Capitulo 13

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 CALEB P.O.V.

 El estruendoso ruido de mi alarma me sobresaltó, me senté de golpe y miré sobre mi mesa de noche. Solo era mi celular, solo que no recuerdo haber puesto guitarras eléctricas de alarma. Detuve ese sonido infernal y me levanté de la cama. Yo no fui el que cambió la canción de la alarma, pero tengo una vaga idea de quién pudo haber sido.

 Entré sigilosamente a la habitación de Teo y me acerqué a su cama. Lo observé unos segundos antes de hacer lo que tenía planeado, acerqué la bocina de mi celular a su oído y acerqué mi pulgar a la pantalla.

 -Te ves tan pacífico cuando duermes.- Murmuré. Teo estaba totalmente cubierto por las mantas y solo su cabeza era visible.- Sería una pena que alguien interrumpiera tus sueños Teito.

 Pulse play y las guitarras eléctricas se escucharon en cada rincón de la habitación. Teo se sobresaltó y en su intento de levantarse de la cama, sus piernas se enredaron en las sábanas provocando que mi amigo se golpeara la cabeza contra el piso.

 -¡Buenos días Teo!.- Exclamé alegre. 

 -Maldito idiota.- Su murmuró fue bajo pero logré escucharlo.

 -Si no te gusta la venganza entonces no molestes.

 Salí de su habitación sonriendo y me fui a bañar, para luego irme a la cocina donde Charlie nos esperaba con el desayuno listo.

 -Date prisa o llegaremos tarde Teo.- Su maldita costumbre de comer lento en las mañanas hace que casi todos los días nos retrasemos y que estemos apunto de quedarnos afuera de la escuela. Después del horario de entrada, las rejas de la escuela se cierran y nadie que no sea algún tutor, directivo o maestro no podrán entrar. Hemos llegado tarde antes, al punto de tener que regresar y rogarle a Mark o a Charlie que nos hagan un certificado falso para llevar como excusa. 

 Empujé a Teo para que caminara más rápido y se subiera al auto, pero claro siendo Teo debe comer a toda hora, así que antes de salir tomó una tostada y se la comió en camino, solo que cuando lo empujé para que entrara en el auto, se ahogó con las migajas y comenzó a toser desaforadamente. Lo ignoré por completo y emprendí rumbo a la escuela.

 Luego de Teo dejara de toser y tomara unas cuantas bocanadas de aire, comencé a reírme por su cara, estaba rojo como un tomate y sus ojos estaba cristalizados. Volteó a verme y entrecerró los ojos.

 -No te rías idiota.- Su rasposa voz solo provocó que mi risa aumentara.- Casi muero por tu culpa.

 -No exageres Teo, solo fue una leve tos.- Dije entre risas y lo miré de reojo.

 -¡¿Leve tos?! ¡Estaba muriendo y tu no hiciste nada!

 -¿Y qué querías que hiciera? 

 -No sé tal vez ¿Ayudarme? 

 -Sigue soñando Teo, es gratis hacerlo.

 -O sea que yo puedo... ¿estar muriendo y tu no harás nada?

 -Te lo mereces por haber cambiado el tono de mi alarma.

 -Pero ya te vengaste.

 -Entonces por tardar con el desayuno.

 -Sabes que tengo que comer lento en las mañanas o me darán náuseas.- Golpeó mi cabeza y se cruzó de brazos. Me detuve en un semáforo en rojo y lo miré.

 -De acuerdo, lamento no haber hecho nada cuando te estabas ahogando con una tostada.- Me miró entrecerrando los ojos y suspiró.

 -De que sirve enojarme si al fin y al cabo no puedes vivir son mi.- Murmuró como si estuviera cansado de la situación.

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