Capitulo 52

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Caleb P.O.V.

Verla así me ponía muy mal. No ha mejorado ni un poco en estos días.
Mark me dijo que debía ser paciente. Que Angelina no estaba bien. Su condición es muy delicada y que sólo quedaba esperar a ver si evoluciona.
Pero ella estaba igual de mal.
Teo se acercó a mi y tomó mi hombro.
-¿Cómo está?- Suspiré lentamente.
-Esta igual, amigo. No parece mostrar mejoría alguna.- Teo ladeó su labio y miró a Angelina a través del cristal.
Debido a que la condición de Angelina era crítica, tuvieron que cambiarla de habitación a una más limpia y las visitas que lleguen sólo podían verla desde el pasillo ya que no se permitía que entrara personal no autorizado.
-Que mal que aún no mejore. Ya me tiene muy asustado.
-A todos nos tiene asustado.- Miré a mi chica en su cama.
Se me cerraba el pecho tan sólo pensar que le puede ocurrir algo a Lina.
Dios, como la extraño. Quiero que se despierte, me abrace y me diga que me ama.
Realmente la necesito.
Estaba comenzando a desesperarme.
-¿Por qué lo hizo?- Teo no respondió.- No puedo dejar de pensar que tal vez fue mi culpa.
-No creo que haya sido tu culpa, Caleb. Tu mismo escuchaste a Mark. Alguien más la estuvo torturando. Tu mismo viste las heridas que tiene en la espalda y el resto del cuerpo.
-Lo se, pero... ¿Por qué no dijo nada? Su vida corría peligro y aún así dejó que la lastimaran.
-Sus razones debió tener, Caleb. Pero hasta que no despierte, no las sabremos.- Bufé exasperado.
Estaba realmente preocupado. Tal vez, el hecho de que yo la dejará empeoró todo.
Mark salió de la habitación y se plantó frente a nosotros.
-Caleb... debemos hablar.- Miré a mi hermano preocupado. Teo asintió y se alejó de nosotros.- Escucha... no quiero preocuparte más de lo que ya estás, pero... la condición de Lina empeoró. Contrajo una bacteria estomacal debido al agua del lago que tragó. Además, su infección se agravó y está comenzando a atacar sus riñones.
»Ayer tomamos varias radiografías y tomografías... no había huesos rotos, pero si hay muchas secuelas de golpes antiguos.
-¿Eso qué significa?
-Significa que no es la primera vez que la golpean brutalmente, Caleb. Lina pasó por muchos abusos físicos durante años y esas secuelas estarán en su cuerpo para siempre. Incluso en su cabeza. Su cabeza está llena de lesiones antiguas y nuevas. Lo más afectado es la zona del lóbulo temporal. Eso quiere decir que es posible que Lina haya perdido recuerdos, incluso puede despertar y no recordar nada.- Bajé la mirada conmocionado ¿Lina se olvidará de mi?- Su cuerpo está muy dañado, Caleb. Tendrás que ser muy fuerte este tiempo.
-¿A qué te refieres?
-Me refiero a que...- Se detuvo mirando el techo y tomó aire.- No te sorprendas si Angelina no supera está semana.- Mi corazón se detuvo rápidamente junto con mi respiración y miré a Angelina.- Ella sólo podrá salir de allí si ocurre un milagro.- Puso su mano en mi hombro y dio un pequeño apretón.- Lo lamento mucho, Caleb.
No sabía que decir.
¿Qué demonios sucedió con Angelina?
¿Qué pasó por su mente cuando cometió esta estupidez?
Ella no podía hacerme esto. Yo la necesito. Ella me necesita. No puede dejarme sólo.
No pude evitar llorar.
Tenía miedo. Mucho miedo. Lina debía mejorar. Yo sé que ella es fuerte. Yo se que puede hacerlo.
(...)
Abrí los ojos de nuevo y me acomodé en la silla. Ya era tarde, pero no me quería alejar de Lina. No después de lo que me dijo Mark.
-Toma esto, Caleb.- Miré el vaso de café que me tendían frente a mi. Lo tomé y miré a la persona que me lo entregó.- Deberías ir a tu casa. Ya es muy tarde.- Tomó asiento a mi lado.
-No es tan tarde, señor Deluca. No estoy tan cansado.- El arqueó una ceja y se encogió de hombros.
-Tu hermano me dijo sobre el estado de Lina...- Se detuvo repentinamente y respiró profundo. Se veía muy mal. Estaba muy pálido y ojeroso. Su rostro gritaba cansancio y preocupación.- Lina puede morir.
-No lo va hacer. No hay que pensar de esa manera. Además, yo se que ella podrá superarlo. Tengo fe en que lo hará.
El señor Deluca no parecía muy seguro de lo que dije. Sin embargo, no dijo nada.
-No entiendo como no nos dimos cuenta que estaba mal. Estaba enfrente de nuestros ojos todo este tiempo.- Frotó su rostro y suspiró.- Debería haberlo sabido. Ella nos dijo y no quisimos escuchar.
-¿Qué?
-Señor Deluca. Buenas noches.- Mark apareció con unos papeles en las manos.- Aquí están las copias de los análisis que me pidió.
-Oh, gracias, doctor.- Dijo tomando las hojas.
-Caleb ¿Qué haces aquí? Ve a casa. Es tarde y mañana tienes que ir a clases.-   Bajé la mirada.
No quería irme.
¿Y si a Lina le pasaba algo y yo no estaba allí para cuidarla?
-Ve a tu casa, Caleb. Obedece a tu hermano.- Dijo el señor Deluca.- Ella puede hacerlo. Tú mismo lo dijiste.
Lo miré inseguro, pero asentí y me puse de pie.
Me despedí de mi hermano y del señor Deluca, y salí del hospital sin muchas ganas de dejar a Lina.
Una vez en mi casa, fui directo a mi habitación y me recosté en mi cama.
Inmediatamente, Momo comenzó a trepar por mi ropa hasta que llegó a mi pecho, donde se sentó y se me quedó mirando.
Decidí cuidar a Momo hasta que Lina se recuperara.
Ella lo había dejado en la casa de la señora Simons, pero luego de que tuviera ese accidente, Momo quedó sólo. Así que Lina pasaba por el departamento de la señora Simons dos veces por día para alimentarlo y asearlo a él y al departamento. Quería mantener el lugar limpio y ordenado para que la señora Simons se sintiera cómoda cuando regresara.
Así que estos días, Momo me ha echo compañía. Me hizo muy bien tenerlo. Me mantuvo ocupado ya que tenerlo significa una gran responsabilidad. Además, por tantos traslados, está un poco alterado, me estaba esforzando por hacerlo sentir lo más cómodo en un ambiente, pero es más que obvio que extraña a Angelina.
Acaricié su cabeza suavemente y suspiré.
-Mami va a recuperarse, Momo. Y cuando lo haga, vendrá a buscarte para cuidarte. Yo los cuidaré a ambos.- El gatito sólo se limitó a acomodarse en mi cuello y ronrronear.
(...)
Marie miraba a su hija, seria a través del cristal. Se sentía muy mal por el golpe que le había dado a su hija días atrás, pero la había echo enfuerecer.
No podía creer las cosas que decía Angelina. No quería creerlo. No lo veía posible. Su madre era una mujer mayor    ¿Cómo podría ella golpearla de tal manera si era una anciana?
No creía que fuera lo suficientemente fuerte y estable para hacerlo.
Siempre que iba a verlas, su madre parecía estar agotada, como cualquier anciana común. Jamás escuchaba nada malo sobre su hija, sólo decía que la agotaba cuidarla.
Sintió unos brazos envolviendola desde atrás. Sonrió un poco al reconocer a su marido.
-¿Cómo estás?- Pregunto besando la mejilla de su esposa.
-... mal.- Apretó las manos de Alonso.- ¿Soy una mala madre por defender a mi propia madre?
-Claro que no, Marie. Es sólo que...- Él miró al techo buscando las palabras adecuadas.- Estas siendo muy dura con Lina. No quiero ponerme en plan de elegir bandos, pero debemos escuchar a nuestra hija.
-Lo sé, pero...
-Marie, no es la primera vez que Angelina acusa a tu madre de haberla golpeado. Incluso Jake la acusó ¿Lo recuerdas?- Ella miró el suelo unos segundos, recordando aquel día en que los niños acusaron a su madre de haberlos golpeado.- Estoy comenzando a creer que fue tu madre la que lo hizo.
-Alonso...- Comenzó Marie con la intención de defender a su madre.
-No me importa que te enojes, Marie. Angelina es mi hija y está muy grave. Y si realmente fue tu madre... jamás me lo voy a perdonar. La dejé en manos de la persona más peligrosa todos estos años.
-No, Alonso. Mi mamá era una mujer mayor que a penas se podía mantener en pie ¿Cómo puedes pensar que fue mi madre?- Alonso la miró unos segundos.
-Y si no fue tu madre ¿Quién pudo ser? Angelina solo vive con tu madre. Jake no está con ellas hace dos años.- Alonso comenzó a enojarse y a levantar la voz.- Yo no creo que haya sido Jake responsable de las secuelas.- Tomó los hombros de su mujer.- A Lina la golpean hace mucho tiempo. Ella está al borde de la muerte ¡¿Puedes entender eso?!
-¡No! ¡Basta, Alonso! ¡No fue mi madre! ¡Y no voy a creerlo hasta que presenten las pruebas en la Fiscalía!
-¡Marie, no puedes ser tan idiota! ¡Es tu hija y se está muriendo!
-¡Ya lo sé! ¡Pero no voy a permitir que, difames a mi madre!
Una enfermera del turno, escuchó el alboroto y salió de su oficina dispuestas a detenerlos, pero un sonido de alarma comenzó a sonar en una de las habitaciones.
La acalorada discusión entre Marie y Alonso se detuvo al mismo tiempo que sus corazones, al ver a su hija convulsionado en su cama.
Un grupo de enfermeras salieron disparadas hacia la habitación de Angelina para intentar estabilizarla.
Unos minutos después, Mark y otro médico, entraron rápidamente a la habitación para ayudar a Lina.
Los padres de la chica observaban la escena desde afuera de la habitación. Horrorizados y asustados.
Luego de que los profesionales trabajarán sobre Lina, lograron detener las convulsiones. Pero no duró mucho hasta que Mark notara que algo no estaba bien.
El monitor no hacia el sonido habitual de pitidos pausados notificando que el corazón de Lina funcionaba correctamente. En su lugar, una línea recta y varios ceros figuraban en la pantalla.
Mark se horrorizó.
-¡Traigan el carro de paro!
Una enfermera no dudó en correr hasta el final del pasillo y en empujar un carro hacia la habitación.
-Preparense para las descargas.
Mark abrió el camisolín de Angelina y tomó las paletas del carro. Respiró profundó antes de apoyarlas en el pecho de Lina, dando una descarga en su cuerpo, provocando que este diera un salto.
-¡No!- Marie lloraba desconsoladamente junto a su marido.
-¡Otra!- Mark volvió a apoyar la paletas en el pecho de Angelina dando una descarga. Pero eso no le devolvió el pulso.- Al demonio, lo haré manual.- Lanzó las paletas al carro y comenzó a presionar el pecho de Angelina con las manos, comenzando a realizar RCP.
Los padres de Angelina lloraban y gritaban desesperados pidiendo que la salvaran, pero sólo lograron que una enfermera cerrara la puerta y la bajará la cortina de la ventana, impidiendo que puedan seguir mirando.
-Tu puedes, Lina.- Murmuró Mark mientras seguía presionando el pecho de la chica.- ¡Vamos!- Su pulso no regresaba, pero Mark no pensaba rendirse hasta que Lina despertara.- ¡Maldita sea! ¡Vamos!- El cuerpo de Angelina se hundía al mismo tiempo que Mark ejercía presión en su pecho.- ¡Vamos, Lina! ¡No le hagas esto a Caleb! ¡No nos dejes!
Sin embargo, la chica no respondía y cada minuto que pasaba, Mark perdía aún más la esperanza.

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