Salí de clase con una inmensa sensación de alivio. Sin embargo, desapareció en cuanto vi a Zayn fuera, apoyado contra la pared.
Sonriendo, se apartó de la baldosa. Y entonces me di cuenta del ramo de flores que sujetaba. No podía creer que después de todo lo que le había dicho anoche siguiera sin rendirse conmigo.
―¿Qué tal el examen?―Preguntó.
Casi mareada, sonreí y asentí con la cabeza.
―Mejor de lo que esperaba, la verdad.
―Genial. Me alegro―Me acarició la mejilla rápidamente con la mano que tenía libre―Toma, son para ti―Me tendió el ramo.
―Oh, Zayn… No te hubieras molestado. No tenías porqué.
―Es lo menos que podía hacer después de todo lo que tú has hecho por mí cuando tenias todos estos planes. Siento haber aparecido de la nada y haberme metido en tu vida.
―Ya no importa. Está bien, Zayn.
―No, no lo está. Por eso quería decírtelo en persona. Quería que supieras que no voy a volver a interponerme en tu camino nunca más. He encontrado otro lugar para dormir.
Luché para no dejar escapar la sonrisa que había en mi cara. En aquellos momentos la devastación que había en mi interior era peor que un apocalipsis mundial.
―Oh―Gemí, conteniendo las lágrimas.
―Con una cama de verdad. Louis me ha dicho que Niall y Liam han vuelto a sus casas y que queda una cama libre, que puedo quedarme con él. Supongo que ya nos veremos cuando tengas un momento libre―Se inclinó y me besó la mejilla. Aquello me dolía tanto que no entendía como podía mantener las inmensas ganas que tenía de echarme a sus brazos y gritarle mil perdones, que no quería que se marchara.
Pero él se alejó caminando y yo lo dejé ir. Desapareció por el pasillo tal y como había aparecido aquella noche en el porche de la residencia…
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