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LINA P.O.V.
Arrugué la nariz al sentir algo filoso en ella y me alejé un poco chocando contra alto tibio detrás de mi. Era Caleb, quien rodeaba mi cintura con su brazo y que al sentirme más cerca, apretó su agarre y enterró su rostro en mi cuello.
No tardé en volver a sentir lo mismo junto con algo húmedo.
Abrí los ojos lentamente y traté de aclarar mi visión. A penas lo hice, me levanté de un salto aplastando a Caleb en el proceso.
-¡Caleb!- Él se levantó confundido ante mi grito.
-¿Qué? ¿Qué pasa?
-¡Rata!- Dije sin levantar la mirada.
Él soltó un suspiro y chasqueó la lengua.
-No es una rata, Lina. Es tu regalo de navidad.
-¿Eh?- Levanté la mirada al mismo tiempo que Caleb se levantaba de la cama y se inclinaba para tomar algo de la misma. Al voltearse, me quedé sin habla.
-Ese el brillo que esperaba ver.- Dijo Caleb sonriendo.
-¿Mi... regalo?- Él asintió y acercó la pequeña bola de pelos a mis manos.
-La gata de mi tío tuvo una camada. Me pareció un buen regalo para ti.- Dijo mientras depositaba al felino en mis brazos.
Lo acerqué a mi pecho y rasqué sus orejas, provocando unos leves ronroneos. Miré incrédula al gatito negro en mis manos sin poder creer el detalle que Caleb hizo por mi.
En ese momento, me sentí más culpable. Yo no le traje nada.
-No debiste hacer eso.- Él me sonrió y se encogió de hombros.
-Lo que fuera para ver ese brillo en tus ojos.- Sonreí abiertamente y dejé al gato en el piso, para poder abrazar al chico que tenía frente a mi.
-No me merezco estar con alguien tan bueno como tú.- Él me abrazó y suspiró.- Yo no te traje nada.
-Eso es lo de menos. Lo que importa es que estás aquí. Aceptaste cenar con mi familia.- No sólo me sentía culpable por eso, si no también, por el hecho de que no le pude responder que yo también lo quiero.
-Eres el mejor.- Dije tomando sus mejillas. Él me sonrió y se encogió de hombros.
-Lo sé.- Reí y me puse de puntillas para besar sus labios.- No quería presumir.- Sonreí y levanté mis manos hasta que se enredaron en su pelo...
(...)
CALEB P.O.V.
Acaricié su cintura y pegué mi frente a la de ella.
Seguía dolido por el tema "te quiero", sin embargo, no podía evitar sentirme bien con ella. Se convirtió en una de las personas más importantes en mi vida.
No me arrepiento de haberle dicho que la quiero. Mis padres me enseñaron a no redimirme de las cosas que digo o hago.
Ella no quitó la mirada de mis labios, lo cual indicaba una sola cosa. No iba a negarme, por supuesto.
Me incliné lentamente y la besé con suavidad, intentando no alarmarla. Y aunque estaba casi seguro de que ya no iba a alejarme como siempre, traté de profundizar aún más el beso tratando de introducir mi lengua en su boca.
Contra todo pronóstico, Lina cedió y bajó sus manos a mis hombros, pero no para alejarme, si no para acercarme, mientras suspiraba.
Me alejé un poco para mirarla. Sentí como mi corazón comenzaba a golpear con fuerza mi pecho y como mi respiración se aceleraba cuando Lina decidió acariciar mi cuello con la punta de sus dedos.
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¡Esto Es Vida!
RomanceTodos tenemos secretos, no importa de que clase, todos los tenemos. Angelina tiene su propio secreto, uno muy oscuro, pero jamás lo comentó con nadie ya que si lo revela su vida correría riesgo, y pasó por mucho como para tirar todo por la borda...