Capítulo diez

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— Mi primer beso...– Dijo con nostalgia, añorando aquellos buenos momentos.
— ¿Desde cuándo supiste que estabas enamorado de Gerard?
— Supongo que desde toda la vida, no lo sé. Lo único que sé es que hasta el día de hoy lo sigo amando.
— Quizá no sea amor, sino una obsesión.
— Usted no sabe todo lo que vivimos.– Sonrió.— Ahora que lo pienso, no me dijo su nombre.

La psicóloga hizo una mueca, mas respondió, tratando de sonreír de igual manera.

— Jamia, mi nombre es Jamia.
— ¿Es todo por hoy, verdad?
— Si, Frank. Hasta mañana.

Jamia se fue, y Frank se sintió raro, como con la sensación de que ya había escuchado ese nombre antes.

— Gee.– Formó una gran sonrisa.— ¿Escuchaste todo?

Gerard asintió.

— No me agrada mucho... Pero creo que está bien, ¿Tú qué piensas?

Se encogió de hombros.

— ¿Hoy no quieres hablar?

Nuevamente se encogió de hombros.

— Estás muy raro, Gee...

Y era verdad, nunca había estado tan callado -por más irónico que suene- como hoy, y Frank de verdad necesitaba hablar. Necesitaba decirle lo mucho que anhelaba tenerlo entre sus brazos, cuánto deseaba decirle que lo amaba. Pero, de todas formas, de nada serviría, ya que Gerard desaparecería al instante.

De atar; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora