Salieron del edificio corriendo e Ian los dirigió a través de la ciudad y por un callejón hasta llegar a una agrietada y agujereada pared que formaba parte de la ladera de la montaña. Con un movimiento elegante de sus manos, envió una ligera corriente de aire a través de una combinación de hoyuelos que había en ella. Parte de la pared se abrió para mostrar un pequeño y oscuro pasaje que olía a polvo y humedad, en el cual todos menos Dai se apresuraron a entrar. Emir prendió su antorcha rápidamente dejando vislumbrar una sonrisa de orgullo hacia Elio que respondió con una mueca que decía "este no es el momento". Bajo la luz encontraron una precaria escalera caracol tallada en la misma roca que descendía de forma bastante empinada y Alina se mareó de sólo pensar lo que les esperaba.
Comenzaron a descender rápida pero cuidadosamente mientras Dai expresaba abiertamente su disgusto e Ian mostraba la incomodidad de estar en un espacio tan cerrado y oscuro como era aquella escalera. Tan pequeños eran los escalones que tenían que bajar de costado cual cangrejos, tropezando varias veces por el apuro. ¿Por qué habrían construido los eleutherianos escaleras tan cerradas? Van contra su naturaleza en todo sentido, se preguntó Alina mientras intentaba quitar de su mente el aumento de su mareo. Supuso que sería alguno de los misterios ligados a los ya existentes de la ciudad en sí, pero de todas formas se propuso preguntárselo a Ian una vez que pudiese abrir su boca sin peligro alguno de que su estómago aprovechara la ocasión.
El descenso fue eterno. Emir se tropezó cuatro veces dejando caer la antorcha y sumergiéndolos a todos en la oscuridad antes que, entre los insultos de Dai, Mayra decidiera hacerse cargo de la misma. El descenso en espiral desorientaba al extremo y Alina perdió toda noción de cuánto habían bajado a los pocos minutos. Finalmente, después de lo que parecieron años, llegaron a un rellano donde había una nueva pared rajada y llena de hoyuelos como por la que habían entrado. Del mismo modo salieron a la intemperie, todos lanzando suspiros de alivio. Se dirigieron hacia el bosque para encontrar algún lugar más resguardado y, tras un breve descanso, Ian se retiró para ayudar a su raza en la lucha con la promesa de volver a verlos en unos días y contarles noticias.
Alina lanzó una última mirada hacia la montaña donde se veía un leve resplandor a muchos metros de altura. Algo ardía y Alina imploró que los soberbios habitantes estuviesen bien. Luego desvió su mirada hacia el oscuro bosque y acompañada del resto del grupo comenzó a caminar hacia la espesura.
* * *
La larga y fina trenza de Dai se balanceaba frente a ella rítmicamente como un péndulo, creando un efecto casi hipnótico y Alina se sumergió en un estado de sopor mientras caminaba rápida pero monótonamente a través del bosque. Y entonces, recordó algo sobre la noche del ataque y en un impulso tiró fuertemente de la trenza.
—AAAAAAAAUCH —gritó Dai llevando su mano a la trenza para detener el tirón—. Voy a matarte —anunció abalanzándose sobre Alina antes de que fuera atajado por Elio.
—¡TÚ LO SABÍAS! —gritó Alina mirando a Dai con furia y haciendo caso omiso a la fuerte onda que sacudió su entorno, creando un fuerte sentimiento de pavor— Te escuché hablando sólo minutos antes de que atacaran. Lo sabías y no dijiste nada —continuó como si nada hubiese pasado.
—¿Por qué en mi sano juicio habría de decirlo? Estoy de su lado, ¿recuerdas? —contestó él poniendo en blanco sus ojos y soltándose de los brazos de Elio como si fuese pan caliente.
—No puedo creer que seas tan podrido —espetó Alina
—Estoy llorando de culpa por dentro —respondió sarcástico Dai.
—Cállense ambos, estoy cansada —interrumpió Mayra desplomándose bajo la sombra de uno de los árboles.
—Si mal no lo recuerdo tu despreciabas a las gallinas casi tanto como yo. No vengas con charlas cariñosas sobre ellos ahora —continuó Dai.
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Maestra del Alma
FantasyAlina despierta en un mundo diferente al suyo y mientras intenta determinar si está loca o no, se ve sumida en una guerra ancestral liderada por una enigmática chica llamada Mayra. Recorriendo este extraño mundo al que llaman Babia en busca de aliad...