Ignórame (U.D.S.#2)

"Un enamorado empedernido."

Soundtrack ~Lazy Song ~ Bruno Mars

"Me enamoré de él no por la manera en que bailaba con mis ángeles, sino como el sonido de su voz era capaz de calmar mis demonios."

Capítulo 41: "Un enamorado empedernido."

***

El dolor en mi cabeza aumenta a cada segundo que tomo consciencia de donde estoy. Llevo una mano a mi sien a cada lado de mi rostro viendo como palpita por cada latido en el que mi corazón bombea sangre.

Por mi mente pasan una palabras horrible que no son para nada agradable, llevo mi vista mi alrededor intentando descubrir donde me encuentro. El conocido objeto que caracteriza mi habitación me da la pista que necesito, el casco de mi padre se ve entre la oscuridad que me rodea..

Vuelvo a apoyar mi cabeza en la almohada siendo consciente de como mi cabello se esparce por la cama. Intento con todas mis fuerzas recordar algo de lo sucedido ayer, todo parece un borrón sis nitidez mientras rememoro cada segundo.

Me acuerdo de como Thiago ha estado a mi lado a cada momento, como me incitó a beber pero no permitió que me sobrepasara. Mi rostro se pone rojo de la vergüenza al reconocer lo mal que me he puesto anoche con mi novio.

No tengo forma de agradecer lo suficiente que él permaneciera a mi lado. Muy pocas veces sucedían este tipo de cosas, me había encargado de no beber demasiado. Anoche me pasé de la línea aunque no alcanzar el límite para estar completamente ebria. Parecía que mi cabeza sí notaba ese cambio, no detenía su retumbo dentro de esta.

Mis piernas parecen dos pesados plomos mientras me levanto. Mi cabeza sigue galopando a una velocidad increíble que ni siquiera puedo describir a causa del dolor. Mis pies tocan el frío suelo, se alzan como acto reflejo al sentirlo.

Recorro mi vista por la habitación, después de que Thiago se quedar enfrente de mi portal todo se vuelve negro. Solo puedo recordar como sus ojos azules chocaban con los míos en el momento en el que me sumía en un sueño del que no podía salir.

No podría haber tenido una mejor forma de dormirme, sus ojos parecía transmitir la paz que necesitaba. Me estremezco al saber como sus caricias por mi rostro era increíbles, sonrío con solo recordarlo.

Vislumbro un objeto en la esquina de mi cama, una pequeña mesa de noche se alza ante mis ojos. En su interior me parece un milagro del cielo encontrar un par de pastillas, sonrío sabiendo que mi milagro tiene nombre.

Coloco las pastillas blancas en mi mano tirando mi cabeza hacia atrás para poder tragarlas. Cojo con rapidez el vaso de agua que hay a mi lado en el mismo lugar donde se encontraban las pastillas, logro enviarlas al fondo de mi estómago de un trago. Carraspeo al notar como la píldora recorre el conducto de una forma agresiva, solo espero que funcione.

Llevo mis manos a mi cabeza apretando con fuerza mis sienes, siento como el mundo gira a mis pies y no puede detenerse. Aún así, me levanto. Puedo asegurar que es la peor sensación de todas, mi vista se vuelve negra y mi rostro parece que esté enviando sangre como si fuera incapaz de hacerlo.

Camino con mis ojos ciegos, recuperando de a poco la visión, hasta la puerta de mi habitación. Mis manos palpan con suavidad el pomo de esta mientras mi mirada vuelve a ser tan nítida como lo era hace unos eternos segundos. Giro el pomo recordando lo que tengo que hacer hoy.

La luz de la mañana se filtra en las ventanas del salón, inspiro el olor de la mañana sonriendo como una estúpida adolescente hormonal. Al fin y al cabo, sigo siendo eso. Mis pasos se dirigen a la cocina, se detienen de forma brusca al encontrar algo que mis ojos impiden pasar por alto.