Ignórame (U.D.S.#2)

"Métete en el coche."

Soundtrack ~ How long ~ Charlie Puth

"Nunca pensé en enamorarme, pero llegaste tú y lo arruinaste."

Capítulo 78: "Métete en el coche."

— ¿Quieres que te acompañe a casa? — Cuestiona América, fuerzo una sonrisa para ella. A pesar de llevar toda la mañana conmigo, sin hablar de nada, no me ha decepcionado a la hora de permanecer a mi lado y, aún así, sigue queriendo conservar ese puesto. Miro por detrás de las gafas que le cubren gran parte de la cara, con lo hermosa que es y se tapa esos preciosos rasgos.

— No hace falta, Mery — aseguro —. No es como que vaya a suicidarme si voy sola — intento bromear, mi tono me sale demasiado serio para alguien que está diciendo una frase como esa. Me reprendo cuando sus ojos se muestran temerosos y analizan mi rostro buscando algún rastro de mentiras.

Sacudo la cabeza negándome a hacerlo, no sería tan estúpida como para morir por amor. Aunque mi interior ya se haya tirado por un puente y no vaya a volver a no ser que me lo traiga la persona que deseo. Sus ojos se mostraban tan apáticos mientras hablaba conmigo que me hizo querer desaparecer y no volver en mucho tiempo.

El silencio se expande por el pasillo a excepción de los múltiples murmullos que hace que el instituto parezca una jungla repleta de animales hormonales que no pueden vivir sin cuchichear. Bufo deseando tener un poco de paz para pensar con claridad e intentar compensar todo lo que está sucediendo en mi vida.

El sol del mediodía se cala entre mi piel, cierro los ojos queriendo obtener cada mínimo rayo de luz que pueda haber. Por un momento, pienso que estoy en el cielo, observándolo todo en tercera persona mientras otra chica que es mi doble resuelve los problemas sin mí. Mis deseos son tan irreales que, cuando escucho una reconocida voz, debo volver al lugar en el que me encuentro.

Su tono es rabioso, debo agudizar mi oído para captar las palabras que se escuchan. Miro a Mery en busca de algo de ayuda antes de que el miedo se intensifique en mi cuerpo. Su boca se encuentra entreabierta mientras mira a un punto fijo en algún lugar del enorme campus en el que clavamos nuestro pies, rezo por que esa expresión en su rostro no cree más problemas.

Sigo su mirada aunque sea lo único que no quiero hacer, ahora conozco la otra voz que parlotea con visible malicia. Mis ojos se llenan de gotas contenidas de furia al ver como Bradley está hablando con Thiago y una sonrisa divertida curva sus labios. No contemplo el rostro de Thiago, su espalda me da la bienvenida y las venas de sus manos resaltan ante la evidente fuerza.

Espero a que Bradley no le diga nada, no sería capaz de meter el dedo en la llaga como un estúpido. Él sabe perfectamente que Thiago no es su mayor fanático en cuanto a él se trata y que ahora esté más sensible que de costumbre, no es un buen dato a su favor.

Doy el primer paso para escuchar la conversación que están teniendo, sus bocas se mueven pero no soy capaz de diferenciar ni una palabra. Aún así, los gestos de ambos, la manera en la que Bradley se cruza de brazos y alza una ceja como si estuviera retándole, me pone los pelos de punta. Aprieto mi mandíbula siendo yo la que quiere asestar un golpe en su dirección por estar siendo tan insensible, lo conozco como si lo hubiera parido.

— ¿Cuánto tiempo creías que iba a durar el cuento? — Pregunta Bradley, estoy soñando con un día en el que pueda agarrarle de los pelos, esos que tan «adorable» le hacen ver, y de darle un sermón con el que se quede aburrido para que no lo vuelva a hacer.

Llego hasta ellos, no me paro a mirar el rostro de Thiago pues sé que, si lo hago, si me atrevo a hacerlo, me desmoronaré y Bradley me enviará dentro del coche. Entonces él podrá soltarle a Thiago todo lo que quiera.