30. El plan de la sombra

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—Bueno Alina por fin se ha animado a dormirse —dijo Mayra cansada—. Ahora empieza a hablar Daesuke. Lorien dijo que tú sabías todo.

De nuevo en sus aposentos, Mayra, Elio y Emir habían encerrado en uno de los extremos más alejados de donde Alina descansaba en una de las hamacas, como si de alguna forma pudiesen intimidar al demonio.

—¿Qué quieres que te cuente?

—Todo

—Tendrás que ser un poco más específica.

—Desde el comienzo del viaje que podrías haber roto la restricción que te habíamos puesto con el collar, ¿no es así?

—Si

—Me di cuenta desde que usabas tu poder para ayudar a que Alina durmiese cuando entramos al bosque. Lo que me intriga es, ¿por qué ahora?

—Mis órdenes era acompañarlos en su viaje y averiguar lo más posible sobre ustedes y sus intenciones. El problema es que realmente detesto a estos insectos, quería demostrarles que no tienen tanto poder como ellos creen, dejarlos en ridículo y vengarme porque me el insecto me llamó perro faldero –dijo rápidamente como intentando convencerse a sí mismo.

—Parecen razones un poco tontas considerando que has puesto en riesgo tu vida.

—Soy una persona muy impulsiva –contestó Dai, sus pupilas rasgadas desenfocadas por un segundo e instintivamente se llevó una de sus manos a la cabeza con una expresión consternada.

—Esta información que estabas recolectando, ¿cuándo se la pensabas dar a la sombra? —preguntó Elio como dándose cuenta de que algo no cerraba

—Se la transmitía en el momento

—Ahí tienen la explicación que faltaba sobre el ataque de Eleutheria –dijo Elio.

—¿Cómo? —preguntó Emir confundido— Nunca te alejaste de nosotros ni vimos que mandaras ningún mensaje y el tiempo no te hubiera dado para hacerlo mientras dormíamos.

—Digamos que mi cabeza es como un túnel hacia la sombra, no necesito más que escucharlos para transmitirle.

—Entonces ahora mismo le estás enviando información —dijo Elio mientras se levantaba de su asiento y alzaba su espada hacia él.

—Tranquilo chico bonito, desde que arruiné los planes de Lorien el otro extremo está cerrado. La sombra no perdona, ahora soy un fugitivo.

—Pero si tú estabas buscando información de un modo tan disimulado, ¿por qué Lorien actuó tan abiertamente? Echó todo a perder siendo tan agresivo, no tiene sentido —preguntó Emir sin entender

—La sombra no estaba contenta con lo que yo había podido descubrir. En especial está muy intrigada en el rol de Alina en su grupo, y francamente yo también lo estoy. No sabe usar el poder y parece haber salido de adentro de una cueva, ¡no conoce nada de nada! Sé que la sombra sabe más de lo que yo sé, pero sigue estando intrigada. Por eso le dijo a Lorien que intentase sonsacarle información, pero tampoco esperaba una actitud tan estúpida de su parte. Creo que Lorien quiso intentar aprovechar la oportunidad para tomar mi lugar como segundo de la sombra si llegaba a tener éxito. Ahora ustedes saben lo que ella quería descubrir y uno de sus más preciados aliados la ha traicionado, les puedo asegurar que no está nada contenta.

Todos se mantuvieron en silencio durante unos minutos sin saber qué decir hasta que por fin Emir, que miraba alternadamente a cada uno de forma nerviosa, rompió el hielo.

—La sombra está intentando matarte como castigo, ahora me inspira aún menos confianza tu presencia.

—Cree lo que quieras pequeña rata, no me importa. Iré con ustedes hasta poco después de los límites del bosque, dado que tenemos un enemigo en común les puedo asegurar que cuantos más seamos mejor y yo puedo resultar bastante útil si nos atacan. Luego los dejaré para que sigan su viajecito tranquilos —propuso Daesuke.

—De ninguna manera —contestó Emir con un chillido.

—Él vendrá con nosotros, no sé si lo que está diciendo es verdad pero sigo manteniendo mi postura —dijo Mayra fríamente haciendo caso omiso del chillido sofocado de Emir y la exasperación de Elio.

Daesuke por su parte parecía completamente ajeno tanto a la reacción de desprecio de los muchachos como a la ciega esperanza de Mayra. De todas maneras, el demonio miró a Emir deliberando sobre algo hasta que finalmente se dirigió a Mayra.

—Me gustaría cruzar unas palabras contigo a solas —dijo

—Por supuesto —contestó la chica con un deje de tristeza

Mayra esperaba estas palabras desde hacía ya unos días, pero sabía que mientras Daesuke estuviese bajo el comando de la sombra no saldría a la luz y ella sola no quería admitirlo. Había pasado horas intentando buscar una solución, pero nada se le venía a la mente y Alina todavía no había aprendido a usar su poder del alma. ¿Qué haría ahora?

* * *

Se prepararon para partir a primera hora de la mañana. Sin ceremonias, sin formalidades, Gair acompañado de algunos representantes del pueblo faerlinga entraron a la cabaña de los visitantes y entregaron parte de la corteza del árbol madre.

—A pesar de nuestras discrepancias y los problemas ayer en la noche, nuestro pueblo siempre será aliado en la batalla contra la sombra. Lucharemos codo a codo con el resto de nuestros pueblos hermanos —explicó con una seriedad poco característica de su raza—. En nombre de todos los habitantes de Faerl les ofrezco nuestras más sinceras disculpas e imploro su perdón.

Mayra tomó la corteza del árbol pero sin dirigirle una palabra ni hacer contacto visual con él. Alina tampoco dijo nada, todavía se sentía cansada mentalmente como para entablar una discusión y se sentía un poco humillada, así que se mantuvo al margen.

—Si piensan que con esas pocas palabras serán disculpados por una de las personas más tercas de Babia les deseo suerte —comentó Elio.

—Yo tampoco los perdono, su actitud fue imperdonable y exijo saber cuál será el castigo de Lorien. No lo quiero luchando a mi lado —comentó Emir.

—Quédate tranquilo pequeña rata, pues el castigo de los faerlingas es el peor de los cinco pueblos. De aquí en más, nuestro querido traidor será sometido a tortura mental hasta la muerte —contestó Dai.

—Lorien no será un problema futuro —agregó Gair sin mirar al antiguo demonio, se notaba a la legua que su desprecio por él no había disminuido en absoluto.

Ante la falta de cooperación del grupo para entablar conversación, el comité de faerlingas se retiró y permitió que los viajeros terminaran sus preparativos.

A los pocos minutos, la compañía partía hacia el bosque y, a diferencia de cuándo se encontraban en camino hacia Faerl, no fueron usados a modo de diversión por los jóvenes del pueblo del bosque y comenzaron su nuevo viaje tranquilamente y sin problemas.

Maestra del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora