Ignórame (U.D.S.#2)

"No tires la toalla."

Soundtrack ~ Make you feel my love ~ Adele

"No es fácil hacer que algo parezca simple. La sencillez es mucho más difícil que la complejidad."

Capítulo 52: "No tires la toalla."

#MiércolesDeIgnórame

Aparco el coche en la acera, enfrente del mugriento edificio en el que ella vive. Suelto un suspiro volviendo a mirar esos preciosos ojos azules que me aceleran el corazón de manera incontrolable. Sonríe alzando una mano para acariciar mi barba incipiente que aún no me he obligado a hacer desaparecer.

Cedo ante su caricia ladeando la cabeza con una pequeña sonrisa comenzando a curvarse en mis labios. Ese cabello rubio se mueve en ondas a causa de la brisa que pasa por dentro del coche gracias a las ventanas abiertas de este. Siento sus dulces y sabrosos labios tocando los míos en un corto beso, abro los ojos de nuevo para admirar a la hermosura que hay ante mí.

— ¿Estarás bien? — Pregunta, hacía tiempo que no volvía a casa de nuevo para echar una cabezada. Desde que he conocido a Elizabeth eso de dormir en casa no forma parte de mis planes y, sinceramente, extraño ver a mi hermana pequeña recién levantada.

Escucho la corta sonrisa de Liz provocando que la imite para terminar ambos con una sonrisa en nuestros rostros. Me deleito de la forma en la que sus ojos analizan cada parte de mi cara como si en algún momento me fuera a escapar de sus brazos. Quiero negar eso pues no hay nada que más ame que sentir como su cuerpo se presiona contra el mío para poder absorber cada parte de mí.

— No voy a tirarme de un puente ni nada parecido, amor — bromeo, su contagiosa risa provoca que imite su acción. Dejo un beso sobre sus labios viendo como, segundos más tarde, se desabrocha el cinturón de seguridad para poder tener un mejor acceso a mi boca.

Nos besamos como dos malditos adolescentes hormonales. Desgasto sus labios al igual que ella hace con los míos, su tacto sobre mi cuello estremece y me hace querer perder cualquier tipo de cordura que pueda llegar a conservar. Tomamos respiraciones entre cada beso comenzando a perder la intensidad que antes poseía. Dejo un casto beso sobre su nariz justo antes de que una sonrisa aparezca en su rostro iluminando mi vida.

— Habla con tu hermana — susurra, asiento con la sonrisa conservándose en mis labios cuando descubro que ella se ha acordado de la razón por la que no me he quedado en su casa esta noche —. Llámame cuando llegues a casa — vuelve a decir.

Asiento de nuevo volviendo a besar sus labios por última vez antes de que la vea bajar del coche. Camina por delante del capó con los faros del auto deslumbrando su cuerpo, llega a la puerta de su portal volviendo su atención de nuevo al coche. Comprendo como gesticula un «buenas noches» con los labios antes de que se adentre en el lugar. No es hasta que veo y escucho como la puerta se cierra cuando puedo pisar el acelerador.

Llegar a casa parece una blasfemia cuando no la he pisado desde hace tiempo. Veo a mi hermana en el instituto con Dylan y, con suerte, puedo hablar con ella de tanto en tanto. Me arrepiento por no haber sido capaz de percibir como a ella le estaba ocurriendo algo, sé como es ella con este tipo de problemas.

Se los guarda pensando que nadie debería sentir que ella es una carga. Cree que sus problemas no incumben a las personas a su alrededor cuando, lo que más desean, es salvarle del pozo en el que se comienza a adentrar. Ella es mi hermana pequeña y no pienso dejar que nadie la hunda en un vaso de agua.