Frank lloraba con rabia, sabiendo que, obviamente, Gerard nunca lo perdonaría.
Sabiendo, también, que él tampoco se perdonaría.¿Es que Gerard no entendía que lo amaba con todo su corazón?
Si no lo sabía, Frank se lo haría saber. Aunque no pudiese besarlo, aunque no pudiese tocarlo, de alguna manera se lo haría saber.
Odiaba no poder tener ningún contacto físico con Gerard.
No poder demostrarle lo mucho que lo amaba y lo deseaba.¿Es que acaso le habían lanzado una maldición?
Era la única respuesta válida para todo lo que le pasaba en su desastrosa vida.
¿Será que todas las personas que mató se quieren vengar de él?
Era lo más factible, aunque él no creía en toda esa mierda de las almas y Dios, pero, como dicen algunas personas, ”creer o reventar"
— Lo siento...– Sollozaba.— Lo siento tanto... No quise hacerlo...
Aunque, en realidad, sí quiso matar a todas aquellas personas. El placer que sentía al matar no lo igualaba nadie.
"¿No lo iguala nadie?" Alcanzó a ver a Gerard, que tenía una ceja alzada.
Frank sonrió, tratando de secarse las lágrimas.
— Tú eras lo mejor que tenía...
Gerard sonrió con suficiencia, hasta que vio una mueca en el rostro de Frank.
— ¿Puedes leer mis pensamientos?
"Si" Miró para otro lado, tal vez para evitar la mirada acusadora de Frank. "Pero no creas que siempre violo tu privacidad"
— No importa.– Sonrió.— Después de todo los novios no se guardan secretos, ¿No?
— Mierda...– Susurró cuando Gerard desapareció.
Tendría que cuidar sus palabras.