Capítulo 11

148 9 0
                                    

Horas más tarde nos encontrábamos Lorena y yo sentadas frente a una hoguera en un bar pegado a las pistas de esquí, esperando a Louis y a Zayn. Ally había tenido que marcharse por lo que nos quedamos solas hasta que los chicos llegaron.

Zayn se sentó delante de mí y no supe si la gran sonrisa que traía era por verme o un reflejo de la diversión que había tenido en las pistas.

Lo que había que destacar era que durante toda la mañana habíamos estado mirándonos disimuladamente, yo me había puesto roja más de una vez y había tenido que salir disparada al baño. Notaba como Zayn trataba de encontrarse con mi mirada pero yo trataba de no dejarla ser encontrada por más que quisiera.

―¿Qué tal te han ido los masajes?―Ya me había pillado, y además me sonreía, cosa a la que no podía responderle de otra manera que no fuera la misma.

Quizás cuando había silencio entre nosotros todo se volvía jodidamente incomodo, pero cuando no, era perfecto.

―Bien, súper relajantes. ¿Y a ti? ¿Qué tal el esquí?

―Totalmente genial. Es una pasada. Quiero que vengas conmigo a esquiar antes de que se me acaben los días aquí.

―Eso está hecho.

Minutos más tarde salimos del bar y fuimos a por algo de comer, y después de eso, salimos a dar una vuelta por las calles de piedras que estaban repletas de tiendas.

Todo podía ser tan perfecto en unos momentos y todo tan horrible en otros… Suspiré.

Desde que Zayn había empezado la conversación no habíamos hecho otra cosa que hablar, reír, él me había acurrucado en su pecho, yo lo había abrazado… Y habíamos acabado cogidos de la mano como una pareja normal.

Lorena iba lanzándome miradas, pero las ignoré todas. Iba a dejar de comerme la cabeza y de preocuparme. Solo iba a disfrutar del momento con Zayn.

―Creo que debería comprar algunos regalos para cuando regrese―Dijo Zayn cuando paramos frente al escaparate de una tienda de dulces.

―Oh, voy a entrar―Avisó Lorena, derritiéndose.

―Y puede que nunca salga…―Bromeó Louis.

―Si lo haré―Lorena le sacó la lengua. Louis rió y la abrazó.

―Da igual. Entraré contigo. Si decides no salir, yo tampoco saldré―Y agachó la cabeza para darle un beso. Mi mano se apretó a la de Zayn inconscientemente―Estamos enamorados―Fue todo lo que consiguió decir antes de que la puerta se cerrara y quedaran dentro de la tienda.

―¿Quieres entrar?―Le pregunté a Zayn.

―Mm… Creo que algo comestible no sería un buen regalo. Así que… ¡Oh, señor, espere!

Las palabras de Zayn me confundieron. Luego me percate de que había parado a un anciano.

―¿Sí, joven?

―¿Le importaría tomarnos una foto? ―Le pidió, extendiéndole su cámara.

―Oh, por supuesto.

Zayn me soltó la mano y se acercó al hombre para darle una rápida instrucción de la cámara. Los ancianos… Ya sabéis como son. Luego volvió conmigo. Colocó un brazo por encima de mis hombros y me atrajo a él. Rodeé su cintura y me apreté contra su caliente cuerpo. Sonreímos y el hombre hizo la foto.

―Listo―Dijo.

Zayn cogió la cámara y miró la foto.

―Ha quedado estupenda.

―Hacen una linda pareja.

Y antes de que yo entrara en  mi fase de cara igual a tomate, Zayn se acercó a mí con la cámara y me mostró la foto.

―¿Qué te parece?

―Genial.

―Bien―Se volteó para mirar al anciano envuelto en un abrigo de lana de color gris―Muchas gracias.

El hombro nos dijo que nos divirtiéramos y se marchó.

Intercambio de SofásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora