Aparecí por el pasillo después de haber ido hasta la habitación y haberme cambiado de ropa. Cuando entré de nuevo en el salón, Zayn seguía dormido en el sofá, desnudo y con una manta cubriéndole de mala manera la entrepierna.
Se veía tan perfecto que me apetecía hacerle el amor otra vez pero eran casi las diez de la noche y él me había prometido una cena.
Me acerqué a él y me dejé de caer de rodillas al lado del sofá.
―Dormilón…―Le toqué el brazo y lo acaricié―Zayn, despierta―Le sacudí el bíceps resistiéndome a la tentación que me suponía el tacto de mi piel contra su musculo―Zayn…
Entreabrió un ojo y me miró con una mueca graciosa.
―Te toca hacer la cena―Le recordé, admirando cada una de sus varoniles facciones.
―Cierto―Con movimientos lentos y cansinos se irguió en el sofá y se pasó las manos por la cara.
Coloqué las manos en sus rodillas y alcé la barbilla para mirarlo. Sus ojos encontraron los míos en cosa de segundos.
―¿Te gusta el sajji? ―Me preguntó con su sexy acento.
―¿Qué es eso? ―Enarqué una ceja sin tener ni la más mínima idea de que era aquello tan raro que acababa de pronunciar. En el instante en el que lo pronunció pensé que me estaba tomando el pelo inventándose palabras extrañas.
―Lo que te voy a preparar para cenar.
Quince minutos después, estábamos los dos en la cocina. Zayn ya se había cambiado utilizando la rapidez, pues en cuanto se levantó y lo vi andar por el pasillo con el torso descubierto y la manta dejándole a la vista medio trasero no pude resistirme a correr tras él y besarlo.
Al parecer, ese plato tan extraño que había mencionado era cordero a la barbacoa relleno de arroz, o algo así. Me senté en el mármol de la cocina mientras lo veía a él ejercer de cocinero con un delantal puesto, el pelo revuelto y los labios hinchados por los besos que le había dado hacia unos minutos.
―A ver qué te parece. Prueba―Me tendió el tenedor con un trozo de carne en él. Abrí la boca como una niña pequeña y dejé que metiera la comida en el interior.
Mastiqué ante la vista de Zayn y asentí con la cabeza.
―Esta bueno―Respondí, y luego me pasé la lengua por los labios lentamente.
―No hagas eso―Replicó él olvidándose de la comida y del resto del mundo. Solo pensando en el movimiento que acaba de hacer yo―Eres demasiado sexy.
Se acercó a mí, se colocó entre mis piernas, abriéndolas para colocarse mejor y alzó la cabeza para besarme.
Solté varias risas sobre sus labios y luego lo empujé.
―A este paso cenaremos mañana.
Realmente Zayn servía para cocinero.
Jamás había probado aquella comida pero estaba riquísima y deseaba que Zayn volviera a hacerla millones de veces. Habíamos estado hablando y riendo mientras comíamos. Tomamos helado de postre y luego ordenamos la cocina y nos acurrucamos juntos en el sofá mientras veíamos una película.
―¿Sabes? ―Empezó a decir―Cuando decidí realizar este intercambio jamás pensé que pasaría una Nochebuena tan bien acompañado―El susurró se filtró por mi oído y me estremecí. Una sonrisa fantasma apareció en mis labios, me apreté más contra su cuerpo y entrelacé mis dedos con sus manos, las cuales reposaban en mi cintura, abrazándome por detrás.
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