Capítulo 62

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Zayn se llevó el trozo de pizza a la boca y masticó con gana. Estaba hambriento. No había comido nada desde que había salido a desayunar a las ocho con Louis y con Harry y no deseaba otra cosa que la llegada de la hora de comer, así podría alimentarse y verme.

―Esta buenísima―Murmuró, cerrando los ojos.

Yo, quien había estado algo distraída, lo miré con curiosidad y luego lo aceché con la mirada, enarcando una ceja, sin saber exactamente a quien iba dirigido aquello.

― ¿Quién?

Zayn soltó una carcajada cuando vio mi expresión y rió, casi atragantándose con la comida.

―La pizza, tonta.

―Ah―Cuando contestó, me reí de misma y luego me centré en la comida, corté varios trocitos de la pizza que había pedido y me los llevé a la boca. Estábamos en un restaurante italiano que se encontraba pegado a la residencia, sentados en una mesa al aire libre frente a la calle donde estaba la entrada y por donde pasaban alumnos de un lado para otro, empezando a prepararse para el inicio de las nuevas clases.―Oye, tengo que decirte algo―Dije después de masticar un trozo.

―Lo que sea. Dime. ―Parecía ausente, pero sabía que me estaba escuchando, así que seguí hablando.

―Hay una fiesta dentro de unos días. Para celebrar la vuelta a clase y esas cosas.

Zayn me miró de repente, atónito.

― ¿Una fiesta para celebrar que se vuelve a clase? ¿Qué clase de fiesta es esa?

―No, bueno―Me corregí inmediatamente y casi reí otra vez―Para aprovechar los últimos días que tenemos de libertad.

―Ah, eso ya tiene más sentido. ―Cogió una servilleta y se la pasó por la boca.

―¿Te apetece ir?

―Sí, claro. ¿Por qué no?―Sonrió― ¿Dónde es?

―En un pabellón no muy lejos de aquí. Habrá comida, bebidas, baile… Lo típico de una fiesta adolescente.

―Genial. Me apunto―Me miró sonriendo de oreja a oreja y luego se percató de que tenía harina en la comisura del labio inferior―Tienes…―Se inclinó sobre la mesa y me pasó el dedo por el labio. Sentí que me derretía. ―Ya.

Noté las mejillas rojizas y luego le di las gracias. Justo entonces me acordé del regalo de Stephanie.

―Oye…―Me rasqué la nuca―Ayer abrí el regalo que me trajo Steph.

― ¿Ah, sí? ¿Y qué es?―Preguntó él con curiosidad, mirándome a los ojos sin tener la más mínima idea de lo que podía ser.

―Es…―Iba a decírselo cuando reparé en la presencia de alguien que estaba entrando en la residencia. Una sonrisa inmediata apareció en mi rostro. Retiré la silla y me puse en pie al momento―.¡¡Giselle!―Grité.

La nerd de la universidad se dio la vuelta y tras varios intentos por descubrir quien había gritado su nombre, me vio y me saludó, sacudiendo la mano que llevaba libre.

La incité a que se acercara y cruzó la calle a trompicones. Llevaba una maleta colgando de un brazo y no sabía la de cosas y libros que llevaría allí dentro.

Como siempre, llevaba sus enormes gafas, su cabellera recogida en una coleta de caballo, una falda aireada y una camisa blanca. Era guapa, pero no se aprovechaba de eso para dejar que los tíos le fueran detrás.

― ¡Hola, ____!―Gritó, dejando la maleta en el suelo en cuanto llegó hasta mí. Abrí los brazos y me abrazó.

―Hola, Giselle.

― ¡Estas genial!―Gritó después, mirándome de arriba abajo y casi riendo. Entonces se percató de que no estaba sola. Miró a Zayn y él, tan caballeroso, se levantó, se presentó y le besó la mejilla.

―Encantada―Contestó ella, algo tímida y colocándose bien las gafas. Volvió a mirarme, insegura de decir algo que no fuera conveniente―¿Es…?

―Mi novio―Contesté.―Es de Paquistán.

― ¿De Paquistán? ―Miró a Zayn y soltó una risita nerviosa. Luego frunció el entrecejo― ¿Pero…? ¿Y tú no estabas con…?

―Es una larga historia―Contesté, restándole importancia―Zayn llegó aquí hace como un mes mientras hacia un intercambio de sofás con Harry, pero… Ya te la contaré todo en otro momento. ¿Te apetece sentarte con nosotros y tomar algo? ―Me ofrecí amablemente.

―No, no. Estáis comiendo.―Replicó―Mejor os dejo y yo voy al apartamento a deshacer las maletas y a ordenarlo todo. Ya nos veremos después, ¿sí?

―Vale. Como quieras―Le regalé una sonrisa y dejé que se marchara tras volver a colocarse las gafas.

―Adiós―Sonrió y paseó la mirada por encima de Zayn y de mí. Él alzó la mano y se despidió de ella.

Esperé varios segundos en silencio a que Zayn dijera algo.

―Esa es la famosa Giselle…―Murmuró mientras la veía alejarse.

―Sí. Te aseguro que si supiera que has dormido en su cama, ahora mismo te habría pegado con toda la maleta en su cara.

―Oh, Dios mío―Bromeó él―Espero que no sepa nada de lo que hemos hecho ahí.

Intercambio de SofásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora