Capítulo 56

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El aire frío de invierno chocó contra mi rostro cuando salí de la residencia para pasear a Hamlet por los jardines que la rodeaban. Corrió a toda velocidad, saltó tres escalones y llegó a la hierba, donde se tiró como un muerto y empezó a rodar. Cómo lo envidiaba… Ojalá yo también pudiera hacer eso, pero cualquiera que me viera pensaría que estaba loca. Me limité a sonreír y bajé las escaleras para acercarme a él. Cuando lo hice, no tardé ni cinco segundos en visualizar la figura de alguien acercándose a la residencia por la calle.

Entonces recordé el momento en que conocí a Zayn, de noche, en la oscuridad. Era increíble como mi vida había cambiado en tan poco tiempo. Apenas hacía un mes y varios días que conocía a Zayn y estaba tan enamorada de él que daría incluso mi vida para salvarlo de cualquier peligro. Era irracional, una locura. Pero de esas cosas estaba hecha la vida, de locuras y *****. No pude evitar sonreír y perderme en los recuerdos.

Hasta que una voz me interrumpió y el corazón me dio un vuelco.

―Parece que se lo está pasando en grande.

En cuanto me di la vuelta, vi a Harry a varios metros de mí, sonriendo de oreja a oreja y con la mirada sobre Hamlet. Llevaba unos jeans claros, las manos en los bolsillos. Un jersey blanco y una chaqueta negra.

Traté de mantener la calma. Aún no lograba entender porque me ponía nerviosa cuando estaba con Harry a solas. No era nada malo. Yo estaba con Zayn y lo quería a él. No iba a serle infiel ni iba a hacer ***** con Harry para luego arrepentirme. Podíamos ser amigos y todo podía continuar tan perfecto como era.

―Sí, eso parece. ―Volví a girar la mirada para observar a mi bebé y no tardé en sentir el perfume varonil de Harry pegado a mí.

Había avanzado hasta colocarse a mí lado.

―¿Estás sola?

―Sí―Contesté con tranquilidad―Zayn está con Louis, tomando una cerveza.

―Hablé con él hace un rato.

―¿Con Zayn? ―Me volteé para mirarlo. Que aquellos dos hombres estuvieran juntos me ponía la piel de gallina―No, con Louis. Creo que Zayn estaba contigo, ¿no?

―Oh, em… Sí, fuimos a comer con mis padres y luego a ver una película al cine.

―Vaya, ¿ya ha conocido a tus padres?

¿Por qué me estaba haciendo aquellas preguntas? Eran incómodas y no me apetecía responderle a nada. Solo quería que apareciera Zayn por alguna parte y reclamara mi atención. Quería estar con Harry, pero había algo extraño allí que me hacía sentir… Rara, incómoda, con ganas de huir a cualquier parte o… de tirarme a sus brazos.

―Sí. Fueron ellos quienes quisieron conocerle―Contesté con normalidad.

―Ellos no llegaron a saber nunca que tú y yo estuvimos juntos, ¿verdad?

―No―Alcé la mirada, pero me negué a mirarle a los ojos. Busqué a Hamlet y observé cómo se metía entre unas plantas en busca de algo que había olisqueado.

―¿Cómo…? ¿Cómo crees que serían las cosas entre nosotros si no hubiésemos dado por terminada nuestra relación?

―No lo sé―Lo mejor era responder con rapidez y eludir cualquier pregunta o desvío más. No iba a mirarle a los ojos en ningún momento, así todo sería más fácil. Harry no iba a rendirse e iba a continuar con las preguntas hasta que hubiese obtenido las respuestas suficientes.

―Lo siento―Dijo entonces.

Y de repente me sentí culpable.

―¿Sientes el qué? ―Lo miré a los ojos profundamente por primera vez. No quería hacerle daño a Harry. Creo que ya lo había dejado claro, pero tampoco quería que por culpa de mi amabilidad y mi simpatía creyese que aún tenía alguna oportunidad conmigo. Yo estaba con Zayn.

―Haberte hecho daño.

―Harry, tú no…

―Sí―Me interrumpió―Te dejé sin motivos suficientes. Te hice daño y ahora regreso aquí y siento como sigo haciendo daño. Lo siento, ____.

―Harry, no. No digas eso―Le pedí―No me estás haciendo daño. Es simplemente que…―Sacudí la cabeza en busca de las palabras adecuadas―Es extraño tenerte aquí y tener también a Zayn. Es cómo… Es cómo estar en…

―¿En un triangulo amoroso?

No. Por supuesto que no. Zayn y yo nos amábamos. Harry no pintaba nada allí. No era un triangulo amoroso en absoluto, pero algo me paralizó a la hora de contestarle y me quedé en blanco, con el corazón latiéndome a toda prisa por la manera en la que Harry me estaba mirando. Ojos contra ojos, profundizando hasta llegar a mi corazón.

Intercambio de SofásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora