♡♥ Mi mejor amigo ♡♥

♥50. ♥ En el amor unos tienen suerte, otros no. ♥

Capítulo cincuenta.  

Melinda...

Una semana...
Una semana más y sería libre del colegio.
Al fin podría cantar esa canción de la película de Frozen que canta Elza... La princesa con poderes hielo.
"Libre soy, libre soy, libre soy... No puedo ocultarlo más... Libre al fin".
Sin duda ya quería cantar esa canción.
Siendo domingo y estudiando para el examen que tenía mañana, decidí descansar un poco... En eso me paso por la mente la conversación que tuve con Jessica el pasado domingo.

Inició de flashback.

Ella se apareció en mi casa con una maravillosa caja de donas de chocolate... Que yo con mucho amor, cariño y por supuesto interés recibí.
Estaba tan feliz por las donas que ni me fije en que ella estaba triste. Le dije que me contará lo que había pasado. Y así lo hizo.

Me quede en chok al escuchar el relato.

—No puedo creerlo...

—Pues creélo. Así fue.

—Clara y Liam... —Estaba atónita al enterarme de lo que me contó Jessica, sobre Liam y Clara... Ellos se besaron....
Pero no tenía idea si eso seguía siendo parte de su plan
... Me temo que lo que yo pensé hace mucho ahora se este haciendo realidad; que alguno de los dos se enamoré. Y conociendo a Liam no creo que este con Clara por amor. Más bien creo que Clara es la que se esta por enamorar. Si es que ya no lo está.

—¿Qué harás ahora? —Le pregunté al verla tan desanimada mientras comía lo último  de mi dona de chocolate.

—Que voy hacer... Nada... Ya lo perdí para siempre.

—Aún no lo has perdido...
Pueden volver a—Me interrumpió.

—¿Volver a ser qué Melinda? ¿Amigos? Eso ya me quedo bien claro que lo somos.

—Sí, o sea,  quiero decir que te acerques más a él. No te distancias tanto, —No sabía como decirle lo que pensaba— a veces eres demasiado orgullosa.

No encontré otra palabra, pues "orgullo" debía  ser su segundo apellido. 

—¡No soy orgullosa! —Se defendió, y la sentí ofendida— Y además no tengo porque estar detrás de él.

—No es estar detrás de él...

—Sí, sí lo es, y yo no le voy a mendigar amor a él ni a nadie.

—¿Qué? Estás mal entendiendo las cosas...
Esto no se trata de mendigar amor... Se trata de que pares con el orgullo tan vano que tienes...
Si dejarás de ponerte esa coraza sobre protectora todo estuviera bien. Él dejaría de verte como seguramente lo hace.
; Inalcanzable, porque así actúas frente a él.

Ella negó varias veces con la cabeza. —Esta coraza sobre protectora,  —Se apuntó así misma con el dedo índice— es la que me ha ayudado a protegerme durante todos estos años.
No me pidas que me deshaga de ella ahora, porque no lo haré.

—Entonces... seguirás siendo una orgullosa.

—Llámalo como quieras,  —Se cruzó de brazos— yo no voy a decirle lo que siento. Tal vez no lo dije nunca con palabras, pero no fue necesario, fui muy obvia desde hace tiempo; lo demostré y eso basta, si él no se quiso dar cuenta pues bien por él, ya no me importa.