Capitulo 44

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 LINA P.O.V.

 Los meses pasaron de un momento a otro. Yo ya estaba realizando los exámenes para aplicar a distintas Universidades, todas fuera de la ciudad.

 A Caleb no le gustó la idea de tenerme muy lejos, pero comprendió que ni él ni nadie podría detenerme. Si bien comencé a sentirme más a gusto con la ausencia de Leticia y Mike y la presencia de mi novio y amigos, jamás lograría ser totalmente feliz estando cerca de mi abuela, quien, con el tiempo, se ha vuelto cada más violenta.

 -Entonces ¿Te irás de la ciudad?- Preguntó la señora Simons mientras se sentaba en su sofá y servía café en las tazas que había frente a nosotras.

 -Apliqué para varias Universidades. Supongo que en una debí quedar. O eso espero ¿Tú que crees Momo?- Pregunté al gatito que se encontraba ronroneando en mi regazo. Él maulló en respuesta a mi pregunta.- Dios, quisiera llevarte conmigo.- Dije abrazándolo.

 -Será triste que ya no estés aquí. Pero al mismo tiempo, me siento aliviada al saber que ya no vas a sufrir ningún maltrato por parte de tu abuela.- Sonreí abiertamente y asentí.

 -Sólo tengo que esperar unos cuantos meses más y seré libre.- Rasqué las orejas de Momo y reí.- Tú te iras escondido en mi maleta, Momo. No me importa que no acepten mascotas.

 (...)

 -Mira nada más como te dejó.- Me sobresalté al escuchar a Chris a mi lado y el libro que tenía en mis manos, terminó en el piso. Me agaché rápidamente para levantarlo, pero un fuerte mareo me llevó al piso junto con el libro.- ¡Lina!- Él me ayudó a sentarme y me quedó mirando unos segundos- ¿Estás bien?

 -Si, sólo... me mareé.

 -¿Qué tan fuerte te golpeó esta vez?- Bajé la mirada y estrujé mis dedos ignorando el hecho de que estaban sudando demasiado. Aún era muy extrañó hablar con él.

 -No fue mucho. Se detuvo cuando comencé a llorar.

 -Sin embargo, estás peor que la última vez.- No respondí. Era verdad, pero porque la última vez sólo utilizó sus manos. Anoche descubrió un nuevo uso para la escoba y yo descubrí el dolor que provoca si te golpean con una.- Ya vete de ahí, Lina. Habla con tus padres. Denunciala a la policía.

 -No es tan sencillo.- Murmuré. Sé que Chris se frustraba cuando decía eso, pero era la verdad.

 -Lina, eres mi mejor amiga. No quiero verte mal.- Alcé la mirada rápidamente ¿Mejor amiga?- Me has apoyado en muchas cosas, me has perdonado todo lo malo que hice. Es difícil ver como esa bruja te mata lentamente.- Mis ojos se llenaron de lágrimas rápidamente y sin darme ventaja, ellas comenzaron a caer por mis mejillas sin control. Chris se acercó y me abrazó con fuerza mientras mi lágrimas mojaban su camisa.- Ya. No llores.

 -Lo lamento.- Sollocé.- Lo lamento tanto.

 -No hay nada que lamentar.

 -Me duele todo... y estoy cansada.- Chris negó y dejó caer su mentón en mi cabeza.

 -Todo va a estar bien. Tranquila.

 (...)

 Contemplé mi tatuaje pasando mi dedo índice una y otra vez.

 Era extraño no tener mi campera en todo momento, pero al mismo tiempo, tenía una rara sensación en mi. Como si tuviera un poco de paz. Pero sólo un poco.

 Tal vez el hecho de que usara esa campera todo el tiempo me agobiaba o no lo sé.

 Cerré el casillero justo en el momento en que Let se plantaba a mi lado con una enorme sonrisa.

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