52. La más valiente

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Hikaru se movía incómodo en su silla y miraba a todos como un cachorro perdido en un día de lluvia. El Palacio lo había cambiado desde la última vez que Alina lo había visto, actuando ahora más como un niño que como un adulto en miniatura. Habiendo conocido las Logias, no era raro que actuara así, Hikaru había pasado toda su vida sumergido en sus estudios sin ninguna clase de juego o diversión. No entendía bien por qué Mayra había solicitado que Hikaru esté presente en estas reuniones, no pretendería llevarlo a la guerra, ¿o sí? ¡Era sólo un niño! En particular, en este momento más que un niño parecía una hormiga rodeada de un montón de lobos.

Recordando su primera reunión imprevista con el grupo de la iluminada, intentó encontrar su mirada tras el tul de su capucha y darle una sonrisa de aliento, cuando se acordó que no tenía ningunas ganas de sonreír. La realidad era que estaba escuchando con sólo un oído lo que se decía en la reunión mientras que el otro permanecía cerrado en sus propios pensamientos.

Ian se encontraba ahora haciendo dando un reporte sobre cómo la había encontrado, luego de una seña de Alina para que se encargase él de informar y la dejase tranquila.

—Los centinelas la encontraron cuando fueron a investigar los alrededores de la masacre, estaba deambulando al costado del rio un poco desorientada —explicó Ian, sus alas desvanecidas dentro de la pequeña sala.

Lejos de defenderse, Alina se cansó de sólo pensar en encontrar una respuesta apropiada que no la dejara quedar como una incompetente.

—La Demonio Supremo Naná seguía allí buscando a Daesuke, no era nuestra misión entrar en batalla con ella por lo que nuestras investigaciones eran cautelosas y en cubierto. Un par de días antes de encontrar a Alina descubrimos que había un punto en el bosque, de sólo unos metros cuadrados, en dónde nos era imposible llegar. Terminábamos dando círculos a su alrededor, la Demonio Suprema también se había dado cuenta y prácticamente lo tenía rodeado de todo su batallón. Al día siguiente, el batallón de la Demonio Suprema recibió un ataque, y se movilizó hacia el norte en persecución de quién suponemos era Daesuke. El punto impenetrable desapareció a las pocas horas y cuando hacia allí nos dirigimos encontramos a Alina.

—No estuve sola ni dos horas –agregó Alina apretando los puños firmemente –él sabía todo esto y se usó a sí mismo como distracción. Todo el tiempo estuvo protegiéndonos y no me dijo nada.

Nadie emitió sonido, aunque algunos la miraron un poco incómodos. Mayra, a su lado, tomó el brazo de Alina intentando calmarla. Los roles de hace unos días se habían revertido y era Mayra quién ahora intentaba hacer reaccionar a Alina y sacarla del pozo en el que se encontraba. No estaba deprimida, como lo había estado la iluminada, simplemente estaba triste y cansada. Ya no pensaba en volver a casa ni se cuestionaba si estaba loca o no, solamente quería ayudar a sus amigos y vivir tranquilamente en un mundo que había comenzado a querer con gente que le había enseñado mucho sobre sí misma.

—Tenemos que seguir adelante, no creo que haya sobrevivido a todo un batallón –tanteó Murdock.

Alina no respondió, pero tampoco lo negó, dando pie a que la discusión siguiese adelante.

—Tenemos los cetros prontos pero no tenemos ningún plan. Emir debe haber contado todo lo que sabe a la sombra por lo que tenemos que elegir una nueva estrategia, ya no tenemos a Daesuke para que nos diga lo que sabe. Estamos en cero —dijo Murdock desanimado.

Silencio.

—No tengo ni la menor idea de qué hacer –confesó Mayra cerrando los ojos.

* * *

Hikaru fue el primero en salir de la horrible y depresiva reunión, seguramente lo hubiese hecho antes si se lo hubieran permitido. Alina lo siguió y vio como una personita lo esperaba fuera apoyando su espalda en la pared frente a la puerta, claramente aburridísima. Marina sonrió ampliamente cuando lo vio salir y lo tomó del brazo no dando lugar a que nadie más que ella lo volviese a secuestrar. Juntos corrieron por el pasillo en risas, perdiéndose de vista.

Maestra del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora