―Louis corrompe a Zayn―Le repliqué a Lorena mientras sacábamos los platos del armario para colocarlos sobre la mesa.
Estábamos en su casa, preparando la comida y los cubiertos. Nada más llegar, Louis incitó a Zayn para echarse una partida a la X-box que había terminado en cincuenta, como mínimo, mientras que yo me iba con Lorena a la cocina, le contaba lo que había estado haciendo con Zayn los dos últimos días y guardaba los brownies en la nevera.
―Estos hombres de hoy en día no hacen nada…―Murmuró Lorena, lanzándole una mirada a ese Louis que se encontraba recostado en el sofá, concentrado en derrotar a Zayn. Ni siquiera se dio por aludido.
―Zayn no es así cuando está conmigo―Le respondí―De hecho, se ocupa de tener el departamento mucho más limpio que cuando estábamos Stephanie y yo. Es adorable.
―¿Hablas en serio? ―Lorena me miraba de hito en hito, incrédula―¿Cómo es posible que se preocupe de las faenas de casa? Es asombroso.
―Ya lo creo―Sonreí.
Entonces Lorena los llamó.
―¿Es que no pensáis ayudarnos o qué? Ya vale tanta x-box, ¿no?
―Oh―Zayn se levantó al momento en que Louis paró el juego y se acercó a nosotras.
―¿Qué les pasa a estas encantadoras mujeres?―Louis cogió a Lorena por la cintura y le besó la mejilla.
―No te hagas el dulce ahora conmigo, Louis. No va a servirte de nada―Murmuró ella, tratando de no derretirse ante él.
Él reprimió una carcajada y se separó de ella.
―Ya me reclamarás después, pequeña―Se alejó y sacó la jarra de agua de la nevera, la colocó sobre la mesa y luego se ocupó de colocar bien los cubiertos.
Zayn, del que yo no había estado pendiente los últimos minutos, se acercó a mí y me rodeó cariñosamente la cintura con un brazo.
―¿Ayudo en algo? ―Preguntó.
―Emm…―Me di la vuelta y miré alrededor―¿Puedes sacar cuatro cervezas y colocarlas en la mesa?
―Claro.
Después de haber disfrutado de una maravillosa comida y haber llegado al postre, me dediqué a recriminarle a Louis que fuera tan vago, pues nos mandó a Lorena y a mí a por los postres mientras él y Zayn hablaban sobre videojuegos. Hombres tenían que ser… Aunque sabía que lo hacía sin malas intenciones. Luego ambos se levantaron y fueron ellos quienes nos hicieron sentar para tratarnos como a las damas que éramos. Nos sirvieron el helado que habíamos comprado como postre y cuando dejaron la copa con las bolas de sabores frente a nosotras, cada uno nos besó la mejilla.
En cuanto terminamos de comer, Louis y Lorena se acomodaron en el sofá. Nos incitaron a hacer lo mismo a mí y a Zayn pero yo tenía que ir al baño. Quería saber por qué demonios me estaba siguiendo Zayn a lo largo del pasillo. Si creía que iba a dejarlo entrar al lavabo conmigo o algo estaba muy equivocado.
―¿Dónde crees que vas?―Antes de entrar me di la vuelta, alcé una ceja mientras lo fulminaba con gracia con la mirada.
Él ni siquiera respondió. Se limitó a sonreír, mostrando sus preciosos dientes blancos y tras una mirada seductora se inclinó sobre mí, cogiendo mi rostro entre sus manos y me besó. Noté luego sus manos presionando en mi cintura y llevando contra él. Seguidamente, empezó a arrastrarme a lo largo del pasillo y cuando me di cuenta habíamos entrado en la habitación de Louis & Lorena y me había tendido sobre la cama, empezando a deslizarse sobre mí.