Capitulo 60

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Capitulo 60
LINA P.O.V.
“¿Le contaste a Teo?”
“No, no pude hacerlo. Me acobardé”
“Let, él debe saberlo”
“Lo sé, solo que no se dio la oportunidad. Él estaba muy feliz. Me contó sus planes a futuro y no fui capaz de arruinarle esa ilusión. ”
Di golpecitos sobre la mesa suavemente y suspiré antes de responder su mensaje.
“Deberías aprovechar esta noche”
“No lo sé Lina. No estaremos solo. Y no creo que sea buena idea de hacerlo frente a su familia.”
Dejé el teléfono de lado cuando mi mamá me acercó los ingredientes.
-Lavate las manos antes de empezar.- Obedecí y luego me acerqué para comenzar.
Mi madre cocina muy bien, sobretodo si se trata de pastelería. Así que le pedí que me enseñara a cocinar mis galletas favoritas.
-Bate muy bien los huevos.- Seguí la orden de mi madre mientras ella preparaba la harina.- ¿Ya elegiste qué carrera seguir?
La miré un segundo confundida ante su pregunta.
Mis padres habían anulado casi todos mis exámenes de ingreso a las universidades que había aplicado y a la única que no habían logrado anular, mi calificación no había sido suficiente como para aprobar.
Decidí ignorar eso y solo contestar.
-Quería seguir psicología…- Dejé de batir los huevos cuando llegué al punto deseado.- De igual forma, debo esperar hasta el próximo año.
-De hecho…
-¿Cómo están?- Mi papá interrumpió en la cocina y me dio un fuerte abrazo.
  Luego de unos meses logré recuperar un poco la confianza y mi relación con mis padres, aunque aun debiamos pulir ciertos detalles, pero fuera de eso, estábamos bien.
-Hola papá.
-¿Ya le dijiste?
-No, estaba a punto de hacerlo.- Mi madre se sacudió las manos y me miró con una pequeña sonrisa.
-¿Qué pasa?
-Aun nos sentimos muy mal por lo que pasó con… con tu abuela, pero…- Se volteó y rebuscó en uno de los cajones de la cocina. Cuando encontró lo que buscaba, volvió a mirarme.- Te quitamos la oportunidad de disfrutar tu vida sin ser conscientes de eso. Y realmente lo lamentamos.
-Mamá, ya les dije que eso no fue culpa de ustedes…
-Lina, no interrumpas a tu madre.
-Si, papá.
-Como te decía.- Continuó ella con las manos en su espalda.- Arruinamos una de las cosas que mas te costó conseguir. Tu abuela nos convenció para que anuláramos todos los exámenes de ingreso a los que habías aplicado.- Bajé la mirada sin responder.- Fue muy egoísta de nuestra parte no permitirte elegir la universidad a la que querías asistir. Así que discutimos nuestros puntos de vista y tomamos una decisión.- Ella me mostró lo que estaba ocultando detrás de ella. Era un sobre con un escudo rojo impreso. Mi respiración se detuvo cuando lo reconocí.- Sabemos que no era la universidad a la que realmente querías ir. Pero era una de tus opciones. Aunque no estas obligada a asistir si no quieres, pero tal vez, podrías considerar hacerlo en lugar de esperar todo un año para volver a aplicar a las otras universidades. Y luego, tal vez podrás pedir la transferencia de ser posible.
-Universidad de Brooklyn.- Observé el sobre con paciencia sin poder creer lo que estaba sucediendo.
-Con tu madre fuimos a consultar si había manera de que entraras… y la hay. Por problemas administrativos, cambiaron la fecha de examen para el próximo mes. Y conociendo tu capacidad, estamos seguros de que lograrás ingresar.
-¿Ustedes creen eso?
-Por supuesto.- Mi madre me tomó las manos con una sonrisa.- Tu eres capaz de hacer muchas cosas. Y si realmente quieres hacer psicología, entonces tendrás mucho éxito.
-Yo… no sé que decir.- Volví a mirar el sobre y sonreí.- Gracias… muchas gracias.- Abracé a mis padres  con fuerza.
