CALEB P.O.V.
El estruendoso ruido de mi alarma me sobresaltó, me senté de golpe y miré sobre mi mesa de noche. Solo era mi celular, solo que no recuerdo haber puesto guitarras eléctricas de alarma. Detuve ese sonido infernal y me levanté de la cama. Yo no fui el que cambió la canción de la alarma, pero tengo una vaga idea de quién pudo haber sido.
Entré sigilosamente a la habitación de Teo y me acerqué a su cama. Lo observé unos segundos antes de hacer lo que tenía planeado, acerqué la bocina de mi celular a su oído y acerqué mi pulgar a la pantalla.
-Te ves tan pacífico cuando duermes.- Murmuré. Teo estaba totalmente cubierto por las mantas y solo su cabeza era visible.- Sería una pena que alguien interrumpiera tus sueños Teito.
Pulse play y las guitarras eléctricas se escucharon en cada rincón de la habitación. Teo se sobresaltó y en su intento de levantarse de la cama, sus piernas se enredaron en las sábanas provocando que mi amigo se golpeara la cabeza contra el piso.
-¡Buenos días Teo!.- Exclamé alegre.
-Maldito idiota.- Su murmuró fue bajo pero logré escucharlo.
-Si no te gusta la venganza entonces no molestes.
Salí de su habitación sonriendo y me fui a bañar, para luego irme a la cocina donde Charlie nos esperaba con el desayuno listo.
-Date prisa o llegaremos tarde Teo.- Su maldita costumbre de comer lento en las mañanas hace que casi todos los días nos retrasemos y que estemos apunto de quedarnos afuera de la escuela. Después del horario de entrada, las rejas de la escuela se cierran y nadie que no sea algún tutor, directivo o maestro no podrán entrar. Hemos llegado tarde antes, al punto de tener que regresar y rogarle a Mark o a Charlie que nos hagan un certificado falso para llevar como excusa.
Empujé a Teo para que caminara más rápido y se subiera al auto, pero claro siendo Teo debe comer a toda hora, así que antes de salir tomó una tostada y se la comió en camino, solo que cuando lo empujé para que entrara en el auto, se ahogó con las migajas y comenzó a toser desaforadamente. Lo ignoré por completo y emprendí rumbo a la escuela.
Luego de Teo dejara de toser y tomara unas cuantas bocanadas de aire, comencé a reírme por su cara, estaba rojo como un tomate y sus ojos estaba cristalizados. Volteó a verme y entrecerró los ojos.
-No te rías idiota.- Su rasposa voz solo provocó que mi risa aumentara.- Casi muero por tu culpa.
-No exageres Teo, solo fue una leve tos.- Dije entre risas y lo miré de reojo.
-¡¿Leve tos?! ¡Estaba muriendo y tu no hiciste nada!
-¿Y qué querías que hiciera?
-No sé tal vez ¿Ayudarme?
-Sigue soñando Teo, es gratis hacerlo.
-O sea que yo puedo... ¿estar muriendo y tu no harás nada?
-Te lo mereces por haber cambiado el tono de mi alarma.
-Pero ya te vengaste.
-Entonces por tardar con el desayuno.
-Sabes que tengo que comer lento en las mañanas o me darán náuseas.- Golpeó mi cabeza y se cruzó de brazos. Me detuve en un semáforo en rojo y lo miré.
-De acuerdo, lamento no haber hecho nada cuando te estabas ahogando con una tostada.- Me miró entrecerrando los ojos y suspiró.
-De que sirve enojarme si al fin y al cabo no puedes vivir son mi.- Murmuró como si estuviera cansado de la situación.
ESTÁS LEYENDO
¡Esto Es Vida!
RomanceTodos tenemos secretos, no importa de que clase, todos los tenemos. Angelina tiene su propio secreto, uno muy oscuro, pero jamás lo comentó con nadie ya que si lo revela su vida correría riesgo, y pasó por mucho como para tirar todo por la borda...