Recordaba con claridad aquella noche en el jardín de la residencia, cuando me asusté al verlo y le pegué en toda la cara. Recordaba cuando nos tropezamos y caímos contra el suelo el uno sobre el otro, cuando solo hacia cinco minutos que nos conocíamos, y recordaba perfectamente la sensación que sentí cuando sus manos se envolvieron en mi cintura a la hora de evitar la caída.
No podía olvidar el momento en que me dijo que yo era más hermosa que la foto que le había enviado Harry, si me tocaba las mejillas aún podía sentir el ardor en ellas. Aún podía ver las facciones preocupadas de Zayn cuando ambos descubrimos que el sofá de Harry estaba ocupado, y luego como por arte de magia, ¿quién iba a decir que terminaría durmiendo en mi sofá y que yo acabaría levantándome a media noche solo para comprobar si dormía en bóxers?
Actué de manera tan graciosa… Sin mencionar a Steph y sus ganas de acostarse con él, sin embargo, él fue tan dulce… Cuando decidió acompañarme a la biblioteca en vez de dar vueltas por la ciudad y cuando me ayudó con todo aquel maldito trabajo para mis clases extras después de que nos perdiéramos en la nieve y pasáramos una de las mejores noches de nuestras vidas, besándonos y dándonos calor mutuamente.
Podía recordar cada uno de los momentos que habíamos pasado juntos desde el momento en que se había metido en mi departamento, en mi vida.
Aún sentía dentro de mí las mariposas montándose un festín cuando Zayn me dijo que quería besarme en el patio de Lorena, y cuando perdió sus labios sobre los míos y me colocó en su regazo. La noche en la piscina, mis celos por culpa de aquella estúpiida que había aparecido en el restaurante tratando de ligarse a Zayn, el momento en que Zayn me arrebató la virginidad sobre la alfombra del departamento y cuando Steph nos descubrió desnudos abrazados el uno al otro.
Todo lo que habíamos pasado juntos había sido simplemente perfecto. Harry había salido de mi cabeza y lo único que me importaba a mí era Zayn, pero ahora… Ahora él se marchaba.
Después de todo lo que habíamos cultivado juntos, él se iba, regresaba a su país y me dejaba sola.
Y así es como empezaba a romperse nuestra relación.