Capítulo cuarenta y uno

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— "Eres una gran persona, Frank. Le agradezco a Dios que te haya puesto en el camino de Gerard."– Frank suspiró, apesadumbrado.— Pobre Donna, no sabía en qué me iba a transformar.
— Yo creo que tu infancia es la culpable de que tú te hayas "transformado".
— No importa qué o quién fue el culpable, lo que hice no se puede cambiar.
— Tienes razón, pero tampoco está bien que te eches toda la culpa.
— No sabes lo que es cargar con esa responsabilidad.
— ¿Qué responsabilidad?
— No fallarle a Donna. Pero no pude cumplir mi palabra.
— Son cosas que pasan, Frank, no te mortifiques.
— Los únicos que se preocupaban por mi eran los padres de Gerard, y los decepcioné.
— ¿Cómo te sientes con ello?– Jamia cambió de táctica.
— Mal, ellos confiaron en mi. Se portaban como si fuesen mis padres, es más, te puedo afirmar que me querían.
— Obviamente te querían, sino no hubiesen hecho todo lo que hicieron por ti.
— Si..., Ellos eran lo más cercano a una familia que yo tenía.

De atar; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora