LINA P.O.V
Luego del encuentro con Chris, me dirigí a la biblioteca para buscar algunos libros que necesitaba.
No entiendo porqué Teo y el otro chico me defendieron, no me conocen y lo que hicieron automáticamente los transforma en marginados, fue la peor decisión que pudieron tomar. En esta escuela los chismes corren demasiado rápido y para esta hora, la mayoría de los estudiantes ya se habrán enteraron de lo que pasó en la clase de literatura, además de la discusión que Caleb y Chris tuvieron en la clase de gimnasia, según lo que escuche, ellos dos casi se pelean porque supuestamente Caleb había intentado algo con Vanessa y Chris es muy posesivo en cuanto a ella. Pero solo son rumores y no creo en ellos.
Me siento muy culpable, arruiné el primer día de esos chicos; aunque no me sorprende. Siempre arruino todo, soy una inútil, tal y como mi abuela dice.
Debería disculparme con ellos, pero a estas alturas ya debería estar enterados de lo que soy, seguramente comenzarán a burlarse junto con los demás, no es que los esté juzgando, porque se ve que son buenos chicos, pero yo no confío en nadie.
Al salir de la biblioteca con los libros en mi manos, me dirigí a la clase de matemática, la última clase del día. Pero mi caminata fue interrumpida cuando alguien me empujó, provocando que mi cuerpo impactara contra la pared izquierda. Un antebrazo se posicionó en mi cuello y comenzó a hacer presión en la zona. Levanté la mirada mientras intentaba apartar ese brazo de mi cuello y al hacerlo me encontré con unos ojos celestes y pelo rubio.
Vanessa.
-Vanessa... déjame.- Rogué con la voz entrecortada. Mi respiración comenzaba a ser escasa por la presión que ejercía Vanessa.
Traté de patear sus piernas para poder escapar de ella, pero ella fue más rápida y esquivaba mis pies ágil mente.
-Por tu culpa, suspendieron por tres días a mi novio.- Dijo con la mandíbula tan apretada que creí que sus dientes se romperían.
-No fue...mi culpa.
-Si lo fue, y ahora pagarás las consecuencias maldita loca.- Dijo mientras presionaba con más fuerza mi cuello.
Mi vista comenzó a tornarse borrosa y mis piernas comenzaron a temblar. Traté de tragar saliva, pero no pude, tampoco pude respirar correctamente. Sentía que en cualquier momento me quedaría inconsciente y que nadie me ayudaría ya que este pasillo no se frecuenta mucho. A nadie le gusta ir a la biblioteca y este pasillo solo se llena cuando hay exámenes importantes. Además, si alguien estuviera en este pasillo tampoco me ayudaría, y no solo porque soy la loca de la escuela, si no que también les aterra Vanessa; ella puede ser muy cruel y a algunas persona le aterra la idea de enfrentarla.
Con mi mano derecha traté de alejar el brazo de Vanessa mientras que con mi mano libre empujaba su hombro, pero con las escasas fuerzas que tenía no pude moverla ni un centímetro.
-¡Vanessa Gillies!, ¡¿Qué está haciendo?!- Preguntó alarmada la profesora Margaret. No me había dado cuenta de que se estaba acercando y por lo que se ve Vanessa tampoco se lo esperaba, porque en cuanto escucho su voz me soltó y palideció rápidamente.
Cuando mi cuello fue libre, mis cuerpo se sintió pesado y caí al piso al mismo tiempo que comenzaba a toser y trataba de que algo de oxígeno entrara a mis pulmones. La profesora se acercó a mi apresuradamente y me ayudó a levantarme.
-Vanessa, explícame que es lo que estabas tratando de hacer.- Exigió la profesora.
-Yo...- Comenzó Vanessa, pero antes de que prosiguiera la interrumpí.
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¡Esto Es Vida!
RomanceTodos tenemos secretos, no importa de que clase, todos los tenemos. Angelina tiene su propio secreto, uno muy oscuro, pero jamás lo comentó con nadie ya que si lo revela su vida correría riesgo, y pasó por mucho como para tirar todo por la borda...