Capitulo 18

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 LINA P.O.V.

 Mi abuela dejó caer el bate a mi lado mientras trataba de normalizar su respiración. Mi cuerpo dolía mucho, mi cabeza daba vueltas y mi visión se estaba tornando borrosa, indicando que estaba muy cerca de quedar inconsciente.

 -¡Vete a tu habitación!- El grito de mi abuela perforo mis oídos en vano. Era inútil, sentía como si mi cuerpo estuviera echo de cemento, no podía levantarme y si lograba hacerlo no me sentía capaz de mantenerme en pie por mucho tiempo.- ¡Te dije que te fueras!- Sentí como sus decrépitos dedos se enterraban en mi pelo para luego tirar hacia arriba intentando ponerme de pie, pero lo único que logró fue ponerme de rodillas.- ¡Largo! 

 Puse las palmas de mis manos en el piso y comencé a arrastrarme hasta mi habitación. Mi velocidad era nula lo que irritaba a mi abuela, quien exasperada comenzó a patear mis piernas y espalda para que me apresurara.

 Llegué a mi habitación agitada y lo último que logré hacer fue recostarme en el piso boca arriba tratando de recuperar el aliento.

-¡Maldita idiota!- Y con ese último grito, cerró la puerta con fuerza.

 Cuando no escuché ningún otro ruido, me sentí con la libertad de poder llorar ya que logré contenerme esta vez.

 Lloré por la impotencia, por el dolor y por la rabia que sentía. Ya no quería seguir viviendo de esta manera, pero desgraciadamente no tenía otra opción. No podía escapar ya que no tenía otro lugar a cual ir, además mi abuela haría todo lo posible para encontrarme. Decirle a mis padres tampoco era una opción, no me volvería arriesgar así.

 Tenía otra opción, pero esa idea me daba escalofríos. No digo que esa opción no pasó por mi cabeza antes. Lo ha echo, repetidas veces... sólo que jamás tuve la valentía de concretar esa idea. Soy muy cobarde para hacerlo, además sería como tirar todos los sacrificios de Jake a la basura. Él jamás pensó en ese camino como una salida fácil. 

 Jake sufrió mucho más que yo y sólo por ponerse en medio cuando mi abuela me golpeaba a mi y todo para que yo saliera ilesa. Cuando mi abuela no lograba encerrarlo antes, él recibía las palizas que me correspondían a mi. Odiaba que hiciera eso, pero él jamás dejó de hacerlo, o al menos nunca dejó de hacerlo cuando vivía con nosotras.

 A veces, cuando las palizas que recibía lo dejaban inmovilizado y yo no podía levantarlo por lo pesado que era, me sonreía, mientras yo curaba sus heridas entre lágrimas él me sonreía. Jake solía darme esas sonrisas como si estuviera diciendo "mi cuerpo duele mucho, pero tú estás bien y eso me alivia".

 Jake era otra razón por la cual el suicidio no entraba en ninguna de mis opciones. Mi primo se esforzó mucho y yo no desperdiciaría eso.

(...)

 Sentía mucho frío y estaba incómoda. Abrí lo ojos lentamente, parpadeé una par de veces para acostumbrarme a la luz que entraba por mi ventana y al hacerlo me encontré con el techo de mi habitación. Fruncí el ceño y desvié la mirada hacia un lado. Me sentí aún más confundida cuando encontré mi colchón a unos centímetros de donde me encontraba y yo me encontraba en el astillado piso de mi habitación.

 Luego de unos minutos intentando recordar que había ocurrido, varias imágenes aparecieron en mi cabeza. Recordé que no había logrado levantarme y me dormí en el piso, en el mismo lugar y en la misma posición en la cual había estado la noche anterior.

 Traté de levantarme, pero al igual que anoche, mi cuerpo estaba pesado y cansado, aunque ahora el dolor había incrementado y mi cuerpo dolía el doble. Tomé varia respiraciones antes de volver a intentarlo, ésta vez lo logré y entre quejidos me levanté y me recargué en mi armario. Saqué ropa de éste y paso a paso fui a darme una ducha para quitarme el sudor y la sangre seca de mi cuerpo.

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