Ignórame (U.D.S.#2)

"El jorobado de Notre Dame."

Soundtrack ~ Everyday ~ Ariana Grande ft. Future

"Lo más importante nunca se ve." ~El principito

Capítulo 66: "El jorobado de Notre Dame."

No tienen que jurarme que no me sé despedir, se me da peor que mal, peor que fatal. Pero no hago nada tampoco cuando me enfado hasta los huesos por Dylan. Ese maldito chico lleva fantaseando en mi cabeza desde que me ha enviado un mensaje antes de salir:

«Asegúrate de que Skylar no se vaya, Thiago. Voy a recuperarla.»

Puede que suena como un estúpido fanático que cree en los amores de libro pero, diablos, incluso yo me había emocionado al leer esa frase. Aprieto la mandíbula con fuerza esperando, y gastando mi tiempo viendo a través del enorme ventanal en frente de mí, que el mayor estúpido del universo se digne a honrarnos con su perfecta presencia.

El avión despega y, con ello, una parte más de mi familia que se escapa de mis manos. Aplano mis labios sabiendo cómo debe encontrarse mi hermana, una conexión tan fuerte como la nuestra puede doler casi tanto como emocionarnos. Lastimosamente, lo que siento es unas increíbles ganas de atacar el rostro de la persona que se supone que es su novio.

— Te dije que la retuvieras — reprende. Me giro a la velocidad del rayo contra él, su expresión se suaviza. No, más bien se asusta. Mis manos están convertidas en puños que hormiguean por atacar su rostro de nuevo, me prometió no hacer daño a mi hermana pequeña y, a pesar de todo ello, hizo lo que quiso.

— Ni se te ocurra regañarme, Thompson — espeto entre dientes, agacha la cabeza reconociendo su error. Si no fuera porque quiero explicaciones ya estaría en el suelo con una lluvia de golpes cayendo sobre él. Me trago las intensas ganas de realizarlo y me cruzo de brazos moviendo mi pie causando ruido para que visualice mi irritación.

— ¡Thiago! — Grita un voz, me desprendo de la rabia por unos segundos para divisar la dueña de esa dulce voz. Dirijo una mirada envenenada a Dylan quien me observa con temor ante mi posible y segura reacción. Me acuclillo para estar a la altura de la pequeña chica de cabellos morenos que se detiene delante de mí.

— Hola, Nora — hablo, no doy con la conclusión de que esté tan feliz. Puede que se trate de Skylar, de poder volver a casa con ella sabiendo que es la modela por la que ha babeado tanto tiempo, pero todos mis sentido dan por sentado que no se trata de eso. Tiene que ser algo más, algo que la haga aún más feliz que descubrir la felicidad de su hermano.

— ¡Papá y mamá han vuelto a casa, Thiago! — Chilla emocionada, oigo maldecir a Dylan detrás de mí mientras mi cara no puede tornarse más preocupada. Dejo de acariciar el cabello de la menuda mujercita y me giro para estampar mis ojos con los de Dylan.

Descubro el pánico en sus ojos, sus cejas bajando tanto que creo que permanecerán a la altura de sus párpados. Su boca se mantiene en una dura y fina línea que llevo tantos años presenciando en su rostro. Sus músculos tensos arrugan su camiseta sin dejar de observarme, esperan que no deba confirmar esa afirmación que tanto le cuesta aceptar.

Volteo mi rostro de nuevo a la hermosa chica de preciosos diamantes relucientes, brillando ante la alegría de volver a tener en su vida a una persona que no es lo que aparenta ser. Recibo una bala de decepción y tristeza en mi alma al imaginar al tormento al que se somete todos los días Diana, la cariñosa e increíble madre de Dylan y Nora. Y luego pienso en otras mil manera de torturar a el hombre más horrible del universo.

— Cuida de tu hermano, Nora — respondo a su felicidad. Frunce el ceño sin entender de lo que hablo, me levanto moviendo mis piernas rezando porque no se adormezcan ahora. Siento la mirada de Dylan clavada en mi nuca mientras me giro hacia él, espera la bronca del siglo pero, por más que quiera echársela y demolerle a golpe, esto sobrepasa todo lo demás.