Capítulo 5

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―Bueno, ¿Y cómo está tu cara hoy?―Le pregunté mientras caminábamos por las calles, pisando la nieve.

Zayn levantó sus ojos hacía mí.

―Nada mal. Apenas duele.

―Menos mal. De verdad que me sentiría demasiado culpable si te llego a hacer más daño de lo que tenía previsto.

Soltó una carcajada.

―No fue culpa tuya. De alguna manera fue de Harry, ¿no? Fue él quien no avisó a nadie de que yo aparecería aquí de la nada.

Me encogí de hombros pero realmente Harry era el que estaba en el fondo del lío en el que estábamos, sin embargo, estaba empezando a ver aquello desde otro punto de vista, algo más interesante. Nunca había conocido o visitado a alguien de Paquistán. De hecho, ni siquiera podía recordar si había hablado con alguien aparte de ingleses.

―Pero no te preocupes, ¿vale?―Volvió a hablar. Le contesté con una sonrisa―Por cierto―Se desabrochó el bolsillo de la chaqueta y sacó una cámara―Si tomo algunas fotos, ¿Me dejarás subirlas a tu ordenador y enviarlas a casa?

―Oh, por supuesto. No hay ningún problema.

―Fantástico―Sostuvo la cámara entre sus manos y me hizo una foto.

―¡¿Qué haces?!―Le grité cubriéndome el rostro con las manos―¡Odio que me tomen fotos sin avisar!

Zayn volvió a reír.

―¿Por qué?

Lo miré a través de mis dedos abiertos.

―¿Has visto como esta mi nariz? Súper roja. ¿Mis labios? Inflados y resecos. Y seguro que mis ojos han salido entreabiertos y me expresión es para troncharse de la risa.

―No exageres tanto. Has salido genial. Además, las fotos planeadas no me gustan.

―Pues no quiero imaginarme como será tu álbum de fotos… Lleno de caretos y de gente pillada infraganti.

Zayn rió otra vez, aún más fuerte.

―Bueno, yo tomaré las fotos a mi manera y si hay alguna que no te gusta, pues la borraré, sin discutir. No pasa nada.

―Bien, gracias-Sonrió –sexymente, obvio- y guardó la cámara de nuevo en el bolsillo. Yo miré al frente, pero era imposible sacarme de la cabeza que estaba andando al lado de un paquistaní que estaba para comérselo―Por cierto, no es por meterme en lo que no me importa ni nada pero ayer vi un diploma en un estante del salón en el que ponía tu nombre completo. Creí que solo eras ______.

―Normalmente, en Inglaterra la mayoría tenemos dos nombres, ¿Por qué?

―¿Y tengo que llamarte por los dos? ¿O puedo decirte simplemente _____?

―¿Simplemente _____? Mm…―Pensé―Así que si te digo que si, cuando quisieras llamarme gritarías “¡Eh, Simplemente _____!”

―¡Ja! Graciosa―Me dio un golpe en el hombro y yo le di un empujón―Puede que sí. Solo si te sirve de escarmiento por ser una chica difícil.

Le pagué con una sonrisa traviesa.

―____―Dije después―Llámame solo ____. Todo el mundo me llama así. El segundo nombre es como… Decoración, por llamarlo de alguna manera, pero me gusta, al fin y al cabo―Aunque Zayn podría llamarme basura y con ese acento encantador me gustaría y todo. Estaba siendo totalmente patética, solo porque aquel chico me había encantado desde el primer instante.

―A mí también me gusta ella-Volteé inmediatamente mi cabeza hacía él, chocando de nuevo con sus ojos marrones y mi corazón se disparó cuando lo encontré sonriéndome de aquella tal manera que por poco provoca que me de un infarto en plena calle. Volví a mirar al frente de inmediato, nerviosa por no saber cómo responder a aquello―¿Sabes?―Volvió a hablar, supongo que se había percatado de mi tensión emocional y quería hacerla desaparecer―Tengo una lista de cien cosas que hacer antes de morir y creo que aquí podré cumplir muchas de ellas.

―Vaya… Eso es genial―Lo miré con vergüenza, aún notaba el calor en mis mejillas.

―Tengo que construir un muñeco de nieve―Soltó.

―¿Qué?

―¿Dónde van los chicos de aquí para aprender a hacer eso?

―Ahm… Creo que yo podría ayudarte con eso. No soy lo que se dice una experta pero al vivir en un lugar donde la nieve es casi anual se me da bastante bien.

―Suena mejor de lo que esperaba.  

Intercambio de SofásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora