El día siguiente transcurrió con demasiada normalidad, hasta que llegó la noche.
Mientras nos encontrábamos en el restaurante, sirviendo mesas y atendiendo clientes, apareció por allí una chica que se encaprichó con Zayn y la muy engreída no permitió que le sirviera otra persona que no fuera él.
El pobre estaba demasiado ocupado, no daba abasto y me envalentoné y fui hasta ella para entregarle su pedido. ¿Qué hizo? Me echó en cara que su filete de carne no estaba bien hecho y me hizo regresárselo al chef. Luego continuó reclamando a Zayn.
Por suerte, al terminar nuestro turno, la b i tch ya se había ido y Zayn y yo ya no teníamos de que preocuparnos.
―¡Eh!―Lorena nos llamó la atención antes de marcharse a su casa―Mañana por la noche haré una fiesta en mi casa. ¿Vendréis?
―Oh, por supuesto―Contesté, regalándole a Zayn una agradable sonrisa.
―Genial―Lorena me cogió del brazo―Vamos, te voy a dibujar un mapa para llegar a mi casa.
―¿Qué?―Hice una mueca―Se dónde vives―Dije cuando estábamos entrando a la cocina.
―Ya está. He conseguido alejarte de él.
―¿Pe… perdón? ¿Querías alejarme de Zayn?
―Solo por un segundo.
―¿Y por qué?
―A ver, escúchame bien. Entre tú y Zayn hay algo tan grande que lo ve hasta un ciego. Y tú reconociste que te gustaba. ¿Me explicas a qué demonios estos esperando para dar el siguiente paso?―Balbuceé por su repentina réplica―¿Estás esperando a que se marche o qué?
―Eso es lo que me preocupa, en parte―Confesé después―Solo va a estar aquí dos o tres semanas más.
―¡Pues aprovéchalas, tonta!
―Pero es que…
―No, ____. Deja de poner ‘peros’ & ‘es que’ a todo. ¿Por qué no disfrutas? Por poco que sea. Tu relación con Harry ya puede darse por muerta. Ahora Zayn está aquí y está más que claro que lo que tú sientes por él lo siente él por ti. ¿Por qué no tratas de hablar con él? Al menos para que aclaréis las cosas y dejes a ese lado esa relación de ‘si no me hablas me muero de vergüenza pero si me hablas te como a besos’.
Abrí los ojos.
―¿Có-como sabes que nos hemos besado?
―¡¿Os habéis besado?!
―¡Shh!―Pero cuando me giré para comprobar que Zayn no lo había escuchado ya era demasiado tarde. Se había volteado. Tragué saliva y cerré la puerta inmediatamente―Tenías que gritarlo, ¿verdad?
―¿Por qué no me lo habías dicho antes?
―Solo fue un beso. No le di importancia.
―Ya, claro… Fue la noche en la que cantó con Louis, ¿verdad? Por eso a la mañana siguiente estabais tan monosos.
―No estábamos monosos.
―Oh, _____. ¿Por qué sigues negando lo que es real? Mira, si no quieres decirle nada, allá tú. Pero no vuelvas a decirme que el cariño no está entre tú y Zayn.
Al día siguiente, cerca del atardecer, me encontraba sentada en el centro de mi cama, leyendo un libro y bebiendo chocolate caliente. Zayn estaba sentado frente al ordenador, pasando las fotos que había tomado.
Cuando terminé de leer varios capítulos cerré el libro y lo dejé sobre la mesilla. Zayn me preguntó sobre un horario que había visto pegado a la pared y le conté que era mi manera más útil de organizarme. Lo que le molestó fue que solo tuviera una hora libre. Al día siguiente yo comenzaba las clases y Zayn ya no podría estar las veinticuatro horas del día conmigo.
―Tu agenda es demasiado apretada. En serio, _____. No creo que eso sea bueno.
―¿Por qué no?
―Porque tienes que divertirte más.
―Soy una chica aburrida, es lo que hay.
―No lo eres―Apagó el ordenador y dio la vuelta a la silla para mirarme―Ya te dije que desde que estoy aquí, contigo, no hay un solo día en que me haya aburrido. Todo ha sido increíble. Si me lo he pasado de maravilla esquiando no quiero pensar en cuando vayamos juntos.
Sonreí y me llevé un mechón de pelo tras la oreja. Y luego… Me di cuenta de que la cama que había a mi lado estaba vacía. Aquella cama donde dormía otra de mis amigas mientras estaba en el campus, pero sobre esas fechas se marchaba siempre con su familia, por lo tanto, la cama estaba libre, y yo, como muy tonta que fui, ni siquiera se me había ocurrido ofrecérsela a Zayn.
Quizás era un poco lanzado. Compartir habitación. Era algo que debía pensarse antes de ceder pero… Zayn era demasiado agradable conmigo y no era justo que llevara tantos días durmiendo en el sofá.
―¿Quieres dormir esta noche aquí?
Su mirada pasó por encima de MI cama y se paró sobre mí.
―…¿Contigo?
―Sí-____, torpe―Quiero decir, aquí―Señalé la cama de al lado―Es de una amiga y no estará durante todas las navidades.
―¿Y Stephanie?
―¿Stephanie qué? Esta no es su cama.
―No, ya. Quiero decir, va a pensar que…
―¿De verdad te importa lo que ella piense? ―Hice una mueca.
Poco a poco, una sonrisa fue apareciendo en el rostro de Zayn y negó con la cabeza. Lo que significaba que esa noche Zayn y yo compartiríamos habitación. Debería dejar de dormir en ropa interior y él debería ponerse una camiseta si no quería que me tirara sobre él.
Veinte minutos más tarde habíamos terminado de preparar las camas, cubriéndolas con mantas limpias y sabanas que abrigasen lo suficiente como para que no nos muriéramos de frío.
Finalmente, nos fuimos cada uno a nuestras respectivas camas y yo me encargué de apagar la luz. Parecíamos más tranquilos y mantuvimos las distancias. No hubo ninguna clase de beso en forma de despedida, pero igualmente no estaba segura de si esa noche podría dormir.
―¿____?―Susurró Zayn, en la oscuridad.
―¿Sí?
―Buenas noches.
Solté el aliento que no sabía que había estado conteniendo.
―Buenas noches, Zayn.
Me di media vuelta y sonreí.
