Oficial Brown p.o.v.
El estruendoso sonido de la alarma me despertó a las siete de la mañana. No tardé en levantarme de la cama y dirigirme al baño para comenzar mi rutina.
Luego de desayunar, salí de mi casa y me dirigí hacia la primera dirección a la cual mi superior me envió.
Este caso es muy extraño. No puedo entender que existan padres tan desatentos y desinteresados en cuanto a su hija.
Debía investigar este caso y descubrir la verdad para que los padres paguen por el abandono que hicieron con su hija.
La primer casa a la que debía ir era a la del novio de la chica.
Caleb James.
Chico de dieciocho años de edad. Proveniente de Virginia. Se mudó junto con su familia a Brooklyn a principio de año por temas de trabajo de su hermano y de su cuñada. Caleb ingresó a la escuela Brooklyn Heights una semana después del comienzo de clases. Comenzó una relación con Angelina un tiempo después. Él debe saber que ocurrió o por lo menos, debía tener alguna sospecha.
Una vez que estuve dentro de la casa de la familia James y haberme presentado como debía. Tomamos asiento y saqué de mi bolso un cuaderno, una lapicera y una grabadora.
-Voy a hacerte preguntas, Caleb. De esta manera podremos saber que sucedió con Angelina.- Él asintió y cruzó los dedos.- De acuerdo. Comencemos.- Apreté el botón para comenzar la grabación y me preparé mi lapicera para tomar notas.- Tengo entendido que tu mantenías una relación con Angelina.
-Así es, señor. Ella es mi novia.
-De acuerdo ¿Cómo la conociste?
-El primer día de clases. Yo la golpeé accidentalmente con la puerta de mi casillero. Luego de que la llevé a la enfermería comenzamos a hablar y de a poco fuimos llevándonos mejor hasta que terminé enamorándome de ella.- Asentí y tomé nota.
-¿Cuánto tiempo es que llevan juntos?
-Unos cinco meses, señor.
-Y en todo este tiempo ¿No notaste nada raro en ella?- Él miró el piso pensativo y asintió.
-Si, de hecho, hubo algunas situaciones en las que si se comportaba muy extraño. Además estaba muy delgada. Se saltaba sus comidas y parecía tener miedo todo el tiempo.- Asentí lentamente.
-¿A qué te refieres cuando dices comportamiento extraño?
-Bueno… a veces iba a la escuela cansada. También parecía que sufría algunos dolores, pero jamás me admitió que sentía algún dolor.
Mordí mi labio y moví mi lapicera de un lado a otro.
-Sabes… el señor Berlusconi insiste en que la responsable de esto es su fallecida abuela.- Él se sorprendió ante eso.
-¿Su abuela?
-Si. Por eso mismo comenzamos la investigación. Si es verdad que fue su abuela, pueden presentarse cargos en contra de sus padres por abandono de persona, ya que no hay manera de que sus padres no sepan sobre esto.
-Oh… de acuerdo…
-¿Angelina jamás te habló sobre su abuela?
-Ella se quejaba mucho sobre su abuela. De hecho, casi no teníamos citas porque su abuela la castigaba a diario y no la dejaba salir. También estaba enojada con ella porque convenció a sus padres para que anularan todos sus exámenes a las universidades en las que aplicó y para que ingresara en la universidad local. Lina realmente quería alejarse de su abuela. Jamás la había visto tan enojada.- Dijo mirando un punto fijo por unos segundos. Tomé nota rápidamente.
-Y dime... ¿Jamás notaste que haya pasado por alguna clase de abuso? ¿Jamás viste alguna marca en su cuerpo?
-Mmhh... una vez, ella me mostró un enorme moretón en su espalda, pero ella me dijo que se había caído en la ducha. Ahora que lo pienso... ya no creo que eso haya sido por eso.- Suspiró y frotó sus manos en sus pantalones.- También encontré cicatrices en sus brazos, cerca de sus hombros, pero jamás me dio explicaciones.- Solté mi lapicero y lo miré fijo.- Una vez, ella fue a la escuela... su abuela le había cortado el pelo a la fuerza y la había golpeado. Tenía un moretón en su rostro.- Frunció el ceño y miró sus manos.- Ella estaba muy triste.
-Muy bien, Caleb, y con todo eso ¿Jamás pensaste en la posibilidad de que era su abuela la responsable de su actitud?
-No, señor. En si, Angelina es muy tímida y cerrada. Es muy raro que ella diga algo sobre su vida personal.- Asentí lentamente y llevé una mano a mi mentón.
Parecía ser que Angelina ocultaba su verdadera vida.
-De acuerdo, Caleb, muchas gracias por tu colaboración. Seguiré con tu amigo.- Él asintió y se despidió para dejarme a solas con Gisbert.
Él tomó asiento frente a mi nervioso. Estaba apretando el borde de su camiseta con algo de disimulo, pero su incomodidad lo delataba.
-Teodoro Gisbert ¿Verdad?- Él asintió rápidamente.- Muy bien ¿Cómo conociste a Angelina?
-Fue unos días antes de comenzar las clases. Unos chicos de la escuela la estaban molestando y yo la ayudé.
-¿Lo hacen seguido?
-Si, señor. Desde que entró a la escuela la tacharon de loca y siempre que pueden, la molestan.- Asentí serio.
-¿Alguna vez la golpearon en la escuela?
-Oh sí, Lina nos contó que antes de que nosotros llegáramos, eso era a diario. Luego comenzamos a cuidarla, eso lo redujo bastante. Sólo en ocasiones que nosotros no estábamos para defenderla lo hacían.- Tomé nota y lo miré un segundo.
-¿Alguna vez has visto o ella actuó raro frente a ti?
-Eehhmm... si. Angelina actúa raro la mayor parte del día...- Nada que el otro chico no me hubiera dicho.- Pero una vez, ella estaba durmiendo en la biblioteca y cuando se levantó... Bueno... Ella tenía un moretón bastante marcado en su ojo.
-¿Sabes quién se lo pudo haber echo?
-No lo sé. Pero ella no había tenido ningún problema en la escuela esos días. Así que no creo que lo haya causado allí.
Miré mis notas seriamente.
No me están dando suficiente información. Sin embargo, aún Me quedan muchas personas a la cual debo entrevistar.
(...)
Abrí la puerta del local provocando que la pequeña campana sonara.
Tomé asiento en una de las mesas y saque mis cosas para comenzar rápidamente.
Mi superior no consiguió la dirección de Arlet Müller, pero consiguió la dirección de su trabajo.
-Buenos días. Bienvenido a la cueva de Rico ¿Qué va a ordenar?- Mis ojos se dispararon a la mesera rápidamente que se puso de pie a mi lado.
Fruncí el ceño sorprendido al ver al enorme conejo con una libreta en su mano.
-Un capuchino... Sólo eso.- Dije confundido. Ella lo anotó rápidamente en su libreta y luego acomodó esa incómoda nariz de plástico.- Disculpe.- Ella me miró con atención.- Estoy buscando a Arlet Müller para tomar una declaración sobre el caso de Angelina Deluca.
-Yo soy Arlet.
-Oh... De acuerdo ¿Y a qué hora cree que puede atenderme?- Miró el piso un segundo y suspiró.
-Pediré mi descanso y vengo.- Dijo antes de retirarse.
A los minutos regresó con mi pedido y sin el traje de conejo.
-De acuerdo ¿Qué quiere saber?- Comencé a grabar y me preparé para tomar nota.
-¿Hace cuánto conoces a Angelina?
-Desde que somos niñas. La conocí en otra escuela junto con su primo. Pero al año que siguió se mudaron aquí. Este año vine aquí y volví a encontrarla.
-¿Cambió mucho en ese tiempo?
-Por supuesto. Lina era una niña muy fuerte y valiente. Pero ahora es todo lo contrario. Se esconde todo el tiempo, no se defiende, es muy cerrada en cuanto se trata de su vida. Le cuesta comunicarse y confiar en alguien.- Asentí lentamente.
-¿Sabes algo de su abuela?- Ella negó con la cabeza.
-Sólo se que Lina la odiaba y que había veces que la corría de la casa si salía de viaje. Pero no decía más que eso.
-¿Sabes algo sobre su desorden alimenticio?
-Ella dice que no lo tiene, pero más de una vez se saltó el almuerzo, alegando que no tenía hambre o que había desayunado mucho.- Frunció el ceño y dio golpecitos en la mesa con su dedo.- De hecho, muchas veces su estómago rugía tan fuerte que se podía escuchar claramente... Ella se esforzaba por no comer.
Se quedó unos segundos en silencio pensativa y negó.
-Sabe... yo... yo estuve el día que lastimaron a Lina.- Dejé mi lapicera rápidamente y la miré.- Ella me llamó.- Fruncí el ceño.
-¿Por qué no lo reportaste?
-Lo lamento. Estaba realmente asustada. No sabía que hacer. Jamás había visto algo igual.
-De acuerdo. Detente.- Dije levantando la mano.- Si antes no pudiste, ahora tienes la oportunidad de hacerlo y ayudar a tu amiga. Ahora, comienza desde el momento en el que te llamó.
Arlet me contó como encontró a Angelina y como trató de llevarla a otro lado.
-Le insistí, pero ella no quería irse. Me decía que si se iba, la persona que le hizo eso la iba a encontrar y que me haría lo mismo a mi.
-¿Sabes quién fue?- Ella negó.
-No me quiso decir. Además no había nadie más en el departamento. Así que no sé quien pudo haber sido.
-¡Müller! ¡Se terminó tu descanso!- Ella miró enojada hacia el hombre parado detrás del mostrador.
-¡Ya voy!- Me miró y suspiró- Debo irme ¿Desea algo más?
-Si ¿Sabes cual es la dirección de Chris Nicholson? Debo hablar con él también.
-Si, claro. Vive conmigo.- Ella tomó mi lapicera y mi libreta y anotó una dirección.- Él debe estar en casa. No tenía planeado salir.
-Gracias, señorita Müller.- Miré mi capuchino y volví a mirar a Arlet.- ¿Podrías ponerlo para llevar?- Ella sonrió y asintió.
No podía perder el tiempo y debía seguir con la investigación.
(...)
Toqué el timbre del edificio por segunda vez y esperé a ser atendido.
-¿Si?- Me acerqué a la cámara para que me viera.
-Buenos días. Soy el oficial Brown. Tengo entendido que aquí vive Chris Nicholson. ¿Verdad?
-Así es, ese soy yo ¿Pasó algo?
-Soy el oficial a cargo del caso de Angelina. Quería hacerte algunas preguntas.- La línea se quedó en silencio por algunos segundos.
-Suba.- Dijo antes de activar el timbre para dejarme entrar.
Arriba, Chris ya me esperaba.
Me hizo pasar a la sala y dejó que me preparara.
-Arlet Müller me proporcionó la dirección. Acabo de ir al local donde trabaja para entrevistarla también.
-Oh... ¿Y fue de utilidad lo que le dijo?
-Sólo algunas cosas. Otras cosas ya las sabía por otras entrevistas y otras investigaciones. De hecho, esperaba más de esa entrevista.
-De acuerdo. Si la entrevista de Let no funcionó.- Respiró profundo y me miró fijo.- Escuche bien, porque lo que tengo que decirle es de mucha utilidad.
Arqueé una ceja y lo miró intrigado.
Espero que lo que diga sea cierto, porque ya me estoy quedando sin opciones.
(...)
Tenía entendido que los padres de Angelina estaban en el hospital ocupados con los cuidados de la chica y que casi no estaban en el departamento. Lo dejaría para otro día.
Ahora mi objetivo era el conserje.
El era un hombre de cuarenta años proveniente de México. Emigró a este país hace veintidós años y hace veinte es encargado de este edificio. Es imposible que él no sepa algo sobre ese edifico.
Y si no me daba las respuestas que quería, tenía un permiso legal que me autorizaba a pedir las grabaciones de las cámaras de seguridad.
-Buenas tardes, señor.- Dije una vez que entré al edificio.
-Buenas tardes señor ¿En qué puedo ayudarlo?
-Soy el oficial Brown. Estoy encargado del caso de Angelina Deluca. Ella reside en este edifico. Hace unos días su abuela cometió suicido en su habitación.
-Oh... Si. Fue algo muy trágico.
-Si, lo fue... pero quería hacerle algunas preguntas.- Él me miró desconcertado.
-¿Yo? ¿Por qué yo?
-Usted es el encargado de este edifico hace veinte años ¿Verdad?
-Eehhmm... Si.
-Usted debe saber algo de ese departamento.- El conserje comenzó a incomodarse. Mordió su labio inferior y comenzó a moverse de manera extraña.
-No sé que le hace pensar que yo sé algo sobre esa familia. Si no escuchó quejas de los vecinos, no puedo saber nada. Y nadie se ha quejado de ella en todo este tiempo.
Entrecerré los ojos y lo miré fijamente.
¿Por qué siento que está ocultando algo?
-Señor, soy Policía... y tengo un permiso legal que me permite entrar a esa habitación y revisar todas las cámaras de este edificio. No lo haga difícil y dígame que sabe.- Él empalideció y se quedó en silencio.- ¿Va a colaborar?
Se quedó inmóvil por unos segundos.
Me supuse que no iba a colaborar, así que saqué mi teléfono para llamar a mi superior y pedir refuerzos. Ya que yo no contaba con lo necesario para detenerlo.
Cuando me volteé hacia el mostrador, el encargando corrió lo más rápido que pudo y se encerró en el cuarto que contiene las grabaciones.
Me apresuré en forzar la puerta. Si tardaba demasiado, tal vez le daba tiempo para borrar las grabaciones en las que podía haber evidencia de que lo me dijo Nicholson era verdad.
-¡Abre la puerta!- Empecé a patear la puerta con fuerza gritando e insistiendo para que abriera la puerta.
En la última patada, pude abrir la puerta y me avalancé rápidamente al conserje.
-Cometiste un grave error.
Me senté sobre su espalda y me esforcé para que no me tirara ya que estaba esforzándose por escapar.
Unos minutos después, llegaron dos compañeros de la comisaría y esposaron al conserje.
-Retengalo como sospechoso. El sabe algo.- Dije señalando a uno de mis compañeros. Señalé al otro y le hice una señal para que se quedara.- Ayúdame a encontrar algo aquí.
Me acerqué rápidamente al monitor donde aparecían varios cuadros que mostraban los pasillos del edificio y otras zonas y en el medio, había un gran cuadro preguntando si estaba seguro de eliminar quinientos ochenta y dos vídeos.
Cancelé la elección y tomé mi pendrive para pasar los vídeos que podían ser de utilidad. Por algo intentaba eliminarlos.
-¿Señor?...- Miré a mi compañero y lo encontré con una bolsa de tela en la mano.
-¿Qué es eso?- Él metió la mano en la bolsa y de ella sacó un fajo de billetes bastante voluptuoso.
-No creo que un encargado gane lo suficiente como para tener está cantidad.
Miré la bolsa y la mano de mi compañero.
-Creo que este hombre sabe más de lo que usted cree.
Miré fijo a mi compañero y asentí de acuerdo a lo que dijo.
Él estaba ocultando algo muy grave.
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Holi otra vez 😁😁Lo pensé seriamente y si... Después de tanta espera, se merecen otro capítulo.
Espero que les guste.
L@s adoro 💓💓
Chauu 😳
Chochii 😘😘
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¡Esto Es Vida!
RomanceTodos tenemos secretos, no importa de que clase, todos los tenemos. Angelina tiene su propio secreto, uno muy oscuro, pero jamás lo comentó con nadie ya que si lo revela su vida correría riesgo, y pasó por mucho como para tirar todo por la borda...