♥ Las palabras bonitas importan si quien las dice es a quien amas. ♥

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Capítulo treinta y siete... 

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Jessica...

Qué idiota fui...
¿Cómo pude pensar que yo podría llegar a gustarle?
Mucho menos que pudiera estar enamorado de mí.

Ese estúpido... Como se atreve, tenía tanta rabia...
Él  hirió mis sentimientos.
Por esa razón, no tenía la necesidad de quedarme a escuchar su conversación  un segundo más. Pero tuve que quedarme a escuchar y  lo peor es que ahora lloro por ese estúpido.

Caminaba rumbo al baño... Y por andar secando mis lágrimas me choque con alguien... Pude ver que era Jason... "Mi novio"... Él me miró enseguida  y frunció el ceño.

—¿Por qué lloras? — Preguntó...

Yo seguía sollozando y ni siquiera podía verlo a los ojos.

—No me digas que es por él — Esta vez su tono fue molesto.

Me tomo con suavidad por los hombros. —¿Qué fue lo que paso? —Indagó nuevamente. 

—Es qué... L-Liam-Li, —Tartamudee  y no pude evitar seguir llorando.

No era tan fácil explicarle que había escuchado decir a la persona de  la que siempre he estado enamorada que ni siquiera le gusto... Saben... es muy decepcionante... Y triste... Una cosa es que lo presientas... Y otra muy distinta es asumirlo y tener que darte cuenta de la realidad.
Y esa era mi realidad... Él no me quiere y nunca lo hará.

Jason se acercó más a mi y llevo sus manos hasta mi cara.
Mordi mi labio inferior para aguantar otro zolloso, sorbí un moco que intentaba salir de mi nariz y tome fuerzas para  hablar.

—Él dijo que no le gusto... —Admití.

Jason me dio un corto abrazo y acarició mi cabeza suavemente. Ahora lloraba pero al menos tenía un hombro en el cual apoyarme.

Jason me alejo de él mirándome a los ojos...

—Escucha Jessica...  Si a él no le gustas... A mi sí —Su mirada estaba llena de ternura.

Lágrimas rodaban a cántaros por mis mejillas... Aquello que dijo no era que me sirviera de mucho... Pues en aquel momento entendí que las palabras bonitas importan si  quien las dice es a quien amas.

—¡Ese idiota! —Jason se molesto mucho al verme llorar.

—Me vengaré de él,  —Prometió con un tono vengativo— Es más nos vengaremos...

—¿Cómo? —Logré preguntar.

—No lo sé... Ya se me ocurrirá algo... Algo que lo haga sufrir... —Dijo... Y  yo seguía llorando.

—No llores... —Me pidió— No puedo ver una chica linda llorar.

Él parecía sorprendido. Eso me extraño un poco.  —¿Quieres vengarte? —Preguntó de la nada.

—Si te quieres vengar cierra los ojos y pide un deseo —Me dijo con una sonrisa.

Fruci el ceño. —¿Qué?

Se acercó a mi dándome otro corto abrazo. —Solo hazme  caso —Susurró en mi oído, luego volvió a mirarme.

Entonces... No se porque, pero le hice caso y  cerré los ojos... Sentí como Jason se acercaba a mí, lentamente rodeo mi cintura con su brazo y me atrajo hacia él... Con su mano libre acarició mi mejilla y seco mis lágrimas... Ya había pedido mi deseo, y cuando estaba apunto de abrir los ojos, sentí el contacto de los suaves labios de Jason sobre los míos.

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