Ignórame (U.D.S.#2)

"Está bien."

Soundtrack ~ Stay another night ~ Chris Ayer 

"Se necesita tristeza para encontrar la felicidad, ruido para apreciar el silencio, y ausencia para valorar la presencia.

¿Qué ironía, no?"

Capítulo 72: "Está bien."

— ¿Se pondrá bien? — Pregunta, sigo observando el rostro demacrado de mi amigo, el chico que ahora está sobre una camilla con un gotero colgando de un aparato porque no hay suficientes nutrientes, ni sangre, en su cuerpo. No puedo apretar más los puños sin sentir como se me adormecen los músculos, cierro mis ojos reduciendo la presión sobre la piel.

— Seguro — prometo, admiro la cabellera morena de Nora, una mano apoyada sobre el pecho de su hermano, que sube y baja débilmente, como una triste advertencia de que él sigue en este mundo y no nos ha dejado solos a la deriva. Percato de que su boca tiembla, su mano también lo hace acorde a su situación sentimental, me levanto de mi silla para ir a por ella e intentar ayudarla en lo que pueda.

Alza la mirada chocando con la mía y destruyéndome en el acto, sus ojos bordeados con un color escarlata e inyectados en sangre detienen mis futuros movimientos. Su nariz se encuentra del mismo tono fuerte y luminoso que te resquebraja como un papel a punto de ser arrugado y tirado a la papelera, sin tener la oportunidad de poder remendar ese sufrimiento, como mínimo, hacerlo menos fuerte e intenso.

— No me mientas, Thiago — ordena, trago saliva con fuerza. El líquido se queda atrancado en mi garganta tal y como lo haría una enorme piedra para bloquear tu camino. Analizo su mirada viendo la misma determinación y temor que veo cada día en los ojos de Elizabeth, mi mandíbula se estruja al pensar en ella y recordar que, aún sabiendo su secreto, no ha venido a verme todavía.

— Sabes que soy incapaz de mentirte, Nora — recuerdo, analiza mi expresión viendo las posibilidades de que le mienta de nuevo, al igual que lo ha hecho su hermano ocultándole la verdad sobre lo que sucedía realmente en su casa, en su hogar de ensueño en el que creía que su mundo era perfecto. Me acerco hasta ella perseguido por su intensa mirada, pareciéndose a una tormenta, perforando mi perfil, mis ojos no se desvían de los suyos en ningún momento mientras me acuclillo para estar a su altura —. Eres una hermana pequeña para mí, Nora. No te diría que Dylan no se va a recuperar si realmente no lo creyera — aseguro.

No hay verdad más grande que esa en mis palabras, Nora termina asintiendo tras una larga inspección de mí. Vuelve su mirada al frente, con su hermano postrado y pálido sobre ese colchón blanco y esa almohada del mismo tono, blanco roto, en la que parece que mi amigo se haya mimetizado. Las pestañas tocan sus pómulos producto de la anestesia que le han debido inyectar para poder curarle a fondo, otra señal de que matar a James sería una bendición a comparación con lo que se merece.

— Llama a Elizabeth, Thiago — escucho, levanto la cabeza parando de mover mis dedos inquietos en una batalla que nadie ganará. Obtiene mi completa atención fijada en la curva que forma su perfil, mira a su hermano con un amor infinito de familia, de hermanos, el mismo que debería haber tenido con sus progenitores. Frunzo el ceño creyendo que, por un momento, me he vuelto loco y Nora no me está dando un consejo.

Vuelvo a bajar mi rostro para retomar mi lucha por el poder entre mi pulgar derecho y e izquierdo. Un suspiro sale de los labios de la pequeña y, por un instante, me debato entre preguntarle si, de verdad, ha dicho algo o solo han sido unas malditas alucinaciones de mi parte propias de la falta de sueño y el aumento del estrés en las últimas veinticuatro horas.