Aun no era seguro ya que debía dar el examen, pero estaba muy feliz.
Podría cumplir uno de mis sueños.
(…)
-Hola, Lina.- Mark me recibió y me dejo pasar.- ¿Cómo estas?
-Muy bien ¿Y tu?
-Muy cansado.- Miré su rostro con atención y pude notar sus oscuras ojera.
-Oh, los bebés demandan mucha atención ¿Verdad?
-Demasiada. Si a una persona le cuesta con un solo bebé, imagínate nosotros que tenemos dos.- Me hizo una seña con la mano y me condujo a la sala donde se encontraba una cansada Charlie con sus dos bebés sobre una manta muy colorida.- No paraban de llorar, pero no tienen hambre, ni se habían ensuciado el pañal… así que los pusimos aquí y se calmaron automáticamente.
-¡Hola Lina!- Charlie me saludo desde el suelo, quien lucia cansada y desarreglada.
-¿Cómo estas?
-Pues… tengo hambre… y sueño… y muero por darme una ducha… pero Ashley llora mucho si me alejo mucho tiempo.
-Pero ¿Y Mark?
-Charlie no tiene el corazón para dejarla llorar.
-No me atrevo.
-Pero debes descansar… ¿Y Teo?
-Estuvo ocupado hoy. Además esta un poco raro hace algunas semanas. No quería molestarlo.
Por alguna razón, los bebés se calmaban cuando estaban con Teo. Y no solo los bebés, los niños en general. Adoran su energía. Es comprensible ya que es muy simpático y paciente.
Así que, cuando ni Mark ni Charlie podían calmar a los bebés, llamaban a Teo.
Sin embargo, Teo estuvo muy distante este tiempo. Con todos. Por eso, Caleb organizó una reunión para los cuatro en su casa, para ver si podíamos animarlo y averiguar que es lo que le ocurría.
Al principio pensé que había sido por la noticia de Let, pero ella me había dicho que aun no se lo había podido decir ya que siempre pasaba algo que se lo impedía.
-Deberías descansar un poco, Charlie. No es sano y los bebés te necesita,
-Lo sé, pero no puedo alejarme tanto de ellos. Los extraño.
-Pero no están solos, así que ve y date una ducha. Los bebés no van a llorar. Además yo estoy aquí y tía Angelina también.- Miré asustada a Mark.
-¿Tía Angelina también?
-Si, Lina va ayudarme, así que puedes ducharte y comer tranquila.- Dijo Mark tranquilo.
Charlie no estuvo muy convencida de eso, pero finalmente aceptó y fue a bañarse.
-Mark. Cometiste un error, yo no sé nada de bebés, yo…
-No es difícil. Me empujó al sofá y tomó a Mason en brazos.- Es fácil.- Me ayudó a cargar a cargar al niño y luego cargo a Ashley.- ¿Ves?
Me quedé tiesa con el bebé en brazos y miré a Mark aterrada.
-¿Y si se me cae?
-No lo dejarás caer. Tranquila.
Miré al bebé.
Me daba mucha ternura sus redondas mejillas y los suaves sonidos que hacia.
-Wow.- Caleb apareció en escena y me miró fascinado.- Nunca se me cruzo por la cabeza verte con un bebé, pero ahora que lo estoy viendo…
-Se vería muy linda siendo madre ¿Verdad?
-¡No le des ideas, Mark!
El comenzó a reírse mientras arrullaba a Ashley.
Miré a Caleb, quien me observaba con mucha ternura.
-¿Algún día?-Bajé la mirada sonrojada y suspiré ante la pregunta del chico que tenia frente a mi.
-Aun no.- Él rio y acaricio mi pelo.
Veinte minutos después, Let llego a la casa. Habíamos convencido a Mark para que también se duchara y que comiera algo junto con Charlie mientras cuidábamos a los niños.
-¿Dónde esta Teo?
-No lo sé. Me dijo que volvería a las ocho.- Caleb miro a Let de reojo y arqueo una ceja.- ¿Qué pasa, Let?- Ella estaba mirando con un poco de recelo a los bebés.- ¿No te gustan los bebés?
-No, yo…- Acomodó su ropa distraída.- Es que me recuerdan a un primo pequeño que tengo en Alemania. Lo extraño.
-Oh, comprendo…- La puerta de entrada se abrió dejando a la vista a un Teo muy serio.- Ahí estas.
-Hola.- Teo parecía sorprendido cuando nos vio allí. Rápidamente, guardó un papel que tenia en la mano, es su bolsillo- ¿Qué hacen aquí?
-Íbamos a cenar los cuatro. ¿Lo olvidaste?
-Oh, si. Es verdad. Lo siento, me había olvidado. Bien, ya vengo.- Subió corriendo las escaleras sin mirar atrás.
Cuando estuvimos los cuatro listos. Llevamos a los bebés con sus padres y preparamos el patio trasero para cenar allí. Habíamos pedido pizza ya que ninguno tenia ganas de cocinar.
Caleb intento bromear con Teo varia veces, pero él solo se limitaba a sonreír débilmente y asentir con la cabeza.
-¿Paso algo con Teo y no quieres decirnos Let?- Pregunté a mi amiga mientras preparábamos la mesa.
-No, lo juro. No sé lo que le ocurre.
-Esta demasiado extraño.
Los chicos trajeron la pizza y las bebidas y nos dispusimos a cenar tranquilamente.
Pudimos aligerar un poco las cosas con Teo, pero una parte de él, seguía distante.
A eso de las diez de la noche, Teo se puso de pie y carraspeó.
-Yo… debo decirles algo.- Los tres le prestamos atención rápidamente.- Yo… debo irme.
-¿A dónde?- Pregunté luego de ver que ni Let ni Caleb reaccionaban.
-A Virginia.
-¿A Virginia? ¿Para qué?
-Yo… solo debo irme, Caleb
-Pero ¿Por cuánto tiempo?
-No lo sé. Tal vez sea algo permanente.
Caleb rio sonoramente y le dio una palmada en la espalda a su amigo.
-¿Qué dices, idiota?
-No estoy bromeando, Caleb.- La sonrisa de mi chico se borró lentamente al mismo tiempo que sus ojos se iban apagando.- Voy a irme a Virginia.
-¿No piensas volver?- Pregunto Let.
-No lo creo…
-¿Piensas dejarnos así de fácil?
-No es así, Let.
-¡¿Y por qué te iras?!
-Por mi familia.
-¡¿Familia?!- Exclamó Caleb indignado.- Nosotros somos tu familia, Teo. Ellos dejaron de ser tu familia cuando te corrieron de la casa. Familia como mucho, es tu hermana. Pero ¿Tus padres? Ellos no se merecen tal titulo.
-Pero debo volver, Caleb.
-Dame una razón coherente.
-Yo…- Se quedó en silencio unos segundos antes de contestar.- No puedo decirlo.
No dijimos nada por un momento, solo nos quedamos ahí observando a Teo sin poder creer lo que estábamos escuchando.
Caleb se levantó enojado e intentó irse, pero Teo lo detuvo.
-Caleb…- Él lo empujó con fuerza alejándolo de él.
-No, Teo. Ya tomaste tu decisión. Ahora ya veo que tan agradecido eres.
  Se dio media vuelta y entró a la casa muy enojado.
Let soltó un suspiro y se puso de pie decidida a copiar la acción de Caleb, pero ella se puso a un lado del rubio y lo miró con el ceño fruncido.
-Pero… Teo ¿Vas a dejar de lado todo lo que conseguiste?
-Lo lamento, Arlet.
Ella miró el piso unos minutos y frunció el ceño.
-¿Sabes qué? Mejor dejemos todo aquí y ya. Hagamos que jamás paso nada entre nosotros.
Luego ella se fue dentro a la casa sin mirar atrás.
-Teo, si no quieres perder para siempre a esa chica, es mejor que vayas detrás de ella.
Él dudo un poco antes de correr detrás de mi amiga.
¿Por qué ella no se lo dijo en ese momento?
No para retenerlo, pero por lo menos para que lo tuviera en cuenta.
(…)
-Teo.- Él no levantó la mirada pero si movió un poco la cabeza en señal de que me escuchaba.- Lo lamento.
-Solo viniste tu.
Estábamos en la estación de autobuses de larga distancia. Teo tomaría uno que lo llevaría a Virginia.
La noche que dio la noticia, Teo siguió a Let, pero eso solo terminó en una fuerte discusión en la que Let terminó casi huyendo de la casa. Luego Teo intentó hablar con Caleb, pero terminó con el mismo resultado. Y si Mark no hubiera intervenido, hubieran terminado a los golpes.
Ni Let, ni Caleb le volvieron a dirigir la palabra. Tampoco aparecieron en la estación para despedirse de él. Solo habíamos venido Mark, Charlie y yo, sin embargo, los mayores tuvieron que marcharse rápidamente porque los mellizos ya habían ensuciado sus pañales. Ya estaban apestando toda la estación.
-¿Estarás bien?
El solo se limitó a negar.
-Es difícil elegir entre la familia. Caleb es parte de mi familia también.
-Lo sé. Solo dale un tiempo, Teo. Espera a que se calmen y podrán solucionar las cosas.
-No, Lina… no creo que eso ocurra.
-¿De qué hablas? Ustedes siempre solucionan sus problemas.
-Esta vez es diferente, Lina.
El sonido del altavoz nos interrumpió, anunciando que Teo ya debía subir al autobús.
-Ese soy yo.- Acomodó su mochila y abrió sus brazos para recibirme por ultima vez.
Acepté el abrazo con tristeza. No quería que se fuera. Teo era un gran amigo y me dolía que se alejara, pero el ya había tomado la decisión. La razón debía ser muy fuerte como para que Teo tomara esta decisión de un momento a otro y para que no pudiera explicarnos.
El último rastro de Teo fue ese.
Ver como se subía a un autobús y me saludaba desde la ventanilla con una expresión tan triste que no me dejaban reconocerlo.
La enorme y brillante sonrisa que tanto lo caracterizaba ya no estaría aquí. Su alegría ya no estaría presente para mejorar un día triste. Sus abrazos de oso ya no estarían disponibles cuando yo lo deseara.
Había perdido al chico que me había aceptado desde el día uno y que desde entonces me había adoptado como su hermana pequeña.
Jamás me juzgo y siempre me cuidó como ninguna otra persona de mi edad lo había hecho.
Ese autobús estaba alejando a una persona de oro de mi lado.
Solo espero que esto solo sea temporal y que su problema tuviera una rápida solución. Que esta distancia no afectara nuestra amistad. Que siguiéramos en contacto.
Solo espero que Teo tuviera toda la suerte y que pudiera ser plenamente feliz.
(…)
Acaricié las castañas hebras del pelo de Caleb quien estaba descansando con su cabeza en mi pecho.
Estas semanas estuvo muy deprimido por la partida de Teo. No estaba de buen animo y diario me pedía que fuera a su casa para que lo acompañara. Se sentía mas tranquilo cuando estaba con él y le ayudaba a dormir un poco mas ya que últimamente le costaba hacerlo por las noches.
Su teléfono comenzó a sonar. Miré el identificador de llamada. Era Mark. Pero Caleb ni se inmuto.
Lo moví un poco para despertarlo, aunque me costo un poco, pero logré y entre dormido, atendió la llamada.
-Hola…- Se quedó en silencio escuchando a su hermano.- De acuerdo… si, estoy con ella…bien, te avisaré. Adiós.- Colgó la llamada y volvió a acomodarse en mi cuello y me abrazó con fuerza mi cintura.
-¿Esta todo bien?
-Si. Solo llamaban para avisar que no vendrán. Se quedarán en casa de los padres de Charlie.
-Entonces ¿Te quedarás solo?
-Al parecer será así…- Acarició mi cintura sobre mi ropa suavemente.- A menos que quieras quedarte a dormir…
Al escuchar eso, mis mejillas estallaron en sonrojo rápidamente.
-¿Qué?
-Claro, si quieres.
-Pero…
Recordé lo que paso, la ultima vez que dormí con Caleb. Las imágenes de mi abuela cortando mi pelo y posterior a eso dándome una paliza aparecieron en mi cabeza tan rápido que me congelé.
Caleb, al notar eso, levantó la cabeza y me miró preocupado.
-Linda, recuerda que ella ya no esta aquí.- No es la primera vez que me sucede, así que Caleb adivinó rápidamente que era lo que me ocurría.- Ella no puede hacerte daño. ¿De acuerdo? Ahora, respira. Inhala y exhala lentamente.
Obedecí a Caleb y comencé a calmar mi crisis.
Aun estoy en proceso de superar. No era nada fácil. Fueron años y años de traumas almacenados.
Lo bueno, era que Caleb me tenia mucha paciencia. No me dejaba sola en mis crisis, me acompañaba hasta que estaba completamente  tranquila. Se tomó el tiempo de investigar sobre mis actuales problemas y aprendió a lidiar con ellos.
Realmente me ayudaba a calmarme.
-¿Mejor?- Preguntó suavemente mientras acariciaba mi cabeza.- Tranquila, Linda. No va a volver a ocurrir lo de la ultima vez. Te prometo que jamás volvería a marcarte ¿Recuerdas?- Asentí lentamente.- No tiene que pasar nada esta noche. Pero, realmente duermo mejor cuando estas aquí. Y si no te quieres quedar, lo entiendo, puedo llevarte a casa.
-No.- Lo interrumpí.- Si puedo quedarme.
La sonrisa de Caleb se extendió y se inclinó para darme un beso en la mejilla.
-Ahora solo queda convencer a tus padres.
-Habla tu con mi mama. Ella te adora.- Caleb rio suavemente y me pidió mi teléfono.
Luego de unos minutos de conversación con mi madre, ella aceptó sin problema, aunque mi celoso padre intentó intervenir.
Luego de cenar y de ducharnos, nos fuimos a la cama a terminar ese día.
-¿Crees que Teo regrese?
Estábamos acostados mirando el techo tomados de la mano.
Él apretó suavemente mi mano cuando pregunté eso.
-Él quiso abandonarnos y volver con esa familia.
-¿Puedes dejar eso tan solo un segundo? Algo realmente malo debió ocurrir como para que él decidiera irse de repente sin dar explicación.
Caleb no dijo nada. Solo se limitó a suspirar y se acomodó para dormir.
-No lo sé, Linda. Yo jamás me hubiera ido de esa manera.
-Lo sé.
Luego de unos minutos en silencio, él se inclinó para darme un corto beso.
-Buenas noches, Linda.- Se acomodó y me abrazó preparado para dormir.
-Caleb.
-¿Si?
-Te amo.
No dijo nada. Solo nos quedamos en silencio, mirando algún punto en esa oscura habitación.
Pensé que no iba a obtener una respuesta, pero mi chico me sorprendió tomándome de la cintura y subiéndome sobre él decidido a besarme desesperadamente.
No lo detuve. Dejé que lo hiciera. Confiaba en él.
-Yo también te amo, Linda.- Sonreí ampliamente y lo abracé.
-Bien, deberías bajarte ya… si quieres que siga respetándote de la manera en que lo hago.
Lo miré fijamente un momento antes de sonreír.
-Entonces no lo hagas.
-¿Qué?- Reí suavemente antes de inclinarme y besar lentamente su cuello.- Lina, te lo advierto. No me lo hagas mas difícil.
Me alejé solo un segundo antes de pasar mi lengua suavemente sobre la piel de mi chico.
-Angelina…- Soltó un pequeño suspiro.- Por favor.
-No tienes que respetarme ahora, Caleb.- Él me miró serio.- No me molesta.
-Pero… esto no es cualquier cosa ¿Estas segura de hacerlo?
-Creo que jamás estuve tan segura de algo.
Tan solo tomó dos segundo para que yo terminara debajo de Caleb besándome con necesidad.
Fueron demasiadas emociones y sensaciones en una noche.
Una noche donde Caleb me hizo conocer otra faceta mía de la que no tenia idea que existía.
Fue muy cuidadoso en todo momento. Me trató mejor de lo que imaginé.
Hizo que lo amara un poco mas.

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