"Diles que les quiero."

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Soundtrack ~ Paradise city ~ Guns N' Roses

"Es cobardía menospreciar la vida y esfuerzo resistir a grandes desgracias."

Capítulo 51: "Diles que les quiero."

Agarro el móvil que me tiende, contemplo como Thiago sigue escrutando el rostro de Dylan. Quiero estar a su lado para que pueda contarme qué es lo que sucede, la manera en la que su mirada ha cambiado de un momento a otro me inquieta. Él sabe qué es lo que le sucede a Skylar, a su querida y pequeña hermana.

¿Dylan? presiono el teléfono en mi oreja al escuchar el tono preocupado y a la vez dulce de una mujer tras la línea. Carraspeo sin poder sentir que soy capaz de contestar pues no pienso en otra cosa que no sea en la angustia que recorre mi cuerpo de principio a fin sin un necesitado descanso.

— ¿Señora Thompson? — Pregunto, permanece unos segundos callada. Miro a las dos personas delante de mí, les gesticulo con mis brazos y boca que me iré al interior de la casa. Sé reconocer cuando ambos necesitan privacidad para hablar, y yo también la necesito si no quiero que los nervios me carcoman tanto por dentro como por fuera.

Usted no es mi hijo su tono es tenaz, como el que Dylan ha utilizado hace unos segundo conmigo. No me sorprende saber que es de ella de quien lo sacó teniendo en cuenta la presión que debe soportar una abogada, es lo lógico al fin al cabo —. ¿Quién es usted? Cuestiona, su voz parece suavizarse a medida que habla, unos papeles resuenan por mi oído dándome a entender que se debe encontrar en algún despacho o lugar de trabajo.

Suelto un suspiro llevando una mano a mi cuero cabelludo rascándolo en el acto con un gesto de incomodidad bastante visible. Miro a mi alrededor sabiendo que Nora se encuentra por algún lugar en el piso de arriba, no he visto chica más madura que ella en toda mi vida y me sorprende ver lo bien que lleva este tipo de situaciones tan tensas.

— Soy Elizabeth Smith — susurro, tengo suerte de que el teléfono pueda captar cada palabra que salga de mi temblorosa boca. En un intento de disipar mis inquietudes contemplo la enorme casa que se alza sobre mí. Con solo la mitad de esto podría vivir el orfanato durante años y no les faltaría de nada.

¿Qué quiere? sacudo mi cabeza volviendo mi atención al punto donde debería estar. Carraspeo de nuevo sintiendo la garganta seca por momentos, no dejo de pensar en lo mismo una y otra vez.

— Su hijo, Dylan detengo mis palabras durante unos segundos oyendo la afirmación de la mujer al otro lado de la línea con un extraño rugido —. Él me dijo que usted era abogada — otra afirmación —. Necesito su ayuda — suelto.

Al igual que con Dylan, permanece unos segundo callada, permito, como hace unos segundos, que medite lo que le digo aunque en realidad no le he dado a entender, aún, absolutamente nada. Sigue sin saber de qué trata esa ayuda o para qué la necesito y, por muy extraño que pueda llegar a parecer, quiero que siga sin saberlo hasta que se calme.

¿Dylan sabe de esto? Pregunta, su voz se tranquiliza lo suficiente como para que un retenido suspiro salga de mis labios al saber que no ha denegado mi propuesta al completo. Asiento con mi cabeza siendo estúpida por no pensar que esa mujer no me ve en este momento.

— Claro — respondo con rapidez, siento mi cuerpo en un vívido fuego. Es una sensación de un infierno permanente que no tienen verdaderas intenciones de congelarse cual cubito de hielo —. Fue él el que me tendió el móvil para que la llamara — indico.

Ignórame (U.D.S.#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora