponía en medio, sabía que eso no lo hacía por el, por si el recibía algún golpe más, no, lo hacía por mi, para que no recibiera otro golpe más de este capullo.

Salí histérico de allí para cruzarme con los vecinos, el padre y uno de los hijos, pues por lo que había oídos días antes por una pelea, se había separado.

Y ahí vi al hijo, Kim Taehyung, en mi clase, 4-B, sufría palizas, amenazas y demás, pero en cambio, no se lo contaba a su padre.

Le dije a el señor que mi madre quería hablarme, pues me lo había dicho y salí corriendo de allí, necesitaba aire fresco, a un en ese momento fuera DEMASIADO aire fresco, tanto, que hacía hasta frío.

Adiós.

¡Oye, tú!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora