La sombra gritó con furia estrellando todo lo que estaba al alcance de su mano contra la pared. Varios demonios retrocedieron en pavor, cuidando de no ser el próximo objeto con el que la sombra desquitara su ira.
Había fallado, esa inservible demonio Naná había mandado a unos zánganos para la misión más importante de lo que podría ser la guerra entera. La sombra encontró el hilo que la unía con Naná y procedió a mostrarle las peores ilusiones que se le ocurrieron, incluyendo una sobre la Demonio Supremo envejecida, encorvada y arrugada como una pasa.
—¡SALGAN TODOS DE AQUÍ! –gritó a todo pulmón.
Los demonios se apresuraron a salir de su vista, casi pasándose por arriba los unos a los otros, y la sombra quedó sola en la gran caverna. Temblando de furia se sentó en el gran trono de piedra sobre la alta plataforma y encogió las piernas bajo su mentón. No dejaba que nadie la viera en este estado, si lo hacían perdería todo el respeto que tanto había trabajado para lograr.
Llevándose las uñas a la boca, las mordisqueó mientras pensaba cómo proceder. Ahora que Daesuke había vuelto al lado de la Maestra del alma sería más difícil que nunca conseguir el poder de la extraña chica, especialmente si había logrado penetrar el duro corazón del traidor.
Tendría que separarlos, su relación era débil, aún tambaleante y mantenían muchos secretos entre ellos. La sombra pensó en lo que había aprendido por Emir, de la existencia de este otro mundo del cual Alina provenía, y sonrió armando un posible plan dentro de su cabeza.
La sombra dejó de comerse las uñas y nuevamente encontró su compostura. Se concentró en un par de hilos haciendo saber del nuevo plan a sus demonios supremos y se encaminó hacia la entrada con intención de dirigirse a sus aposentos. Debajo del umbral, la sombra encontró una única manzana verde esperándola.
El mostrarle su verdadera forma a Emir había tenido sus desventajas; el chico parecía estar un poco obsesionado con la sombra, seguramente movido por algún recuerdo o afecto por la iluminada. A la sombra realmente no le importaba mientras no intercediera con sus planes, pero nuevamente se recordó reforzar la oscuridad dentro del muchacho. Era inimaginable lo que podía hacer una palabra de aliento de alguien poderoso a una persona con gran ambición y débil de mente. Emir todavía estaba verde y su vínculo con él era débil, como esta manzana frente a ella demostraba.
Lentamente la levantó y estuvo a punto de estrellarla contra la pared como había hecho con varios de los objetos unos minutos atrás. Pensándolo mejor, la guardó en uno de los bolsillos de su larga capa para más adelante; no había necesidad de desperdiciar comida.
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Maestra del Alma
FantasyAlina despierta en un mundo diferente al suyo y mientras intenta determinar si está loca o no, se ve sumida en una guerra ancestral liderada por una enigmática chica llamada Mayra. Recorriendo este extraño mundo al que llaman Babia en busca de aliad...