Soundtrack ~ No lie ~ Sean Paul
"La sencillez enamora."
Capítulo 60: "Sí lo es."
— Bebe un poco — susurra su voz tan masculina y relajante. Me tiende un vaso de chocolate caliente y humeante, le sonrío agradeciendo su ofrenda. Se sienta frente a mí, sin que le importe si le echo la bronca por apoyar su trasero en la mesa de cristal que hay en medio del salón. Podría romperse y hacerse daño con los cristales desperdigados por el suelo, pero no lo hago porque no encuentro ni voz ni fuerzas suficientes como para reprenderle por ello.
Mi cuerpo sigue emitiendo un leve temblor que no sé cómo calmar, hace más de una hora que mi madre se marchó tras su inesperada visita a la puerta del instituto. Aún puedo recordar la manera en la que les decía a todos que ella era mi madre.
«Era»
Ya no será nunca más una persona de mi familia. Mi hogar, el lugar donde está mi corazón, se encuentra en otro sitio. Un sitio en el que se preocupan por mi salud física y mental, que en cuanto me observan saben si tengo un problema o si necesito ayuda. Una casa donde poder contar secretos sin sentir miedo por lo que vayan a decir.
Tomo un sorbo del espeso pero dulce chocolate, deleita a mi paladar de un sabroso sabor, explota en mi boca haciendo que me olvide por unos segundos que me encuentro en medio de la mayor crisis que he vivido nunca. Si permanezco un segundo más de esta forma terminaré yendo a un médico de urgencias para que me recete pastillas para dormir.
Las ojeras deberían notarse en mis ojos, más aún después de haber desgastado mas de un cincuenta por ciento del líquido que forma mi cuerpo para soltar gotas saladas por mis conductos lacrimales. Estaré hecha un desastre, con mi cabello rubio desecho, cayendo a mi derecha con un moño inútil que Thiago me ha hecho al verme tan agobiada, con el mayor cuidado que ha podido poseer, e intentando recogerlo para que no choque con mi rostro.
Contemplo sus preciosos ojos eléctricos volviendo a retirar mi mirada de él tras percatarme de la manera que tiene de posar su mirada preocupada sobre las mía, triste. Con cautela, como si de un momento a otro fuera a tirar la taza de chocolate al suelo y fuera a montar un espectáculo por el que pagarían millones de dólares.
Suelto un suspiro esperando que eso suceda, mis ganas de reaccionar pueden con cualquier cosa. No he sido capaz de mediar palabra desde que Thiago me montó en su coche, dejando a América en el asiento trasero, para marchar hasta mi apartamento. No pude registrar si ella había llegado a su casa a salvo pues, nada más ver el edificio destrozado que formaba mi casa, salí del coche y entre a él. Olvidándome de todos y olvidándome de mí misma.
No me apetecía sentir a nadie a mi alrededor, compartiendo su compasión conmigo como si fuera algo normal. Como si todos los días de tu vida volvieras a ver, después de doce años, a la madre que te dio la espalda cuando más la necesitabas. Cuando tu padre había muerto y solo podías conservar el amor de madre que te quedaba.
Trago saliva nerviosa sintiendo frío la taza de chocolate entre sus manos, igual que la vez que mi madre llamó al teléfono. Siempre ha sido ella, cada vez que respondía al móvil con la esperanza que la persona al otro lado de la línea le contestara. Estaba esperando que mi madre le hablar, y no podía sentirse más ridícula de no haberlo sabido antes.
Seguía siendo la misma chica ingenua que dejaron en el orfanato, la misma chica que creía que todos eran buenos y nunca serían capaces de hacerle daño. Tal y como había creído que su madre nunca haría, ni su padre, ni su propia familia que permitió que eso sucediera, como si ella fuera un simple juguete roto.
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Ignórame (U.D.S.#2)
Teen FictionElizabeth Smith. Una chica huérfana con un carácter duro. Su vida se ha basado en la calle y en el orfanato. A su corta edad conoce más sobre la vida que cualquier persona. Pero eso solo es por la cantidad de experiencias, tanto negativas como po...