Capítulo setenta y siete

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Donna y Donald Way habían salido, por ello en la mañana no estaban, pero ahora ya se encontraban en casa.
Frank esa noche se iba a quedar, importándole muy poco si Linda se enterase.
Frank y Gerard estaban los dos acostados, y el último dormía a rienda suelta.

«¿Qué crees que tu padre te haría, Frank? Tal vez te golpearía hasta casi matarte como pasó la última vez... O quizá te mate de una vez por todas.» Recordaba todo lo que Bob le había dicho, todas las amenazas y todas las burlas.

En un momento el enfado creció en él, nublándole la cordura.
Se levantó con cuidado de la cama, procurando no despertar a Gerard, y agarró una soga que se encontraba por allí tirada. En silencio abrió la puerta y se asomó al pasillo, notando que no había nadie.
Con paso suave se dirigió a la habitación de invitados, que ahora era ocupada por Bob, y entró.
Bob estaba acostado en posición fetal, con nada más que un bóxer tapando su esquelético cuerpo.
Lo miró por unos segundos, recordando el momento en el que lo encontró arriba de su novio, manoseando lo que era de su propiedad.
Tomó con firmeza la soga y la acercó al cuello del chico, para envolverlo con toda la fuerza que le fue posible.
Bob abrió los ojos con asombro y ahogó una exclamación.
El cuello se tornó de un color violeta, al igual que su rostro. Bob intentaba dar bocanadas de aire, mas le fue imposible.
Ya no podía volver atrás, ya había muerto.

- Adiós, hijo de puta.- Susurró Frank mientras sonreía maniáticamente.

Colgó la soga en el ventilador de techo y la ató al cuello de Bob, dejando unos centímetros de separación entre el suelo y su cuerpo.
Al cumplir su cometido volvió a la cama con Gerard.


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Voté sin querer el capítulo anterior y me llegó la notificación. Fue muy gracioso😂

¡Gracias por leer! 💕

De atar; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora