Eran pequeños, sólo había dos cabinas y un lavabo. Puso sus pesadas manos sobre mis hombros y me condujo dentro del que quedaba más alejado de la puerta.
En cuanto escuché el "clic" del pestillo que Rafa acababa de echar me sentí presa de un ataque de pánico.
El habitáculo era demasiado pequeño, y mi acompañante estaba demasiado cerca de mí. A penas habían pasado dos minutos y su delicioso aroma corporal lo había inundado todo.
—¿Qué se supone que vamos a hacer aquí? —Pregunté con voz ligeramente temblorosa, sin mirarlo a los ojos. Parecía más grande y más alto que nunca. Los pantalones se le abrazaban a las piernas y le colgaban de las caderas con una perfección exagerada. Cuando se quitó la cazadora atiné a ver brevemente una pequeña porción de su duro vientre. Aparté la vista con rapidez.
—Nada divertido, por desgracia. —Comentó con aburrimiento, mientras apoyaba la espalda en la pared—. Pero era necesario que hicieses algo así una vez en tu vida.
—¿Encerrarme en los servicios públicos de un súper mientras las abuelas compran ingredientes para la cena? ¿Tan emocionante te parece? —Pregunté con sorna, y me senté en la taza del váter. Al menos estaba limpio.
—Te voy a dar una clase magistral sobre cómo aprovechar el espacio. —Me sonrió con petulancia, pero su mirada era fría—. Por si algún día decides utilizarlos, o te pilla una urgencia. —Dobló su cazadora y la dejó en una esquina del suelo. Solo llevaba una camiseta gris de manga larga, pero debido al color claro sus músculos se le notaban perfectamente. Empecé a sentirme mareada—. De todas formas esto es sólo un entrenamiento. Lo más probable es que si te ves en la tesitura sea en los servicios de algún bar de copas, y te aseguro que no estarán tan limpios como estos... aunque en esos momentos no creo que te preocupe demasiado.
Le puse una mueca de desagrado.
—Debes tener como mínimo hepatitis. —Comenté.
—Te aseguro que estoy limpio, nena. En la terapia me hacen análisis constantemente, no sólo de drogas. —Volvió a dedicarme una falsa sonrisa. Me pareció que bajo esa máscara de indiferencia había algo que le preocupaba, pues se quedó mirándome con expresión llana más tiempo del que establece el decoro.
—Si he venido es por que acostumbro a cumplir con lo acordado. —Dije, nerviosa por la intensa forma en la que me observaba—. No quiero pasar más tiempo del necesario contigo, así que venga. —Lo apremié, y algo se endureció en su expresión.
—Imagínate que estás con un chico en un baño de estas características. —Empezó.
—No me lo imagino.
Alguien entró, y Rafa me hizo un gesto para que me callase. Permanecimos en silencio mientras la persona en cuestión se lavaba y secaba las manos, a juzgar por los sonidos que nos llegaban amortiguados desde fuera. Después se escuchó la puerta cerrándose.
—Bueno, imagínate que estás conmigo a punto de hacerlo, para que sea más realista. —No me molesté en hacer ningún comentario—. Podría estar sentado donde estás ahora, y tú podrías sentarte a horcajadas sobre mí y marcar el ritmo. —Se empeñaba en hablar con despreocupación pero algo lo carcomía por dentro, cuanto más rato pasaba más se lo notaba. Estaba tan intrigada intentando descifrarlo que no prestaba atención a las guarradas que estaba diciendo. —...o tal vez podrías ponerte contra la pared, mientras yo te penetro por detrás... —Puso ambas manos en los azulejos, como si cubriese un cuerpo imaginario.
—Eres un imbécil. —Me puse en pie en cuanto procesé sus palabras, dispuesta a irme. No tenía ningún sentido estar encerrada con un loco, independientemente de la estúpida apuesta que hubiese perdido.
Me estudió por un segundo y después añadió con voz cruda, como si intentase molestarme: —He quedado con Paula, del instituto, este sábado en la Sala Oasis. —Tenía los ojos clavados en mí, esperando una respuesta—. Muy probablemente me la tire en los baños.
—Me das asco. —Siseé, y cogí la manivela. Antes de que la girase lo tenía al lado, presionando el pie contra la puerta e impidiéndome el paso.
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FRÁGIL
Romance-Dime una cosa... -Sus ojos estaban más oscuros que nunca, casi crueles-. ¿Te lo hizo mejor que yo? -Demandó con urgencia-. ¿Te tocó como te toco yo? -Insistió. Estaba completamente alterado mientras se acercaba todavía más. Di un paso atrás y mi es...