Capítulo 54

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―¿Así estoy bien, cariño? ―Preguntó Zayn mirándose en el espejo y abrochándose los botones de la camisa, desde el primero hasta el último.

―Deja de preocuparte de una vez, les vas a gustar a mis padres tanto si vas vestido de esquimal como si vas desnudo―Le repliqué desde la cama. Estaba sentada en el borde y me estaba abrochando las botas. Me había puesto un jersey blanco ancho y aireado, unos pantalones negros ajustados y las botas más cómodas que encontré en el armario. Raro a parecer, Zayn llevaba más tiempo tratando de arreglarse que yo. Al parecer estaba muerto de preocupación y no había manera de calmarlo.

En cuanto terminé de vestirme, me puse en pie y fui hasta el baño, donde seguía Zayn mirándose en el espejo inclinado hacia delante asegurándose de que no tenía granos y estaba limpio.

―Estas dándole demasiada importancia a una tontería―Lo agarré de los hombros y lo separé del espejo para hacerle girar sobre sus talones y parar delante de mí―Relájate, ¿vale? ―Zayn inspiró y trató de mantener la calma. Luego expiró y en cuanto lo hice, me percaté de que solo le faltaba un alzacuello para parecer un sacerdote o algo por el estilo. Solté una carcajada y seguidamente llevé las manos a lo alto de su camisa. Le desabroché los dos primeros botones y dejé parte de su pecho al descubierto―Así estás más sexy. ―Le dije con una sonrisa de oreja a oreja. Me puse de puntillas y le di un beso en los labios para luego ser yo quien se mirase en el espejo y empezar a maquillarse.

―____, no creo que sea buena idea esto de ir con los dos botones desabrochados. ―Se toqueteó una vez más el cuello de la camisa y me dieron ganas de darle un buen golpe en la cabeza para que dejase de preocuparse tanto―No quiero que tu madre me viole, ni físicamente ni con la mirada.

―No hay nada para evitar que te viole con la mirada, lo siento, Zayn. ―Luego solté una carcajada y lo miré. Estaba realmente preocupado―¿En serio?

―¿En serio qué?

―¿En serio estas así de nervioso porque vas a conocer a mis padres?

―Estoy nervioso porque no quiero que tu madre me haga preguntas sobre nuestras relaciones íntimas, estoy nervioso por el regreso de Giselle, estoy nervioso porque no quiero dormir en otro lugar que no sea a tu lado y… y…

―Eh, eh―Volví a agarrarlo por los hombros y lo sacudí―Ya. En serio, Zayn, relájate, por favor.

―¡Buff! ―Se pasó una mano por el cabello y se lo despeinó todo, haciéndose ver aún más sexy. No pude evitar sonreír y morderme el labio―¿Y ahora qué? ―Preguntó él, viendo mi sonrisa pícara.

―Nada, que estás muy sexy. ―Antes de que me rechistara algo para parecer un santo y que mi madre no le mirase, lo cogí de la mano y lo saqué de la habitación. ―¿Estás listo? Vas a conocer a mis padres.

Zayn soltó todo el aire acumulado en los pulmones y por fin, sonrió.

―¡Ya los veo! ―Grité con una sonrisa de oreja a oreja―¡Están allí! ¡En aquella esquina, delante de aquella joyería!

―Ay, Dios…―Murmuró Zayn detrás de mí.

Lo agarré de la mano y tiré de él mientras corría hacia mis padres, quienes no tardaron mucho en vernos, pues mi padre abrió sus grandes brazos para que me tirara sobre él y me abrazara y mi madre esbozó casi un grito de sorpresa.

Intercambio de SofásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora