Capítulo 13

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Zayn y yo habíamos sobrevivido pasando la noche en la misma habitación. Supe que seguía durmiendo cuando salí a hurtadillas del cuarto para ir a clases porque podía escuchar su tranquila respiración. Me habría gustado acercarme y dejar un beso en su mejilla pero temía que despertara.

No lo volví a ver hasta pasadas las tres del mediodía. Imaginé que se habría ido a comer a un restaurante solo o que habría llamado a Louis pero me llevé una sorpresa cuando abrí la puerta del depa y me encontré la mesa puesta, dos pares de cubiertos y dos platos de pasta.

Me dijo que prefería esperar y comer conmigo que comer solo. Le agradaba mi compañía y cada vez que decía eso mi corazón se disparaba a mil por hora.

Por la tarde decidimos salir a hacer la compra juntos, además, estaría bien comprar algo para llevar a la fiesta de Lorena.

Parecíamos dos críos. Empezamos a meter de todo en el carro, desde bebidas, hasta tonterías que no nos convenían en absoluto. Empezamos a correr con el propósito de saber quien llegaría antes a la zona donde estaban las bolsas de patatas fritas pero antes de llegar me giré para comprobar si Zayn iba detrás de mí y cuando volví la vista al frente me fui de pleno contra un estante y un montón de bolsas fueron al suelo. Y si no hubiera sido por Zayn yo me habría quedado sin dientes. Me cogió de la cintura y me tiró hacía atrás. Me escondí en su pecho y empecé a reírme como una loca.

Más tarde, conforme nos íbamos acercando a la caja, Zayn cogió media docena de rosas rojas y blancas y las ató con un lazo.

―Necesito hacerle un regalo a mi chica.

Mi corazón dio un vuelco. ¿Me había convertido en su chica? Tuve una visión patética de Zayn arrodillado ante mí ofreciéndome el ramo de flores. …Ya comenzaba a delirar.

―¿Tú chica?―Pregunté, pues aun no podía dar por hecho que yo fuera ella, pero lo deseaba con todo mi ser.

―Sí, Molly―Sentí como un puño apretaba mi corazón. ¿Molly? ¿Quién demonios era Molly? ¿Cuándo había estado Zayn con otra chica que no fuera yo? Oh, no debí haberme hecho ilusiones…―Pasaremos a verla durante el camino de vuelta a casa.

―¿Dónde vive?

―No muy lejos.

Pasamos por la caja y Zayn me dio algo de dinero para compensar su parte de la compra. Entre los dos cogimos las bolsas. Zayn se ocupó de llevar cuatro, dos en cada mano, y yo tan solo un par. Me era imposible cargar el peso que se encontraba cargando el sexy paquistaní. Admiraba su fuerza escondida en aquellos brazos.

―Bueno, y entonces ¿Dónde vive Molly?―Pregunté otra vez.

―En el parque.

―¿En el parque? ―Lo miré―¿Es una… vagabunda o algo así?

Zayn empezó a reírse.

―No, tonta. Es el muñeco de nieve que hicimos.

Y la cara de tonta que se me quedó fue increíble. Zayn debería haberme tomado una foto y guardarla para el resto de la eternidad.

Cuando llegamos, Zayn y yo nos quedamos parados. A parte de la pareja que habíamos creado ambos, ahora había tres niños de nieve delante de ellos. A Zayn se le dibujó una sonrisa de oreja a oreja y yo me emocioné. Era precioso. Tanto él como el panorama que se abría ante nosotros.

―Vaya, que rápido procrean.

Solté un seguido de carcajadas y Zayn me miró, y para mi sorpresa, extendió las flores hacía mi. Mi corazón pareció montarse en una montaña rusa y luego empezó a derretirse.

―Oh… Gracias―Mi mirada fue directa a reencontrarse con la suya. Como era de esperar, él ya llevaba rato mirándome.

Dio un paso más hacia delante y levantó su brazo. Su mano fue directa a mi mejilla. La acarició hasta colocar un mechón de pelo tras la oreja.

Fue de dos segundos que no tirara el ramo de flores al suelo y me abalanzara sobre él.

Predije cual sería su próximo movimiento y repentinamente, algo que no había pasado antes por mi cabeza me hizo hablar antes de que volviera a ocurrir lo de la otra noche.

―Zayn, ¿tienes novia?

Cuando me escuchó quitó la mano de mi mejilla y frunció el ceño.

―¿Yo? No. ¿Quién sería capaz de soportarme?

Sonreí, aliviada y feliz. Luego volví a hablar.

―Cualquier chica con ojos saldría contigo―Le confesé. En aquel momento sería capaz de confesarle cara a cara que estaba más bueno que el chocolate caliente.

―Vaya, ¿ahora soy yo el que está sacando tu lado pervertido?

―Eso no es pervertido.

―Un poco. Confiésalo. Todos sabemos lo que las chicas quieren con los tíos buenos y lo que los chicos quieren con las tías buenas.

―Zayn, eres tú el pervertido. Yo no quiero eso contigo. Háblame en serio, ¿nunca has tenido novia?

―Bueno―Empezamos a andar hacia casa―Salí con una chica durante un tiempo pero las cosas no funcionaron. Nos lo pasamos muy bien cuando estuvimos juntos, nos divertimos pero nunca fue más que eso. Creo que realmente no había amor y para considerar a una chica mi novia tengo que sentir algo aquí dentro, ¿sabes? ―Se llevó una mano al pecho. Que profundo había sonado eso… Si aparte de ser todo lo que ya era también iba a ser un romanticón. Cada vez me gustaba más.

Y eso me hizo pensar en mi relación con Harry, en si todo lo que había sentido lo había hecho con el corazón o con la cabeza.

Intercambio de SofásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora